miércoles, 31 de marzo de 2021

RECUPERACIÓN SOSTENIBLE: UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


 

Las consecuencias sociales y económicas del Covid-19 presentan una oportunidad histórica para que América Latina y el Caribe alinee la acción climática con los objetivos de desarrollo.

 

Con más de medio millón de víctimas mortales  y una contracción económica del 7,4% en 2020, América Latina y el Caribe es la región más afectada del mundo por la pandemia, lo cual no solo ha tenido repercusiones en la salud, sino también en el empleo, la infraestructura y la economía en su conjunto.

 


Si bien el virus aún avanza implacable, los gobiernos deben comenzar a buscar estrategias de recuperación. Considerando que el cambio climático y la biodiversidad son claves para una región tan entrelazada con el mundo natural y dependiente de los combustibles fósiles, la región necesita un enfoque transformador. Esta es una forma eficiente de asegurar un desarrollo sostenible e inclusivo, de generar los trabajos que necesitamos y de abordar las desigualdades existentes que la pandemia ha puesto de relieve tan profundamente.

 

Una recuperación sostenible debe tener un fuerte enfoque en aumentar la resiliencia de los sistemas de salud, educación, vivienda y otros sistemas sociales, para mitigar los peores efectos del clima futuro y los impactos pandémicos.

 


Esto podría lograrse mediante una infraestructura de servicios básicos, para brindar servicios económicos de bajo impacto a las poblaciones, en áreas tales como la energía, el agua y el transporte y, al mismo tiempo, minimizar la presión sobre el medio ambiente.

 

El potencial de las soluciones basadas en la naturaleza también debe aprovecharse mejor para ayudar simultáneamente a reducir las emisiones de carbono y a aumentar la resiliencia a los impactos climáticos.  Restaurar manglares para mitigar las inundaciones costeras, por ejemplo, es el tipo de s soluciones que podría lograr estos objetivos.

 

El papel de la naturaleza fue destacado recientemente por el informe Dasgupta sobre la economía de la biodiversidad, que pide cambios fundamentales en nuestras economías si queremos revertir la pérdida de biodiversidad, proteger y mejorar nuestra prosperidad y prevenir el colapso climático. Esto es especialmente relevante para América Latina y el Caribe, la superpotencia mundial de la biodiversidad, que posee alrededor del 40% de la biodiversidad mundial.

 


Pero para que este tipo de recuperación se materialice, es necesario que haya un cambio en los sistemas financieros, los cuales actualmente carecen de una consideración seria de la sostenibilidad. Además, aún se les alienta a invertir en combustibles fósiles y, por lo tanto, son vulnerables a los riesgos de invertir en activos varados.

 

Recientemente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó su Plan de Acción de Cambio Climático 2021-25, un documento que habla de las tensiones inherentes entre recuperarse de la emergencia de salud y tomar medidas sobre el cambio climático.

 


El plan analiza el progreso que la organización ha logrado desde 2016 “para respaldar la necesidad de la región de financiamiento para el desarrollo con bajas emisiones de carbono y resiliente al clima y su plan para aumentar la ambición climática de forma continua”, y tiene un fuerte enfoque en alinearse con los objetivos establecidos por el Acuerdo de París.

 

El BID se asegurará de que sus operaciones ayuden a los gobiernos en la planificación sostenible, las políticas y la transición de los sistemas fiscales para aliar las economías de crecimiento con la acción climática.

 

También se considera la recuperación como un proceso de desarrollo en un futuro lejano, y si bien el informe se centra particularmente en los próximos cinco años, también toma en cuenta lo que se necesita para que la región logre con seguridad los objetivos de París de construir economías de cero emisiones netas y resilientes al clima para 2050.

 


Con la ayuda del BID, este enfoque a largo plazo es esencial en la región para asegurar una transición justa a cero emisiones netas y evitar que se quede atrapada en vías de desarrollo intensivas en carbono, que inevitablemente resultarían en más riesgos financieros a futuro.

 

De manera alentadora, como vimos en la Cumbre sobre la Ambición Climática en diciembre pasado, muchos países de la región anunciaron reducciones de emisiones más ambiciosas para 2030 y establecieron metas para lograr cero emisiones netas para mediados de siglo. Países desde Jamaica hasta Chile están conectando la acción climática con una recuperación sostenible, un beneficio mutuo para cumplir con los objetivos globales del clima y la biodiversidad.

 

El inmenso daño causado por la pandemia, el empeoramiento de los impactos climáticos, y la fuerte caída en el costo de la energía renovable y los vehículos eléctricos están agudizando la determinación de la región para respaldar esta transformación. La región debe abrazar esta agenda o, de lo contrario, quedar atrás tecnológica y económicamente, a medida que se acelera la carrera mundial para alcanzar cero emisiones netas.

 


En este sentido, ahora es el mejor momento para ampliar enormemente los esfuerzos existentes en la región de organizar e implementar planes nacionales de descarbonización.En noviembre de 2020, el BID publicó un estudio que demuestra que el plan nacional de descarbonización de Costa Rica aportará  41 mil millones de dólares en beneficios netos entre 2020 y 2050. El plan aumentaría, por ejemplo, el secuestro de carbono forestal que conduciría a mayores servicios ecosistémicos, el uso de vehículos eléctricos que mejoren la calidad del aire, y la eficiencia energética dentro de los edificios.

