La biotecnología abre muchas
puertas.
Los científicos saben qué les
gustaría encontrar detrás de esas puertas pero no es fácil prever qué es lo que
realmente se esconde detrás de cada una. La ciencia de "jugar con los
genes" ha nacido y aún es un bebé.
Lo que nos depara el futuro es muy
incierto y mientras unos quieren vendernos el paraíso, otros auguran grandes
catástrofes, pero lo que nadie duda es que todo tiene un precio, aunque muchas
veces sean otros, o la Naturaleza, los que paguen el precio de las ventajas
ajenas. ¿Qué podemos esperar de la manipulación artificial de los genes?
Los cromosomas son donde se
almacena el material genético de la célula y su número suele ser par (célula
diploide) porque la mitad procede del padre y la otra mitad de la madre.
En los cromosomas están los genes,
los cuales están constituidos por ADN (ácido desoxirribonucleico) y son la
unidad básica de la herencia.
La molécula de ADN está formada por
dos cadenas (de nucleótidos) enrolladas entre sí a modo de escalera de caracol
y es una de las moléculas de mayor tamaño. De hecho, los cromosomas pueden
verse a través de un microscopio óptico.
Los cromosomas se localizan en el
núcleo de todas las células de un ser vivo y en todas esas células está
presente la misma información genética. O sea, los cromosomas de las células de
un ojo son los mismos que los cromosomas de un músculo, pero los genes de los
cromosomas saben su función específica según el tejido en el que estén.
La excepción a esta regla son los
gametos o células reproductoras que tienen sólo la mitad de los cromosomas
(haploides) ya que, al estar destinados a la reproducción, la otra mitad de los
genes los pondrá el gameto del otro sexo al que se una.
En 1911 Johannsen creó el término
gen para designar un segmento de ADN que representa la unidad básica de la
herencia.
Los genes controlan las
características del ser vivo que los posee y antes incluso de descubrirse, el
botánico y sacerdote austríaco Mendel (1822-1884), enunció una serie de leyes
que controlan la transmisión de los caracteres hereditarios, tras sus ensayos
con guisantes.
LA
MANIPULACIÓN GENÉTICA ES UNA HERRAMIENTA EXTRAORDINARIAMENTE PODEROSA.
Es el control de la vida misma. Y
si bien puede ofrecernos grandes ventajas, también es fácil que se pierda el
control sobre los organismos creados. Incluso sin manipulación genética, el
hombre ha provocado grandes desastres por introducir en un ecosistema animales
o plantas existentes en otros lugares.
De eso hay cientos de ejemplos (el
mejillón cebra y la enredadera kudzu en Norteamérica, la mangosta introducida
en Hawai...).
La ingeniería genética permite
cambiar genes entre especies distintas, creando organismos vivos nuevos, OMG
(Organismos Manipulados Genéticamente) o transgénicos. Pero realmente aún es pronto
para que el hombre conozca todo el potencial de un sólo gen, y es imposible
predecir cómo evolucionará cada organismo en la Naturaleza. ¿Qué podemos
esperar si introducimos especies nuevas, intercambiando genes incumpliendo las
normas básicas de la Naturaleza y saltándonos la barrera de las especies?
Jeremy Rifkin, un tecnólogo y
escritor de prestigio dice en su libro "El Siglo de la Biotecnología"
(1998): "Si la historia nos ha enseñado algo es que no hay revolución
tecnológica que no traiga consigo beneficios y costes. Cuanto mayor sea el
poder de la tecnología de expropiar y controlar las fuerzas de la naturaleza,
más riguroso será el precio que habremos de pagar en forma de perturbaciones y
destrucciones sembradas en los sistemas de los que depende la vida. (...) Con
la tecnología genética asumimos el control sobre los planos hereditarios de la
vida misma. ¿Puede una persona razonable creer, ni por un momento, que tal
poder sin precedentes no supone riesgos importantes?". Y sigue diciendo: "No
hay un solo caso en la historia de que la introducción de una innovación
tecnológica de consideración haya tenido sólo consecuencias benignas para el
mundo natural.
