Ubicado en las Fosas de las
Marianas, cerca de Japón, el Abismo Challenger es el punto más bajo de la
Tierra, con una profundidad que supera los 11 km.
Éste, es el lugar más profundo de la Tierra situado a
11 kilómetros bajo el nivel del mar en la gran fosa de las Marianas.
Las fosas oceánicas son sectores
deprimidos bajo el mar donde la profundidad de las aguas es mucho mayor.
En este sentido la Fosa de las
Marianas es la más recóndita conocida hasta el momento.
Se encuentra en el Océano Pacífico,
al este de las 14 Islas Marianas (11 “21 ‘de latitud norte y 142″ 12′ de
longitud este), cerca de Japón.
Tiene un tamaño que impresiona, su
longitud es de 2550 y posee aproximadamente 70 kilómetros de ancho, se disemina
de forma arqueada en dirección noreste-suroeste y según afirman los entendidos
la misma se originó por un proceso de subducción.
Con una presión 100,000 veces mayor
que en la Tierra, las fosas de las Marinas tienen más de 70 km de ancho, y
albergan al Abismo Challenger.
El colosal agujero oceánico carece
de iluminación y la presión reinante por la cantidad insondable de agua que lo
llena es 1.000 veces mayor que la de la tierra, aproximadamente 110.000
kilopascales.
Esta peculiaridad de la naturaleza
tiene un sector denominado el Abismo Challenger, el que posee nada más ni nada
menos que 11034 metros de profundidad.
El abismo challenger y la fosa de
las Marianas guardar cerca de 200 especies unicelulares, y decenas de especies
animales desconocidos para la humanidad.
Los primeros seres humanos que
pudieron realizar una exploración por la zona eran tripulantes de la fragata de la Marina Real Británica el
Challenger, por el año 1951 haciendo uso de ecolocalización estimaron que la
fosa poseía 11012 metros de profundidad.
Pero recién en 1960 buzos
especializados descendieron un tramo usando el
batiscafo “Trieste” creado por Auguste Piccard y capitaneado por su hijo
James.
Con este aparato pudieron evitar
las consecuencias de la presión y determinaron que el fondo de la fosa se
encontraba a 11034 metros de la superficie.
En un principio se creía que nada
vivía allí pero luego los científicos descubrieron una especie de calamar
gigante del género Architeuthis, tiempo después exploradores japoneses dieron
con más de 200 formas de vida unicelulares, entre ellas plancton, bacterias y
variadas especies abisales hasta entonces desconocidas para el mundo, que se
desarrollaban en el barro de las profundidades de la fosa.
Afortunadamente, la increíble
profundidad de este Abismo Marino, pone a salvo estas maravillosas formas de
vida.
El descubrimiento se realizó
mediante el submarino no tripulado Kaiko que recolectó muestras ubicadas a 10.896 metros de profundidad, se estima que
los organismos descubiertos tendrían una formación de seis millones de años de
antigüedad lo que da a pensar que se trata de restos de la vida prehistórica
del planeta.
La Fosa de las Marianas es uno de
los sitios más enigmáticos del planeta al cual ningún ser humano pudo acceder
sino mediante el uso de tecnologías, ya que las condiciones reinantes hacen
imposible una exploración de este tipo.
Por lo que se estima que este
agujero, casi sin fondo, encierra millones de secretos que quizás algún día
serán develados.
Pero por el momento permanecen a
salvo, intactos y resguardados en las profundidades del océano
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