Situada en el interior de la región
de Xinjiang ubicada al oeste de China atravesando un árido paisaje repleto de
enormes dunas encontramos una gigantesca construcción de asfalto que atraviesa
el desierto de Taklimakan a lo largo de 522 kilómetros.
Un viaje por el recorrido completo
de esta autopista es una aventura en toda regla dado que este gigantesco
desierto cubre un espacio de 270,000 km2 al cual también se le conoce bajo el
nombre de ‘el Mar de la Muerte’.
En Taklimakan las tormentas de
arenas son muy agresivas y por este motivo los técnicos chinos encargados del
mantenimiento de la autopista tuvieron que ingeniar un método por el cual se
pudiese mantener el asfalto a salvo de estas tormentas: la solución fue crear
un cinturón verde a lo largo de toda la cuneta para evitar que el avance de la
arena destroce por completo la calzada con el tiempo.
En un buen viaje por China no puede faltar un recorrido por el desierto de Taklimakan, aunque hay que ir bien preparado, buena razón para ello y buena advertencia es la traducción del nombre de este desierto en lengua uigur: “si entras no podrás salir”.
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