sábado, 25 de julio de 2020

INCENDIOS ZOMBIES



En el Ártico, éstos han aguantado todo el invierno, quedando como incendios latentes que resurgen con el deshielo, de ahí que en algunos ámbitos se conozcan como incendios zombies. Éstos, como no necesitan de oxígeno directamente, lo que hacen es que producen el calentamiento de la materia orgánica subterránea y cuando se producen altas temperaturas en la superficie, se manifiestan al exterior generando incendios”, indica Moya.


Desde hace unos años, estos incendios latentes se han podido detectar a través de las imágenes de Copérnicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, que hace barridos por todo el mundo y tiene, entre otros, un servicio de información y análisis sobre Gestión de Emergencias, como riadas, tormentas de arena y, en este caso, también incendios, que se han podido mostrar y cuya magnitud solo había sido reconocido por los servicios forestales de unos pocos países.


Según el investigador, “estos incendios bajo suelo tienen un poder calórico bastante alto y una vez que en la parte superficial la temperatura se eleva la turba subterránea se seca, vuelve a estar el combustible en superficie disponible y hace que el calor latente se convierta en ignición y aparezca llama, de esta manera vuelven a mostrarse como incendios sobre el suelo, saliendo a superficie”.

“En la zona del Ártico, el pasado junio de 2020, ha sido especialmente caluroso –señala Daniel Moya- porque se encontraba con unos valores de 38 grados, 20 grados más de lo que suele estar por esa época, y en Siberia las temperaturas primaverales han alcanzado 10 grados más por encima de la media, además el periodo estival de 2019 dejó doce millones de hectáreas calcinadas y muchos de esos incendios se declararon extintos con la llegada de la nieve”.

El servicio forestal en Alaska había advertido que muchos de estos incendios de verano habían quedado bajo suelo para volver a aparecer 6 o 7 meses después en los mismos sitios. ”Los incendios forestales en el hemisferio norte se concentran durante el verano, pero en estos casos se mantiene bajo el suelo durante muchos meses”, señala Moya.

“Es una tónica que se está viendo en muchos sitios del mundo donde existe clásicamente un régimen de incendios que se producen en la época en que las temperaturas suben y la vegetación está disponible para arder. Concretamente en la zona del Ártico, que está en el Polo Norte, es una zona en la que sube hasta una media de 20 grados en la época estival, pero históricamente los incendios eran muy pequeños y quemaban poca superficie, teniendo periodos de retorno de hasta 200 años”.

Cambios cuantitativos de los incendios

Los gráficos del programa Copérnicus, publicados desde 2003, muestran una medición de emisión de radiación de calor 20 veces más alta en los dos últimos años que en el periodo entre 2003 y 2018. ”Esta situación demuestra que está habiendo un cambio cuantitativo de los incendios que se producen”, indica el investigador.

Según Daniel Moya, “los sistemas de prevención no están preparados para ese régimen de incendios, además de lo que puede suponer para la Humanidad, por la cantidad de CO2 que están emitiendo y hace que esas zonas (vegetación) que generalmente están secuestrando carbono se conviertan en emisores del carbono atmosférico, lo que acelera las dinámicas de cambio climático”.

De esta forma “se crea un ‘feed back’ (retroalimentación) que genera una sinergia que acelera el proceso, produciéndose oxidación de la materia orgánica que estaba congelada bajo el suelo que emite gases tóxicos a la atmósfera, procedentes de los compuestos que llevan enterrados miles de años y que pueden contener toxinas. Nos ha creado la incertidumbre de lo que pueda llegar a salir al exterior”, argumenta el investigador.

Toxinas que pueden dar la vuelta al mundo

“Estas nubes de humo, cargadas de toxinas pueden llegar a dar la vuelta a todo el mundo. Es un problema global de contaminación difusa”.

Antes los incendios se producían solamente en el momento en que estaba la vegetación disponible como combustible, un periodo muy corto al año. “Ahora, al ser las temperaturas mayores, al estar menos tiempo el hielo en la superficie, la vegetación está más tiempo disponible para ser quemada, por lo que en la actualidad son más en cantidad, más grandes, de mayor intensidad y se amplía el periodo de riesgo de incendio más tiempo a lo largo del año”, explica Moya.

Los mayores problemas que surgen para el planeta se encuentran en la liberación de carbono de zonas que siempre han sido receptoras, que siempre han secuestrado gases invernadero y que se convierten de repente en emisores. “Ahí es donde se encuentra la retroalimentación y aceleración del cambio climático”, subraya el investigador.