Gracias a las nuevas tecnologías
los seres humanos pueden explotar y expropiar la naturaleza y obtener
beneficios a corto plazo, pero siempre a costa de contaminar, esquilmar y
desestabilizar alguna porción de la biosfera".
Lo que la biotecnología nos quiere
ofrecer es un mundo con mejores especies que trabajen mejor para nosotros los
humanos, animales que engorden más en menos tiempo, plantas con más vitaminas y
más resistentes, órganos de repuesto, bacterias que limpien la contaminación,
individuos más inteligentes, más guapos y más longevos... y muchas otras
ventajas que ahora ni nos atrevemos a imaginar.
Sabemos que todo tiene un precio,
lo que no sabemos es cuál es el precio de cada ventaja y es ese precio el que
separa la opinión de científicos de todo el mundo.
Mientras unos sólo ven las
ventajas, otros quieren que se estudien a fondo también los inconvenientes.
Un tercer grupo afirma que
actualmente es imposible examinar los inconvenientes porque no disponemos del
conocimiento necesario ni del entorno ideal. O sea, cuando se planta un campo
con plantas transgénicas para experimentar, es imposible aislar totalmente ese
campo y el polen transgénico es fácilmente diseminado en la naturaleza. Aunque
se cerrara totalmente ese campo es imposible garantizar un aislamiento total,
incluyendo el caso de alguna catástrofe (incendio, inundación...). Además, es
imposible estudiar en un laboratorio las repercusiones de un OMG en la
naturaleza.
Vamos a examinar brevemente algunas
cuestiones que son de importancia capital para poder hacer un juicio justo a
los OMG:
Polución
genética: Introducir especies transgénicas puede desestabilizar los
ecosistemas. Hasta ahora los seres humanos sólo podían cruzar individuos de la
misma especie o, como mucho, de especies muy afines y siempre bajo las normas
que impone la naturaleza.
Ahora se pueden violar esas normas
y es fácil poner genes de un animal en el ADN de una planta. Lo que no es fácil
es saber sus repercusiones, porque los organismos vivos se reproducen,
proliferan y migran. No es posible seguir el rastro a todos los genes liberados
especialmente en organismos microscópicos o el diminuto polen que puede ser
trasladado por el viento cientos de kilómetros.
Aunque las posibilidades sean
mínimas, las consecuencias pueden ser graves e irreversibles. En 1997 los
investigadores Snow y Morán publicaron en la revista BioScience un estudio que
ponía de manifiesto las deficiencias intrínsecas de las pruebas de campo de
cultivos transgénicos. Una de las cosas que se dice en ese estudio es que las
pruebas se hacen en campos pequeños y en pocas temporadas, lo cual hace improbable
que se observen los efectos negativos.
A eso hay que unir que la
comercialización de semillas transgénicas permite que se planten en multitud de
ecosistemas distintos sin que haya pruebas de campo en todas esas condiciones.
Ejemplo: Se está investigando en
una bacteria transgénica que contenga una enzima que destruya la lignina,
sustancia que da rigidez a la madera, para poder usarla en procesos
industriales (fábricas de papel...). Si esa bacteria escapase a la naturaleza
podría destruir grandes extensiones de bosques.
La lista de posibilidades es
inmensa: Se han puesto genes de proteínas anticongelantes de las platijas en
los genes de los tomates para que soporten las heladas, genes de pollo en las
patatas para que sean más resistentes a las enfermedades...
Ya se han dado casos de encontrar
genes transgénicos en campos plantados con semillas naturales, cerca de campos
con plantas transgénicas. El polen no respeta límites y las distancias mínimas
dependen de la especie, de los vientos dominantes, del relieve, de la
superficie sembrada, etc. Algunos estudios revelan casos de contaminación
genética entre campos de maíz separados a más de 800 metros.
