La rutina diaria incluye una nueva
tarea.
Además de lavarse los dientes o ir
a la compra, todos procuramos no olvidarnos de conectar nuestros móviles al
cargador cada noche.
Lo habitual de este acto empuja a
muchos a dejar enchufado el dispositivo a la red durante todo el día.
Pero esta comodidad o descuido no
sale gratis, ya que los cargadores consumen energía sólo con conectarlos,
aunque no estén cargando ninguna batería.
Se suman así al consumo fantasma de
televisores, estereos u otros aparatos con posición de stand-by, el conocido
piloto rojo.
En total, las horas de no-apagado
de todos estos aparatos suman, según una estimación de la organización dedicada
a la conservación de la naturaleza WWF/Adena (World Wide Fund for Nature), el
12% del gasto en electricidad de una familia promedio.
Los principales fabricantes de
telefonía móvil se han decidido a concienciar a sus clientes con una
clasificación de los tipos de cargadores en función de su sostenibilidad.
Los más eficientes sólo consumen 0,03 watios, pero hay algunos que superan los 0,5 watios. Sea cual sea el tuyo, todas las empresas recuerdan que la solución más responsable es simple: basta con desenchufar los cargadores cuando hayan cumplido su cometido
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