Moya afirma que “prácticamente todas las zonas del mundo están expuestas a estos incendios con el cambio climático, aunque con el incremento de las temperaturas no se va a producir en todos los sitios de manera homogénea. Por ejemplo, los periodos de sequía aumentaran considerablemente en la Cuenca Mediterránea y por mucho que tengamos buenos equipos de extinción, éstos no van a ser capaces de apagar estos inmensos fuegos desatados por eventos extremos de sequía, afectando especialmente a las zonas con falta de manejo forestal ”.

Además, ahora ha surgido una situación nueva como es la COVID-19, con la que se han tenido que implementar nuevos medios de actuación. Por ejemplo, indica Moya, “en el caso de los incendios de Alaska, estaban teniendo problemas para salir a controlar los incendios porque había que someterse a las medidas sanitarias impuestas, así los camiones tenían que llevar menos personal y guardar el distanciamiento social entre los servicios forestales de extinción para asegurar o reducir el riesgo de contaminación y salud”.

Por eso, la capacidad de enfrentarse a un conato de incendio para su extinción puede verse reducida a la hora de cumplir todas estas normativas de sanidad que nos ha traído la pandemia del coronavirus.

Gestionar nuestro entorno para reducir riesgos

Pero, también el investigador de la UCLM considera que, “habría que gestionar nuestro entorno de manera territorial, gestionar paisajes resilientes implementando medidas de prevención, que además de reducir el riesgo de que pueda haber un nuevo gran incendio, aminoraría sus efectos negativos en caso de producirse. La falta de población en el medio rural reduce el aprovechamiento y cuidado de nuestro paisaje agroforestal aumentando también el riesgo de que esto se reproduzca con frecuencia”.

Para reducir estos incendios, Daniel Moya, aconseja “ implementar algunos usos tradicionales ya perdidos o devaluados como la ganadería extensiva, el uso de biomasa forestal y el mantenimiento productivo de nuestros bosques, con medios que fomenten la reducción del riesgo y mejoren la posibilidad de regeneración natural”.

Daniel Moya concluye que “debería aplicarse la restauración solo allí donde realmente es necesario, de manera que la biodiversidad que buscamos preservar no se convierta en una alta carga de combustible potencialmente explosivo, causa de los grandes megaincendios”.

Por Isabel Martínez Pita

 


EGIPTO SÓLO PERMITIRÁ NUEVOS VEHÍCULOS HÍBRIDOS



El Gobierno de Egipto anunció este domingo que sólo va a otorgar nuevas licencias a vehículos híbridos que puedan operar también con gas natural comprimido (GNC), en una apuesta por el medioambiente en un país con una de las capitales más contaminadas del mundo.

 

“Los vehículos de combustible nuevos no consiguen la licencia si no operan con gas natural, es nuestro derecho organizar a nuestro pueblo, mantener el medioambiente y también aprovechar los recursos disponible que tenemos”, dijo el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, durante la inauguración de un proyecto de vivienda.

 

Por su parte, la ministra de Industria, Navin Game, explicó en el mismo acto que se están coordinando con el Ministerio de Interior para garantizar que todos los vehículos nuevos operan con doble combustible y realizar cambios en algunos vehículos de fabricación anterior.

Actuación sobre el transporte público

Lamentó que será “difícil” cambiar a GNC unos 240.000 microbuses que operan con diésel, por lo que el Gobierno ha puesto en marcha un plan a cuatro años para sustituirlos completamente, al igual que harán con unos 50.000 taxis de más de 20 años, en el marco de un plan similar a 24 meses.

 

Además, precisó que la iniciativa incluirá a cerca de 1,3 millones de vehículos privados, que deberán ser totalmente sustituidos de forma gradual, y la construcción de 366 nuevas estaciones para repostar gas natural comprimido.

Según datos del Viceministerio de Asuntos Medioambientales-Agencia Egipcia para Asuntos Mediambientales (EEAA-EIMP), la formación y los niveles de polvo, partículas pequeñas y hollín son más características en Egipto que en otros países industrializados.

 

Todos ellos, procedentes principalmente de las industrias, la quema de residuos y el transporte, contribuyen a los altos niveles de contaminación del aire, especialmente en El Cairo, una de las capitales más contaminadas del mundo.