 

El objetivo del documento es ayudar al gobierno a comprender mejor la política climática y los planes de descarbonización a través de un análisis de costo-beneficio y la recomendación de cambios tangibles e inmediatos.

 


Ahora el BID está buscando aplicar las lecciones aprendidas a países vecinos como Perú, Chile y Colombia y tiene la intención de promover la participación intersectorial entre los ministerios de medio ambiente y los actores clave del sector privado, lo que puede ayudar a cambiar la discusión únicamente de la mitigación climática a la de desarrollo sostenible. El apetito por una recuperación sostenible está aumentando. Ahora es el momento de aprovechar esta oportunidad.

 

Publicado originalmente en Climate Home.

REPÚBLICA DOMINICANA GENERA ANUALMENTE 88 MIL TONELADAS DE PLÁSTICOS


Santo Domingo.- La República Dominicana genera anualmente 88 mil toneladas de plásticos de los cuales solo se gestiona un 25%, según un estudio realizado por la Asociación de Industrias de República Dominicana y el Banco Interamericano de Desarrollo.

 

Además, el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Orlando Jorge Mera, mostró preocupación ante la precaria gestión de los residuos hospitalarios en el país.

 


Según los datos que maneja, en las pocas clínicas y hospitales que disponen de plantas incineradoras, las mismas no funcionan y la entidad que dirige solo cuenta con cuatro empresas incineradoras certificadas, una operando en Santiago y tres en Santo Domingo.

 

“A falta de regulación, podemos ver que según un estudio realizado por la Asociación de Industrias de República Dominicana y el Banco Interamericano de Desarrollo, el país genera anualmente 88 mil toneladas de plásticos de los cuales solo se gestiona un 25%”, informó.


 

Jorge Mera indicó que tras 15 años de discusión, la situación ha comenzado a ser subsanada con la promulgación, el 2 de octubre del año 2020, de la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, Núm. 225-20, que crea el régimen jurídico para prevenir la generación de residuos y establece mecanismos para su gestión integral.

 

Este régimen responde a la necesidad de fomentar la reducción, reutilización, reciclaje, aprovechamiento y valorización, sobre otras técnicas de gestión de los residuos.

 

Garantizó que esa ley es el instrumento clave para implementar, por un lado, una estrategia de economía circular, que impulse el desarrollo sostenible a través de un sistema industrial restaurativo o regenerativo, para reemplazar el modelo tradicional basado en el “fin de la vida útil”.

 


Fomentar una economía circular es fundamental para lograr la sostenibilidad en el medio ambiente y dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente, al Objetivo 12 sobre consumo responsable.

 

“Este ministerio funge como representante del país ante la Coalición Regional de Economía Circular, una iniciativa regional lanzada este año que busca acelerar los esfuerzos de transición hacia una economía circular en América Latina y el Caribe, en la cual la gestión de residuos está al centro”, explicó .

 

A través del comité directivo de esta Coalición, y desde otros espacios, República Dominicana puede posicionarse en la región como un caso exitoso de transformación hacia un sistema de gestión de recursos integral, que genere empleos y logre un crecimiento económico, a la vez que se eliminan las externalidades negativas relacionadas a los desechos.

 

La Ley 225-20 establece claramente los roles que deben asumir las instituciones gubernamentales, los municipios, el sector privado y la sociedad civil para dar un salto radical en el proceso de gestión de los residuos y encaminar al país por la ruta hacia la sostenibilidad.

 

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, como autoridad rectora, tiene asignadas funciones trascendentes, entre las que destaca la coordinación interinstitucional para establecer ese sistema que crea la ley, el cual pronto todos conocerán como el SINGIR, es decir, Sistema Nacional de Gestión Integral de Residuos.

 

El SINGIR deberá estar conformado, además, por la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU), la Federación Dominicana de Distritos Municipales (FEDODIM), la Liga Municipal Dominicana y los Ministerios de Salud Pública y de Educación.

 

"Corresponde al Ministerio elaborar guías técnicas para regular todo el sistema de gestión y lograr la sostenibilidad desde el punto de vista ambiental, económico y social, así como también realizar los planes educativos y de concientización ciudadana", indicó.

 


 

sábado, 6 de marzo de 2021

QUÉ ES EL SARGAZO Y POR QUÉ ESTÁ INVADIENDO LAS PLAYAS DEL CARIBE MEXICANO?



Las playas de Quintana Roo y buena parte del Caribe se han visto invadidas por cantidades atípicas de sargazo, lo que ha provocado el malestar de turistas, pescadores y comerciantes de la zona. Pero más allá de las molestias al turismo caribeño, las miles de toneladas de sargazo podrían ser los primeros síntomas de un desastre ecológico inminente.


¿Qué es el sargazo?

