El pasado 27 de diciembre la Tercera Sala en materia de Tierras de la
Suprema Corte de Justicia (SJC) rechazó los últimos nueve recursos de casación
interpuestos por particulares en el caso Bahía de las Águilas, con lo cual el
Estado dominicano recuperó su soberanía sobre la totalidad de los lotes de
terrenos que conforman el grupo de parcelas de esa demarcación de la provincia
de Pedernales.
El mismo presidente del tribunal, Manuel Herrera Carbuccia declaró con
cierto dejo de satisfacción que con la sentencia se cierra el ciclo sobre el
caso más importante de la historia inmobiliaria dominicana, toda vez que queda
en lo cosa irrevocablemente juzgada.
En la noche de ese día, el ministro de la Presidencia Gustavo Montalvo,
dijo que la sentencia abre las puertas para dar el impulso definitivo a los
diversos proyectos que necesita y merece la provincia de Pedernales; entre
ellos el desarrollo turístico sostenible llamado a mejorar las condiciones de
vida de la región suroeste.
Fue una victoria del poder público en uno de los más graves casos de
corrupción en materia inmobiliaria, que le tomó al Estado más de 20 años para
liberar esos terrenos de una apropiación mostrenca, común en la historia
nacional.
Vale resaltar la persistencia del Estado en recuperar esas tierras, porque
en algún momento, en los primeros años de esa Administración, y en el afán de
desarrollar Bahía de las Águilas, se consideró la posibilidad de buscar una
salida negociada.
Afortunadamente, el presidente Danilo Medina desechó esa posibilidad y
persistió en pelear el caso en los tribunales, convencido de hallar una
solución institucional.
El gobierno ha reconocido el papel de la fallecida abogada Carmen -“Piky”-
Lora en la gestión, quien asumió la defensa como abogada del Estado, en 1997,
que luego continuó desde 2013 su hija Laura Acosta, como parte del equipo
defensor de los intereses del Estado. Un reconocimiento merecido.
Ahora, el gobierno debe decir qué hará con esas tierras, explicar el modelo
de inversión y desarrollo previstos.
Como Bahía de las Águilas está en una zona ambientalmente sensible como el
Parque Jaragua de la formación Sierra de Bahoruco, debe considerar todos los
factores antes de tomar cualquier iniciativa
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