 

El Ejecutivo tiene en marcha un plan para reducir la polución causada por partículas sólidas a la mitad para 2030.

EFEverde

 


DECLARAN EMERGENCIA POR NUEVO DERRAME DE COMBUSTIBLE EN EL CÍRCULO POLAR ÁRTICO



Las autoridades han declarado el estado de emergencia en la aldea siberiana de Tukhard, en el territorio de Krasnoyarsk, por el derrame de unas 44 toneladas de combustible de aviación en un lago, en lo que es el segundo desastre ecológico en el Círculo polar ártico en dos meses.

 

 

El accidente se produjo debido a la despresurización de una tubería que duró unos 15 minutos y que provocó el derrame de 44,5 toneladas de combustible, explicó en un comunicado la empresa Norilsktransgaz, subsidiaria de la compañía Nornickel, que ya causó un desastre ecológico en el Círculo Polar Ártico hace menos de dos meses.

 

 

Servicios de emergencia se han trasladado al lugar del nuevo derrame en Tukhard y la empresa ha suspendido todos los trabajos de transferencia de combustible, señaló Norilsktransgaz, que está llevando a cabo una investigación interna sobre el accidente y ha informado al Ministerio de Emergencia de Rusia sobre el desastre.

 

 

“Se toman todas las medidas posibles para recoger de manera expedita el combustible vertido”, agregó la compañía.

 

De acuerdo con la administración local, el derrame en Tukhard en un lago de unos 600 metros cuadrados “está localizado y no está extendiéndose”.

Se han instalado tres barreras flotantes en un arroyo que conecta a dos lagos, de acuerdo con las autoridades.

 

En total ocho barreras se han instalado en la zona del vertido y se han enviado 1.130 kilogramos de absorbentes al lugar, además de instalar dos tanques de 50 metros cúbicos y dos bombas para retirar el combustible derramado.

 

Un equipo de 53 personas trabaja en el lugar del derrame.

 

El Comité de Investigación de Rusia ha abierto un caso penal por violación de la protección del medioambiente durante el trabajo.

Vertido hace un mes

El 29 de mayo un accidente en una central termoeléctrica de Nornickel, el mayor productor de níquel y paladio del mundo, provocó un derrame de unas 21.000 toneladas de diésel, de las que unas 15.000 acabaron en ríos y lagos y avanzaron hacia el mar de Kara.

 

Greenpeace dijo que se trataba del primer accidente de tal magnitud en el Ártico y que era equiparable al derrame del “Exxon Valdez” hace tres décadas frente a las costas de Alaska.

EFEverde

 


viernes, 17 de julio de 2020

UN ÁRBOL SOBREVIVE EN MEDIO DE UNA AVENIDA, POR PETICIÓN CIUDADANA EN BRASIL



El famoso árbol se ha mantenido erguido por el amor de la gente de la localidad de Paraíso
Río de Janeiro, Brasil
Un árbol levantado en la mitad de una avenida de un municipio del norte de Brasil se salvó de ser talado, gracias a la férrea defensa de sus habitantes que lo consideran un símbolo para su comunidad.

Aunque lleva más de 30 años en medio de la vía, el famoso árbol se ha mantenido erguido por el amor de la gente de la localidad de Paraíso, que continúa impidiendo que lo tumben, a pesar del paso del tiempo.

De acuerdo con testimonios registrados en las redes sociales, el palo de "cajá", un árbol también conocido "jobo" o "mango ciruelo", ha sido un símbolo de resistencia al progreso de la región.



El municipio de Paraíso está en el centro de Tocantins, un estado ubicado al sur de la región Amazónica, en el norte del país, y es un importante polo de ecoturismo.
El barrio de Jardín Paulista, donde se levanta el "treintañero" arbusto, nació en 1976 y según las autoridades locales, desde que se construyó la avenida Piracicaba, el árbol siempre ha estado en medio de la vía.
La avenida fue asfaltada recientemente, y en vez de talar el árbol, la municipalidad optó por mantenerlo.
La decisión fue de la secretaría municipal de Infraestructura que decidió preservarlo por lo que representa para los habitantes, pero tuvo que hacer algunas obras para evitar accidentes.



Así las cosas, rodeó la planta con columnas y construyó reductores de velocidad -que también iluminó- para alertar a los conductores, sobre todo a los que no viven en Paraíso, y evitarles así sorpresas al circular por la particular avenida.