CONTAMINACIÓN
QUÍMICA: Algunas empresas ya están comercializando semillas
transgénicas (como el maíz) que son resistentes a ciertos herbicidas que
también venden ellos mismos. Para matar las demás plantas, el agricultor tiene
que utilizar dicho herbicida el cual se supone que no daña a la planta
transgénica.
En esa situación, se tiende a
utilizar una dosis mayor de herbicida lo cual conlleva una contaminación
química de la tierra, del agua, de los ecosistemas cercanos y de los productos
agrícolas que consumimos. Se ha demostrado que algunas malas hierbas se están
haciendo resistentes a esos herbicidas lo que conlleva un uso aún mayor del
herbicida químico. Todo lo dicho también es aplicable a insecticidas para
controlar plagas y a otros productos fitosanitarios.
Ejemplo: El ballico, una mala
hierba común en Australia se ha hecho resistente al herbicida de la empresa
Monsanto, una empresa que fomenta sus productos transgénicos sin escrúpulos. De
hecho, se ha demostrado que el ballico resiste 5 veces la dosis recomendada y
esa empresa ha solicitado a las autoridades que le permitan aumentar más del
triple el límite del residuo del herbicida.
Cultivos como malas hierbas y mayor
resistencia de las malas hierbas: Los científicos Mellon y Rissler han señalado
que "la posibilidad de que la ingeniería convierta los cultivos en malas
hierbas nuevas es uno de los grandes riesgos de la ingeniería genética".
Por otra parte, por polinización
cruzada es fácil que un gen transgénico acabe en una mala hierba de la misma
familia y esa mala hierba podría adquirir las características que sólo se
desean para el cultivo. Allí donde se usan plantas transgénicas resistentes a
cierto herbicida, está muy bien documentado científicamente que las malas
hierbas y los insectos se están haciendo también resistentes a ese herbicida.
Ejemplos: También se investigan y
comercializan peces y plantas transgénicos para que sean más resistentes a
ciertas condiciones (frío, salinidad...) y tengan ciertas cualidades
especiales. Esto podría ocasionar que esas especies emigren mejor a otras
zonas, ocasionando conflictos con la flora y fauna autóctona. Aunque los peces
transgénicos con más hormonas del crecimiento sólo se cultivan en
piscifactorías, es fácil que escapen a la naturaleza y podrían hacer
desaparecer las especies naturales.
ARMÁS
BIOLÓGICAS TRANSGÉNICAS: También se está investigando en biotecnología
para conseguir armas más mortíferas y más fáciles de controlar. Generar nuevos
organismos patógenos puede hacerse muy fácilmente pero generar los antídotos
para ellos puede tardar años, si es que se consigue. Los que investigan en este
asunto aseguran qué sólo se usaran estas armas contra "los malos",
pero una vez liberadas su control puede ser imposible. Por otra parte, no hay
laboratorio por hermético y seguro que sea, que esté libre de fallos (por error
humano, por desastre natural, por terrorismo...).
Resulta imposible controlar todas
las interacciones de los transgenes: Se ha demostrado que éstos pueden provocar
distinto comportamiento según el órgano en el que estén y en animales de
laboratorio se han creado auténticos monstruos con patologías nuevas y
extrañas. Esto nos lleva al siguiente punto.
EXPERIMENTACIÓN
ANIMAL: ¿Hasta qué punto tenemos derecho a provocar sufrimiento a los
animales? El científico y profesor de bioética Peter Singer demuestra con su
argumentación clara y consistente (si se lee sin prejuicios) que no es fácil
justificar el sufrimiento animal sin límites.
PELIGROS
PARA LA SALUD HUMANA: De todo lo visto puede fácilmente extraerse el
peligro. Se ha demostrado en muchos casos que los OMG provocan alergias. En un
editorial de la revista The New England Journal of Medicine (1996) se afirmó
que "la manipulación transgénica puede transferir de una planta a otra los
alérgenos de la comida". Un alto porcentaje de la población es alérgica a
comidas usuales. Más aún, lo son a productos no usuales o incluso a organismos
que nunca formaron parte de la alimentación humana. Los OMG están provocando un
aumento de las alergias en todo el mundo pero sus efectos están ocultados por
otras causas, como la contaminación atmosférica. También se ha demostrado que
los OMG han generado que ciertas bacterias patógenas para el hombre sean
resistentes a antibióticos que se usan como medicamentos.
