Estas son estimaciones informadas por el
climatólogo y profesor de la Universidad de Puerto Rico, Rafael Méndez-Tejeda.
“Esas lluvias pueden hacer que el lago vuelva a subir un poquito, pero no tanto
como aquella vez que inundó la carretera”, dice.
Él se refiere a las crecidas que
registró este recurso de agua desde aproximadamente 2008, que cubrieron
carreteras, afectaron más de 18,000 hectáreas agrícolas y ganaderas, a unas
10,000 familias y a 16 comunidades, entre estas Boca de Cachón, que tuvo que
ser trasladada a un proyecto habitacional construido por el Gobierno.
El lago está en el suroeste de la
República Dominicana y es el más grande del Caribe. Análisis de su expansión
indican que tenía una superficie de 265 kms2, pero en la última década aumentó
a unos 350 kms2.
Son varias las hipótesis sobre la razón.
Una es la incidencia de fenómenos lluviosos y otra que el terremoto de magnitud
7 que afectó Haití en 2010 pudo abrir o cerrar conductos o pasajes de agua
subterránea.
HIPÓTESIS ESTUDIADA
Méndez-Tejeda participa en una
investigación junto a un grupo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
(UASD) con financiamiento del Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo
Científico y Tecnológico (Fondocyt). La hipótesis a la que han llegado es que
el Lago Enriquillo no sólo se nutre del agua de lluvia, sino que tiene
afluentes superficiales que cambian su condición.
Para explicarla mejor, el profesor
indica que se ha determinado que aunque pase un año o dos sin precipitaciones,
el lago sigue recibiendo agua porque llueve en la parte de arriba, en las
montañas, y ese líquido sigue percolando. ¿Cómo lo saben? “Porque hemos
estudiado la hidroquímica del lago”, enfatiza.
La salinidad ha sido uno de los
parámetros más variables medidos por los investigadores, durante los últimos 30
años.
Calculan que en 2003, el lago era
hipersalino, con una concentración de salinidad de 70 a 101.4 ‰. Desde
entonces, la salinidad ha disminuido a 22.2 ‰ en 2012, lo que sugiere al equipo
que el aumento en el nivel y la superficie durante ese tiempo fue causado por
alguna forma de entrada de agua dulce.
“¿Y esa agua dulce de dónde proviene?
Pues de los afluentes que hay, si no hay lluvia, o que viene percolando a
través de la roca”, dice el profesor.
El Lago Enriquillo es del tipo
endorreico porque recibe lluvia o agua subterránea y no tiene salida. Su nivel
normalmente oscila entre 40-50 metros por debajo del nivel del mar.
La única pérdida que tiene es la
evaporación. “De hecho la evaporación del lago es superior a la cantidad de
lluvia que cae generalmente, lo que pasa es que el lago subsiste por la
cantidad de agua subterránea que le llega”, observa Méndez-Tejeda.
En el último año, los investigadores
verificaron que su nivel descendió pero ha comenzado a recuperar algo. “Como
había un aumento del lago de unos 17 metros, pues el que suba o baje un metro
para la gente es más o menos imperceptible”, destaca el climatólogo.
DE DÓNDE VIENE EL AGUA
En enero de 2016, Méndez-Tejeda y los
investigadores de la UASD, Gladys Rosado, Diego Rivas, Tomás Montilla, Santiago
Hernández, Antonio Ortiz y Francisco Santos, publicaron un artículo en la revista
científica Applied Ecology and Environmental Sciences,
titulado “Variación climática y sus efectos
en el incremento del nivel del Lago Enriquillo en la República Dominicana,
2000-2013”.
Indicaron que en el citado período el
nivel de aumento fue de aproximadamente 17.2 metros, “generando los primeros
refugiados debido al cambio climático en la región del Caribe”. Además, alcanzó
su mayor área superficial, medida en 52.53 kms2 en 2013.
Destacaron que el río Yaque del Sur
presenta un importante proceso de erosión que arrastra vastos depósitos de
material que incitan al río a perder en su cauce sedimentos que contribuyen al
aumento del nivel de la Laguna de Cabral –a unos 27 kilómetros de distancia- y
por lo tanto del Lago Enriquillo. Ambos cuerpos de agua afectaron con sus
crecidas principalmente a Jimaní, Duvergé y Cristóbal, y en menor medida a
Neyba, Postrer Río, Villa Jaragua, La Descubierta y Mella.
Los investigadores midieron las precipitaciones,
temperatura, evaporación y evapotranspiración potencial en cuatro ciudades que
rodean la cuenca del Lago Enriquillo (Jimaní, Duvergé, Neyba y La Descubierta)
y en las estaciones situadas en el interior del lago, con el objetivo de
entender el incremento de su nivel.
Encontraron que el caudal total del
Yaque del Sur y los manantiales de agua dulce en Las Marías, La Furnia, Las
Barías, Boca de Cachón y La Zurza, y del Canal Cristóbal, Río Guayabal, Río
Amada y Laguna Limón, se midió como 5.41 m3/s. “Esto representa una
contribución significativa al lago”, indicaron.
Otro lago ubicado a pocos kilómetros del
Enriquillo, el Azuei, que comparte por Jimaní la frontera entre la República
Dominicana y Haití, cubrió con sus aguas oficinas públicas y negocios. Los
investigadores estiman que el área de su superficie subió aproximadamente 15 %
en comparación con sus niveles de 1985, y la del Lago Enriquillo 40 % en
comparación con sus niveles de 2003.
Los especialistas destacaron que en 2010
se produjo un aumento significativo en el nivel del Enriquillo debido al
impacto del huracán Thomas en la región sur. Además, la precipitación asociada
con este fenómeno aumentó los niveles de ese año a alrededor de 43.92 kms2 de
la cubierta de la superficie del agua, lo que representa un aumento de
aproximadamente 40%.
Observaron que después de las lluvias
atribuidas a Thomas, una marcada sequía se impuso en toda la región; sin
embargo, los niveles de los lagos se mantuvieron constantes a lo largo de este
período. El área de la superficie del agua en la cuenca del Lago Enriquillo era
43.8 kms2 en 2010 y de aproximadamente 50 kms2 entre 2011-2013.
Otro artículo publicado por Rosado,
Méndez-Tejeda, Rivas e Infante en noviembre de 2016, en la revista Open
Science Journal, titulado “Análisis
físico-químico del Lago Enriquillo en República Dominicana”, sugiere que el nivel de la salinidad
no sólo puede atribuirse al agua dulce proporcionada por los tributarios; en su
lugar, se supone que el lago recibió algún tipo de inyección subterránea.
Los investigadores consideran necesario
seguir estudiando las crecidas, pues entienden que hay fuentes de agua dulce
distintas a las conocidas que deben examinarse en la búsqueda de las razones
del desborde.
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