El Cajá, árbol que puede llegar a medir hasta 30 metros de altura y que resiste a largos períodos de seguía como los que se registran en la región de Tocantins, es conocido por su fruto, la ciruela juba
 



miércoles, 15 de julio de 2020

CONSEJOS PARA USAR EL BAÑO PÚBLICO DURANTE EL CORONAVIRUS Y NO INFECTARSE EN EL INTENTO



Usar un baño público, puede parecer como si estuvieras esquivando infecciones por todos lados, en especial después de las noticias acerca de la estela de partículas que emanan del inodoro, la nube de gotitas (aerosol) que puede elevarse casi un metro y quedar suspendida el tiempo suficiente para que el usuario siguiente inhale las gotitas o estas aterricen en otras superficies del baño. En cierta forma, así es.

 

¿Qué hacer entonces, en especial ahora que muchos comenzamos a salir de casa un poco más? ¿Debemos evitar los baños compartidos (en parques, centros comerciales o los restaurantes, que apenas volvieron a abrir) como si fueran la peste?

 

Como obstetra y ginecóloga, paso mucho tiempo derribando el mito de que puedes contraer infecciones de transmisión sexual en un inodoro compartido (porque no se puede… ni siquiera el herpes, el mito más común), pero ¿qué hay del coronavirus?

 

En primer lugar, ¿cuán infecciosos son los baños en realidad?

 

Sabemos que podemos infectarnos por el tacto. Nos limpiarnos y podemos contaminar todo lo que tocamos con microbios que provienen de las heces fecales, como el norovirus y la E. coli, antes de lavarnos las manos.

 

También podemos infectarnos por el aire de los baños. En el caso de algunos virus respiratorios, como el de la influenza, si hay suficientes partículas en el aire, respirar en un espacio aéreo compartido previamente puede representar un peligro. El mejor ejemplo es el sarampión: si una persona con sarampión entra en una habitación, el aire es potencialmente infeccioso durante dos horas.

 

Los baños tienen otro peligro único: la estela de partículas que emanan del inodoro. Cada vez que bajamos la palanca, el baño libera en el ambiente un ejército invisible de microbios que aterrizan en las paredes (que podrías tocar mientras haces equilibrio sobre el inodoro; volveremos a este punto más adelante), en el asiento, en el piso y en las manijas del inodoro y de la puerta.

 

Hace tiempo que sabemos acerca de la estela de partículas del inodoro. Un estudio nuevo sugiere que hay partículas potencialmente infecciosas que permanecen en el aire durante un minuto después de cada descarga y los inodoros pueden seguir generando una nube infecciosa varias descargas después de la primera descarga contaminada.

 

De verdad es un obsequio indeseado que seguimos recibiendo.

Entonces, ¿qué hay acerca del coronavirus?


En general, no se cree que el contacto con superficies contaminadas sea un método primario de infección de coronavirus, pero esto todavía no se ha estudiado mucho. Aunque los baños compartidos pueden aumentar la propagación de infecciones gastrointestinales, no sabemos cuál es el papel de los baños en la transmisión de un virus respiratorio, como el coronavirus, que también se ha identificado en las heces fecales

Tampoco conocemos el riesgo (si es que existe) que representan los aerosoles de coronavirus en la estela del inodoro, así que en realidad hay muchas interrogantes.



Lo que sí sabemos es que hay ciertas conductas que ayudarán a protegerte de muchos microbios perversos.

 

A continuación presentamos una lista práctica de recomendaciones para el uso de un baño compartido

 

Las mejores defensas en contra de los contagios en un baño son los cubrebocas, el distanciamiento social, evitar en la medida de lo posible tocar superficies con las manos y la higiene de estas.

 

— Elige los baños más grandes con muchos cubículos porque tienen una mejor circulación del aire.

 

— Si alguien sale de un baño o un cubículo justo antes que tú, trata de esperar al menos 60 segundos antes de entrar, en especial si la tapa del inodoro está levantada, lo que significa que habrá una estela mayor.

 

— No utilices las cubiertas de papel. Son como un placebo (no sabemos si ofrecen protección contra los virus y bacterias) y podrían haberse contaminado con la estela de partículas del inodoro, por lo que tocarlas con las manos podría ser una fuente de transmisión infecciosa. (Prácticamente no existen en otros países; nunca han existido en Canadá, donde crecí, y cuando me mudé a Estados Unidos parecían una mojigatería).