Otro riesgo es que el trasplante de
órganos con manipulación genética podría hacer que ciertos virus traspasaran la
barrera de las especies para acabar generando nuevas enfermedades en humanos.
Ejemplo: Se ha demostrado que los
alérgicos a la nuez brasileña también lo son a la soja transgénica obtenida con
genes de la nuez.
Imposibilidad de seguir el rastro a
los transgenes: Esto provoca la incertidumbre sobre lo que realmente estamos
comiendo. Algunas religiones (que prohiben ciertas dietas) o los vegetarianos
ya han mostrado su inquietud, pues en nuestra comida podría haber genes del
cerdo u otros animales sin que lo sepamos.
Ejemplo: En el 2000, en EE.UU. se
encontraron en la cadena alimentaria trazas de maíz transgénico no autorizado
para consumo humano. Escapó de las pruebas que se estaban efectuando sobre este
maíz y provocó problemas alérgicos.
¿Se puede patentar la vida?:
Actualmente es imposible crear genes nuevos, por lo que todas las
manipulaciones genéticas usan como materia prima genes ya existentes creados en
la Naturaleza. Pero aunque eso no fuera así la vida no es sólo información
genética y la vida no puede ser patrimonio de una empresa que la explote a su
conveniencia. Por estos y otros motivos, muchos son los que se oponen a
permitir que se puedan patentar los OMG, cosa que ya se está permitiendo en
Estados Unidos.
Pérdida de biodiversidad: Multitud
de especies animales y vegetales (más de 70 según algunos estudios) se pierden
diariamente por actividades directamente relacionadas con el hombre.
En Méjico, Estados Unidos, Brasil,
Argentina y otros muchos países se están abandonando las variedades naturales
tradicionales en favor de semillas transgénicas, lo cual está llevando a esas
variedades naturales a su extinción y a imponer una uniformidad genética que es
inherentemente inestable en cualquier ecosistema.
Mientras la biotecnología
obtiene su materia prima de la riqueza genética de la Naturaleza, a su vez está
contribuyendo a la desaparición de esa riqueza genética.
La pérdida de especies naturales
que han perdurado durante años por estar bien adaptadas es de enorme gravedad y
más aún cuando muchas de esas variedades genéticas que se pierden podrían ser
la solución natural a futuras enfermedades.
Dependencia de las empresas
biotecnológicas: Mientras a lo largo de la historia los agricultores guardaban
sus semillas y las legaban a la generación siguiente, ahora las empresas
biotecnológicas pueden conseguir que sus semillas germinen pero las semillas
que salgan de la nueva planta sean estériles y no permitan ser utilizadas. Las
empresas biotecnológicas y farmacéuticas no son empresas con fines altruistas.
Su objetivo principal es ganar
dinero y no dudan en imponer sus reglas siempre que pueden, incluso han llegado
a denunciar a un agricultor que no les compró sus semillas por encontrar en su
campo genes de sus semillas transgénicas (debido al polen de los campos
cercanos).
El objetivo de estas empresas ya no
es mejorar las plantas, las cuales han demostrado ser suficientemente buenas,
sino conseguir ampliar su cuota de mercado y que los agricultores dependan de
sus semillas y de sus productos fitosanitarios. Cuando los mayores defensores
de los OMG son empresas con grandes beneficios económicos, su credibilidad es
dudosa.
En el mercado internacional más de
la mitad de la soja está modificada genéticamente y debido a las enormes
producciones de soja, estas empresas están buscando nuevos mercados en los
países ricos (leche de soja, batidos, sopas, tofu...). Estos productos están
contraindicados en los niños menores a 5 años por su total carencia de calcio y
de hierro. Los enormes monocultivos de soja en manos de unas pocas
multinacionales están provocando desastres sociales, económicos, nutricionales
y ambientales en muchas zonas (Argentina y Brasil son buenos ejemplos).
