“Gran
Chaco Americano es un vasto ecosistema sudamericano que se extiende por
Argentina, Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil. Tras la cuenca amazónica, es
la mayor región boscosa del continente, con enormes reservas de agua, energía y
tierra cultivable y una gran diversidad de pueblos indígenas que lo habitan.”
Un
peligro inminente El presente y futuro de Chaco depende de encontrar un punto
de equilibrio, entre la creciente explotación de sus recursos para producir
ganado y madera y la conservación de su hábitat natural y el estilo de vida
ancestral de sus pueblos ancestrales. La organización ambientalista WWF considera
al Gran Chaco un ecosistema de importancia mundial, por su papel en la
mitigación de los efectos del cambio climático.
Paraguay
tiene actualmente la sexta tasa de deforestación más rápida del mundo, con la
pérdida de unas 325.000 hectáreas al año, según la FAO. Muchos indígenas han
tenido que organizarse por sí mismos para patrullar las zonas e impedir que los
empleados de los ranchos de ganado vecinos, entren y corten árboles sin permiso
en sus tierras, que supuestamente están bajo protección nacional.
Los
bulldozers de los terratenientes vecinos que cultivan ganado entran en sus
tierras arrasándolo todo, de tal forma que a su paso quedan enormes franjas
vacías donde antes había lapachos, algarrobos o palos borrachos, consideradas
maderas preciosas.
Tras el paso de estas máquinas es fácil distinguir las
huellas que dejan los grandes mamíferos autóctonos (y protegidos) como el
jaguar, el tapir y el armadillo, al huir del ruido de los tractores y de las
motosierras.
Parques
desprotegidos y discriminación El Parque Nacional Kaa Iya en Bolivia que ocupa
3,4 millones de hectáreas y el Parque Nacional de los Defensores del Chaco en
Paraguay (un millón de hectáreas, son las únicas áreas vírgenes sobrevivientes
del Gran Chaco.
Este
último Parque es vigilado por un único guarda parque. Hay un consenso básico en
la ONU de que los pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario deben
poder mantener sus tierras ancestrales y su estilo de vida tradicional si así
lo desean. Pero ningún gobierno ha tomado medidas definitivas para protegerlos.
Un
número importante de Ayoreos han tenido que abandonar desde 1987 sus
comunidades aisladas, después de que la zona circundante fuese destruida y
construir asentamientos como el de Chaidi, que se encuentra a unos 500
kilómetros de la capital paraguaya, Asunción.
La
discriminación contra los pueblos indígenas es tan fuerte en Paraguay, que muy
pocas personas se preocupan por lo que le suceda a los Ayoreo, es la queja más
frecuente entre los habitantes de esta etnia, que por principios pretende
seguir viviendo en comunión con la Naturaleza, respetando sus costumbres más
antiguas
Fuente: Eco América
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