El Sargassum es una macroalga color pardo o verde negruzco que se mantiene a flote por medio de vesículas llenas de gas. Estas algas pueden crecer varios metros de largo, son de textura dura y se entrelazan con facilidad, creando fuertes y flexibles islas de sargazo capaces de sobrevivir entre las fuertes corrientes del Mar Caribe.

 


En estas islas de sargazo abundan nutrientes en la forma de plancton, un organismo esencial para la alimentación de varias especies marinas. Las algas también sirven de refugio a peces, camarones, tortugas y cangrejos, prácticamente un hábitat en el contexto del frágil balance de los ecosistemas.

El sargazo suele aparecer en las zonas tropicales y costeras del mundo, por lo que el Golfo de México y el Mar Caribe ofrecen un ambiente ideal para su proliferación. Ahí pueden ser halladas con facilidad entre las playas, las rocas y los arrecifes de coral, aquellas estructuras subacuáticas que han padecido los efectos de la contaminación ambiental a lo largo del Caribe.


¿Cómo es que el sargazo ha paralizado a las playas del Caribe?

Aunque hay pocos estudios que puedan servir para explicar este fenómeno (el cual no solo se ha visto en México, sino en varias regiones del Caribe y Centroamérica), por ahora se manejan dos teorías propuestas por especialistas de la UNAM.


En primer lugar, la invasión anual de sargazo -que se ha registrado en cantidades atípicas desde 2013, según la Semarnat- es una reacción al aumento de nutrientes (a causa de la contaminación ambiental), al aumento de la temperatura del agua (a causa del cambio climático) y los cambios en las corrientes marinas y los vientos (también producto del cambio climático).

Irónicamente, el sargazo se nutre de los contaminantes en el mar, lo que desemboca en la reproducción acelerada de esta alga. Visto de esta manera, el sargazo es una medida natural de corregir los efectos nocivos producidos por la actividad humana. Básicamente, el océano le está diciendo al ser humano, “tengan su basura”.

También se maneja la teoría de que la invasión de algas es producto de una abundancia de sargazo en su punto de origen, el Mar de Sargazo, cerca de las islas Bermudas, y de otros nuevos puntos de aglomeración, a causa de los cambios en corrientes marítimas.




Pero hay un peligro adicional. Como el sargazo consume el oxigeno en el mar, una cantidad inmensa de sargazo (como la que estamos viendo este verano) podría generar un desastre ecológico irreversible para la región, afectando a las mismas especies que debería albergar. Los especialistas de la UNAM advierten que los efecto más graves se podrían constatar en el corto plazo.

Y claro, un desastre ecológico prácticamente equivale a la ruina económica de la zona, la cual depende enormemente del turismo y la pesca. Las empresas hoteleras de Quintana Roo están gastando cerca de 1 millón de pesos al mes en labores de limpieza; se trata de un esfuerzo desesperado por devolverle su aspecto cristalino a sus aguas. Un esfuerzo que, por cierto, afecta a las playas por la introducción de maquinaria pesada y toma demasiado tiempo.

México y otras naciones caribeñas exploran métodos para sacarle algún provecho económico a los excesos de sargazo, así como mejorar las técnicas de limpieza sin dañar al medio ambiente.

Con información adicional de BBC News y El Universal.

 

 

                                                                                                       

 


 

jueves, 4 de marzo de 2021

UNA BOTELLA LANZADA EN PLAYA GÜIBIA FUE ENCONTRADA EN TEXAS 14 AÑOS DESPUÉS


Cuando el doctor Juan Carlos Fajardo todavía era estudiante de medicina de la UASD, solía asistir al Club de los Maestros a recoger la basura de la playa junto a una asociación a la que pertenecía.

 


En una de esas ocasiones, uno de sus compañeros le pregunta ¿y si lanzas una botella al mar con un mensaje para que las personas dejen de tirar basura? A Fajardo le pareció una buena idea, pero jamás pensó que 14 años después alguien le escribiría diciéndole que había encontrado su mensaje.

 


La zona de Güibia donde el doctor Fajardo y sus compañeros limpiaban hace 14 años. Esta es la zona donde está el Club de los Maestros. (Fuente Externa)

 


“Cuando mi compañero me dijo eso yo nunca pensé que llegaría tan lejos. Pensé que se hundiría a mitad del mar. Yo escribí el mensaje, también puse mi número de teléfono y lo entramos a una botella de vino”.


 

El mensaje decía "Limpiamos para un lugar mejor. No ensucies, limpie. Esto es de R.D", y fue encontrado en South Padre Island en Texas, donde Boz Subozki se encontraba acampando.



Regístrate para vivir una experiencia personalizada de consumo de contenidos.

 

 

Subozki hizo un en vivo en Facebook para abrir el mensaje junto a sus seguidores “huele un poco mal como a pescado”; ¿qué dirá este mensaje? ¿Qué lo rescaten? ¿yo no sé español?, decía Subozki en la transmisión.

Luego de publicarlo, una amiga que sabe español, le pidió el número de teléfono del doctor Fajardo y ella fue quien le hizo saber que habían encontrado su mensaje y los puso en contacto. Ahora están pensando hacer un en vivo para conversar sobre la experiencia.

fuente: Diario Libre.