Peligros de la eugenesia: Mejorar
el patrimonio genético potenciando los genes "buenos" ha sido visto
también como peligroso, especialmente en humanos (lo demuestran las políticas
eugenésicas de principios del siglo XX en EE.UU. o la ideología racista y
eugenésica del partido nazi de Hitler).
Entre otras cuestiones, no existen
genes buenos y malos sino que todo depende de un enorme conjunto de factores
(otros genes, el medio...). Cada gen es una puerta que la Naturaleza abre para
su subsistencia. A esto hay que añadir que lo más favorable para una población
es tener una amplia diversidad genética, lo cual precisamente la eugenesia pone
en peligro. Una encuesta realizada entre parejas estadounidenses reveló que el
11% de las parejas abortaría un feto con genes con predisposición a la
obesidad. Todos los padres quieren que sus hijos sean más inteligentes, más
sanos, más guapos...
¿Qué precio se paga?: Igual que la
Naturaleza no pide préstamos y no puede "adelantar" beneficios,
tampoco puede conceder beneficios gratuitamente. Todo tiene un precio. Si se
consigue arroz transgénico con vitaminas o árboles transgénicos de crecimiento rápido,
¿de dónde salen esas vitaminas? ¿de donde sale la energía y la materia de ese
crecimiento rápido?. Son preguntas que hay que responderlas hasta el final,
porque no vale contestar "todo sale de la tierra" ya que entonces,
esa tierra tendrá que ser doblemente abonada y habrá que estudiar, en este
caso, cómo se propone abonar. Más aún, hay que examinar las interacciones con
los demás organismos del ecosistema: ¿Qué le ocurre a los organismos de la
tierra? ¿y a las plantas que comparten el ecosistema? ¿y a los organismos de
campos cercanos? ¿y...? Este punto es quizás el que haga naufragar muchos OMG
por su propio peso (baste como ejemplos los ya citados). Sin embargo, antes de
ese naufragio puede que se haga mucho daño.
No todo avance tecnológico es
positivo: Hay muchos ejemplos pero el más famoso es la energía nuclear como
arma militar o como fuente de energía. Los riesgos de esta tecnología, la
contaminación que produce, los desechos nucleares y fuertes motivos económicos
justifican su abandono progresivo en prácticamente todo el mundo.
Del mismo modo que la radiactividad
tiene usos médicos muy importantes, también la biotecnología puede ser
aceptable en algunos casos, siempre que no se olviden los puntos que estamos
exponiendo. Pero por otra parte, los OMG se están extendiendo por el inmenso
poder político de las empresas que los fabrican. Por ejemplo, la Unión Europea
impone restricciones a la comercialización de OMG (por ejemplo prohibiendo
vender semillas convencionales contaminadas con semillas transgénicas). Ante
esto, EE.UU. ha interpuesto una demanda porque considera que eso es una barrera
comercial contra sus exportaciones. ¿Estamos ante avances tecnológicos o ante
intereses económicos?
Ninguna persona sensata niega todas
las herramientas o aplicaciones de la biotecnología: Antes de eso lo que es
justo pedir es que no se acepte el "todo vale", porque hay riesgos
claros que hay que evitar.
Los OMG no pueden solucionar el
hambre del mundo: Los científicos Nebel y Wrigth afirman que "la causa
fundamental del hambre es la pobreza. Nuestro planeta produce suficientes
alimentos para todos los seres humanos de la actualidad. La gente que sufre de
hambre o desnutrición carece de dinero para comprar comida, o de tierras
adecuadas para cultivar. Si por algún milagro la producción mundial de
alimentos se duplicara el próximo año, la situación de casi todos los que
padecen de hambre y extrema pobreza no cambiaría (...), [porque] los alimentos
(...) fluyen en la dirección de la demanda, no de las necesidades
nutricionales". Además, afirman que "no hacen falta ciencias ni
tecnologías nuevas para aliviar el hambre y al mismo tiempo promover la
sostenibilidad cuando cultivamos nuestro sustento". Es una realidad
incuestionable que la comida se tira y despilfarra en los hogares y empresas
alimentarias de los países ricos, mientras en otros lugares la gente muere de
hambre.