 

— Si tienes que tirar un producto menstrual en uno de esos contenedores pequeños, toca la tapa con un trozo de papel de baño y lávate las manos después. Esas tapas están entre las superficies más contaminadas del baño: las tocan muchas manos sucias y las rocía la nube infecciosa.

 

— Si el baño tiene tapa, ciérrala antes de bajar la palanca para que contenga la estela. La tapa es el cubrebocas del baño.

 

— Si se trata de un baño de descarga automática, da un paso atrás porque esas cosas salpican.

 

— Es probable que no sea importante cómo te secas las manos después de lavarlas; las toallas de papel o los secadores de aire son lo mismo, pero evita las toallas para manos que se reusan y se comparten.

 

— Sal rápidamente. Conversar en los baños se ha convertido en lo que era fumar en los baños: un arcaísmo del pasado. Si tienes que abrir una puerta para salir, usa desinfectante para manos después de marcharte.

 

 

¿Qué pasa si te urge un baño y el que encuentras está sucio?

 

— En primer lugar, evita provocar la urgencia de ir al baño. Si vas a salir, modifica tu ingesta de agua. Recuerda: beber ocho vasos de agua al día es un mito.

 

— Un consejo para mujeres es intentar contraer y relajar los músculos de tu piso pélvico muy rápidamente (cada contracción y relajación debe tardar uno o dos segundos) cinco veces. Estos movimientos rápidos relajarán tu vejiga y mitigarán la urgencia, lo que podría hacerte ganar tiempo.

 

— Ir al baño al aire libre debe ser el último recurso. Si todos comienzan a usar la naturaleza como letrina, el olor a orina será intolerable y las personas enfermarán innecesariamente debido a que el uso de instalaciones sanitarias adecuadas es fundamental para evitar muchas enfermedades infecciosas.

 

— Si te dan ganas en el exterior y no tienes más opción que el suelo, trata de alejarte 60 metros del flujo peatonal ¡y ten cuidado con plantas como la hiedra venenosa! Usa desinfectante para manos cuando termines.

 

¿Qué hacer con, válgame Dios, el baño del avión?

 

Los baños de los aviones son de lo peor. En un vuelo largo, podrían pasar mucho tiempo sin limpieza; también tienen un espacio muy reducido y la turbulencia puede provocar salpicaduras de agua u orina.

 

En ocasiones no es necesario usar el baño de un avión para estar expuesto a los microbios que hay en ellos. Un estudio reveló que los pasajeros sentados en el pasillo tal vez fueron contagiados por un pasajero enfermo durante su recorrido por el pasillo para ir y regresar del baño.

 

No conocemos el riesgo de contraer COVID-19 por entrar al baño de un avión pequeño justo después de que lo usó alguien contagiado con coronavirus, pero, como mencioné anteriormente, debes esperar para entrar a un baño del que alguien acaba de salir (en especial si la tapa del inodoro está levantada) y después salir rápidamente.

 

A la industria aeronáutica le gusta decir que sus baños están tan limpios como los de cualquier edificio de oficinas (con información financiada parcialmente por el sector). Y es probable que estén tan limpios como cualquier baño con un índice de uso de 1:50 y 1:75, y donde el baño y el lavabo están en un pequeño cubículo expuesto a turbulencia que se limpia entre cada cuatro y dieciocho horas.

 

Y, por favor, siéntate (o levanta el asiento)

 

Tengo una solicitud final, en especial para las mujeres: por favor, siéntense (hasta el 85 por ciento de ellas afirma que evita hacerlo). Sentarse directamente en el inodoro no te podrá en riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual, así que no orines sin sentarte. Con frecuencia, esta práctica hace que caiga orina en el asiento, lo que significa que tú o la persona que entre después tendrá que limpiar el asiento, la superficie más expuesta a la nube de infección, antes de sentarse. Esto también va para quienes orinan de pie: por favor, levanten el asiento.

 

La siguiente es una regla de oro de la etiqueta para usar un baño público ahora y siempre: no solo pienses en ti, sino en las más o menos siete personas que lo usarán después de ti.


¿SABE CUÁL ES EL ORIGEN DE LA ELECTRICIDAD QUE CONSUME?




El cambio climático es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la sociedad actual. El aumento de las temperaturas causado por las emisiones de gases de efecto invernadero ha obligado al mundo entero a plantear una transición capaz de garantizar la sostenibilidad del planeta.

