La ciudad de Santo Domingo cuenta
con un atractivo cultural de primer orden que permanece olvidado y oculto a la
vista, tanto de sus habitantes como de los turistas que nos visitan.
El arte rupestre prehispánico. La
mayor parte de estas muestras culturales se localizan en la zona de Honduras
del Oeste, concretamente en el farallón rocoso que se desarrolla a todo largo
del lindero meridional del Parque Mirador Sur, pero también existen otros
sitios con arte rupestre dentro del casco urbano.
Cueva Iguani, en el parque Mirador
Sur, entre las estaciones “2” y “3” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén,
antes de la subida a la Avenida Núñez de Cáceres.
Cueva Guari, en el parque Mirador
Sur, entre las estaciones “4” y “5” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén.
Cueva de La Policía, en el parque
Mirador Sur, en la escalinata que se encuentra detrás del cuartel de la Policía
Nacional situado en la Avenida Cayetano Germosén.
Cueva de Bahoruco, en el parque
Mirador Sur, al lado de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano
Germosén.
Cueva de Honduras del Oeste, en el parque Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén.
Cueva Caicoa I, en el parque
Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano
Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La
Salud.
Cueva Caicoa II, en el parque Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud, a pocos metros hacia el Este de la cueva Caicoa I.
Cueva Caicoa III, en el parque
Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano
Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La
Salud, a pocos metros hacia el Este de la cueva Caicoa II.
La idea de integrar el arte
rupestre entre los recorridos culturales de la ciudad no es nueva, pues ya en
1991 científicos de la categoría de Abelardo Jiménez, Eugenio Marcano y el
Padre Cícero propusieron que el Parque Mirador Sur fuese organizado como un
museo al aire libre.
Una de los atractivos de este
espacio, además de su flora y fauna, serían las cavernas con arte rupestre que
se desarrollan sobre el farallón y en el mismo espacio superior del parque.
El parque Mirador Sur fue creado en
1970 y desde el primer momento las cavernas que alberga fueron objeto de
atención; sin embargo nunca se realizó un estudio sistemático del arte rupestre
que contienen.
Los últimos trabajos sobre la zona
del parque han sido realizados por el Grupo Tinglar con fondos de Jaica y el
apoyo del Ayuntamiento de Santo Domingo, pero entre los estudios realizados no
se ha incluido uno de los recursos más importantes del parque: el arte
rupestre.
Gran parte de las cavernas del
parque tienen ya un acceso mediante escalinatas que se preparó hace tiempo,
pero que en la actualidad se sume en el abandono.
También se colocaron letreros con
el nombre de las cavernas más representativas, pero se encuentran en la misma
situación que el resto de la infraestructura visitación al del farallón.
Honduras del Oeste o Parque Mirador
Sur
La zona más interesante y con más
posibilidades para convertirse en uno de los sitios más atractivos para
observar arte rupestre es la zona de Honduras del Oeste.
Honduras del Oeste es actualmente
una zona urbana que abarca el Parque Mirador Sur y todo el farallón que la
delimita al borde de la Avenida Pedro Germosen.
Este farallón de calizas formadas
en el Pleistoceno, tiene un desarrollo aproximado de 6 kilómetros y está
jalonado por multitud de cavernas y abrigos donde se encuentran las muestras de
arte rupestre.
La vegetación corresponde al bosque
tropical húmedo típico de esta parte de la isla y la fauna presente presenta
especies introducidas asimiladas a la vida urbana y algunas interesantes
muestras de la fauna endémica que sobreviven gracias a la protección que les
brinda el área verde del parque Mirador Sur.
Parque Mirador Sur en el contexto
urbano de Santo Domingo.
El escueto informe se publicó en el
Listín Diario. Por aquellos tiempos la zona aun no estaba urbanizada,
perteneciendo los campos a fincas agrícolas hoy desaparecidas.
Lamentablemente la situación de
absoluto abandono en que se encuentran los sitios rupestres es impactante.
Las cuevas y abrigos están en su
mayor parte llenas de basura y algunas de ellas sirven de refugio nocturno a
mendigos y drogadictos.
La mayor parte son petroglifos,
muchos de ellos de excelente factura, pero también hemos encontrado
interesantes bajorrelieves encuadrables dentro de la primitiva técnica
escultórica prehispánica de las Antillas.
Aun cuando el entorno se encuentra
muy alterado, el hecho de que el farallón forma parte de un área verde, ha
permitido que su estructura geológica mantenga su morfología original y que
todavía conserve parte de su cobertura vegetal.
Incorporar el arte rupestre a la
estructura recreacional del Parque Mirador Sur es una posibilidad que
beneficiaría enormemente al conjunto natural y redundaría en un nuevo y
original atractivo turístico para la ciudad de Santo Domingo.
Probablemente aparecerán más sitios
con arte rupestre en la zona, pues los seis kilómetros de farallón todavía no
han sido explorados de forma exhaustiva
No hay comentarios:
Publicar un comentario