Ejemplo: Argentina, el segundo
productor mundial de soja transgénica y un gran exportador de alimentos (trigo,
soja, carne vacuna...) tiene casi la mitad de su población viviendo bajo el
umbral de la pobreza. Las enormes desigualdades sociales crecen
proporcionalmente al crecimiento de las exportaciones.
Muy brevemente, las peticiones que
hacen los ciudadanos preocupados son:
Etiquetado completo: Los productos
deben indicar si contienen OMG y de donde proceden los genes insertados.
También hay que especificar si la carne o el pescado se ha alimentado con
alimentos transgénicos.
Exigir un seguro a empresas e
investigadores: Ese seguro se debe exigir tanto para las empresas que
comercialicen como para las que investiguen en pruebas de campo, de forma que
ese seguro pueda hacer frente, al menos parcialmente, a los desastres que se
pudieran ocasionar y a las demandas por contaminación genética.
Exigir a los agricultores un
permiso explícito para cultivar OMG y crear un registro público de este tipo de
cultivos sean o no con fines comerciales.
Reconocer el derecho de las
autoridades locales o regionales a declarar su zona como libre de OMG, para
respetar zonas de especial interés (por su biodiversidad, por sus variedades
agrícolas autóctonas, por sus productos ecológicos o con denominación de
origen...).
Anteponer los derechos y la salud
de los ciudadanos a las ansias lucrativas de las empresas.
No permitir la investigación con
pruebas de campo si no hay total seguridad.
Por todo lo visto, queremos
terminar repitiendo que no cualquier manipulación genética tiene que ser
inherentemente negativa. El peligro estriba en que tiene repercusiones inherentemente
inciertas. Ante un defensor de los OMG que los defiende en base a las opiniones
de algunos científicos y empresas, podemos decirle tres cosas, sin miedo a
equivocarnos:
Son muchos los científicos que
recelan de las ventajas e intuyen los peligros de los organismos transgénicos.
Además, no se conoce que esos científicos tengan intereses empresariales (cosa
que sí se sabe de algunos científicos favorables a los OMG). Aparte de la
intuición, ya hay pruebas claras que demuestran su peligrosidad (provocando
alergias, por ejemplo).
Pudiera ser que los OMG trajeran
muchas ventajas, pero resulta imposible conocer sus repercusiones a largo
plazo.
Con buenas intenciones se han
cometido barbaridades inmensas (la inquisición española, el holocausto judío de
Hitler, las matanzas en el Israel/Palestina actual...).
El hombre necesita tener una
concepción de la Naturaleza coherente con su forma de vida. Algunos científicos
(como Rifkin) aseguran que esa concepción está tan influenciada por el ambiente
cultural del hombre que dice más de ese hombre que de la propia Naturaleza. O
sea, son concepciones de la naturaleza extraordinariamente antropocéntricas que
legitiman el orden social existente y si cambia ese orden social o la relación
de las personas con su entorno, también lo hace su concepción de la Naturaleza,
distorsionando la realidad. Los individuos cuya concepción de la Naturaleza no
encaja con la marcha de la sociedad son vistos como raros o críticos con el
progreso. No son necesariamente tristes, pero sí, al menos, están algo
agobiados por esa incoherencia. Pero el mayor peligro que se plantea es que esa
concepción de la Naturaleza sea modificada en una dirección errónea y,
entonces, se vea como coherente y natural lo que es contradictorio y
antinatural. En este siglo, la biotecnología está siendo incorporada como
natural pero, ¿realmente lo es?, ¿son sus ventajas para todos o sólo para
algunos? ¿qué peligros esconde?... Son preguntas clave para formar la nueva
concepción de la Naturaleza que demandan los cambios en esta sociedad.