Según la ONU, dentro de 10 años habrá que reducir en hasta un 45% las emisiones de dióxido de carbono con respecto a 2010 para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. El reto es titánico y también lo es el esfuerzo que tendrá que asumir el conjunto de la sociedad y los sectores productivos, entre otras, las empresas energéticas, que ya se están moviendo hacia modelos verdes y hasta garantizando a sus clientes que el origen de la energía que consumen procede de fuentes sostenibles. Repsol es una de ellas.

 

La multinacional española ha obtenido la máxima certificación (la etiqueta A) sobre el origen de la electricidad que comercializa. El distintivo se lo ha otorgado recientemente la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), pues del total de energía que comercializa un 93,5% es renovable y un 6,5% es de bajas emisiones.

La compañía está trabajando en línea con los objetivos del Acuerdo de París y los de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que celebra hoy el Día Mundial del Medio Ambiente.

“La consecución de esta certificación es un hito en nuestro objetivo de liderar la transición energética y contribuye a nuestra meta de ser una compañía con cero emisiones netas en 2050”, dice Douglas Medrisch, director de retail de electricidad y gas de la firma, que entró en el sector de la generación y comercialización de electricidad y gas a finales de 2018.

El organismo regulador concede la distinción después de un análisis al Sistema de Garantías de Origen, un mecanismo mediante el cual las comercializadoras muestran la procedencia de la energía que ofrecen a sus clientes. Con base en la información recabada, la CNMC otorga una etiqueta: de la ‘A’ a la ‘G’, en función del menor o mayor grado de impacto ambiental. “Aunque el eslogan de ‘energía renovable’ es un atributo muy utilizado comercialmente, en nuestro mercado realmente pocas compañías garantizan el suministro sostenible a todos sus clientes”, comenta Medrisch.

 

Repsol obtuvo la calificación ‘A’ en las dos categorías que se evalúan: emisiones de CO2 y residuos radioactivos (la firma no tiene centrales nucleares), de acuerdo con el mix energético de la comercializadora que incluye en su estudio la CNMC. “El cliente valora cada vez más la transparencia en todos los servicios y productos que consume”, destaca Douglas Medrisch. La certificación llega en un momento en el que Repsol se consolida como un proveedor global multienergía, con una marcada apuesta por un futuro sostenible.

 

Liderar la transición energética y la descarbonización

 

En España, el 17,4% de la energía que se consumió en 2018 procedía de fuentes sostenibles, según Eurostat. Este porcentaje está destinado a aumentar -Bruselas ha fijado el objetivo del 32% para 2030 para el conjunto de la Unión Europea- tanto en España como en el resto del mundo. En 2040, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que el mix energético mundial cambiará su estructura.

 

Las renovables y el gas natural (este último ya supone el 71% de las reservas y el 64% de la producción de Repsol) pasarán a tener una presencia aún más destacada. “Todas las formas de descarbonización son complementarias y válidas, y el incentivo a que todas contribuyan, sin exclusiones, será lo que acelerará la senda de la transición energética”, afirmó Antonio Brufau, el Presidente de Repsol, en la última Junta de accionistas de la compañía.

 

El cuidado medioambiental es una prioridad para la compañía, que reafirma su compromiso de liderar la transición energética y la descarbonización, incluso en momentos de tanta incertidumbre en general como el actual. Durante los días de crisis sanitaria causada por la covid-19, la compañía ha mantenido su actividad, esencial para el funcionamiento de la sociedad y la economía, y en paralelo sigue avanzando para conseguir su ambición de ser una empresa cero emisiones. 

 

Prueba de ello es que a finales de este año, Repsol prevé que esté en funcionamiento el proyecto eólico Delta, ubicado en Aragón. En este mismo sitio también se desarrollarán las obras de una segunda planta: Delta 2, que estará lista en 2023 y contará con 26 parques eólicos. Todos ellos son construidos y operados por la filial Repsol Electricidad y Gas.

Asimismo, Repsol está desarrollando tres plantas fotovoltaicas: una en Cádiz (Sigma), otra en Badajoz (Valdesolar) y una adicional en Ciudad Real (Kappa). Esta última inició las obras en abril y se añade al amplio portafolio de la compañía, que también opera tres hidroeléctricas y dos modernas centrales de ciclo combinado.

Como si fuera poco, Repsol forma parte del consorcio que ha puesto en marcha un sistema de aerogeneradores flotantes, los más grandes del mundo para este tipo de estructura, ubicado en la costa de Portugal: WindFloat, con una capacidad total de 25 MW