El río Haina, una de las principales fuentes de abastecimiento de agua
del Gran Santo Domingo, continúa su lenta y constante agonía debido a que a
través de los años empresas públicas y privadas han ido extrayendo de sus
entrañas los agregados que le dan vida.
Sobre el particular, el coordinador de la Comisión Ambiental de la UASD,
Luis Carvajal, citó varios problemas por los que atraviesa este recurso natural
como la degradación de su zona de captación en la cuenca alta, la eliminación
de su bosque de galería en casi un cien por ciento, la colocación de vertederos
a sus alrededores, las aguas negras o residuales que llegan a ese afluente, la
extracción de agregados y “el problema de mayor importancia, la complicidad de
las autoridades y la indiferencia relativa de la Procuraduría de Medio
Ambiente”.
En una conversación con Diario Libre, recordó muchas veces que la
extracción de materiales del río Haina cuenta con el permiso del Ministerio de
Medio Ambiente, pese a estar prohibido mediante las leyes 123 y 64-00 y varios
reglamentos y resoluciones.
“Un permiso para extraer materiales en el área de afluencia de los ríos
viola todas las legislaciones dominicanas. La única posibilidad de incidir es
que se vaya a realizar una obra de corrección de cauce”, expresó al considerar
que detrás los proyectos de encauzamiento, existe un “enorme engaño”.
En una segunda vista al río Haina, Diario Libre constató que dentro del
afluente había varios camiones con grandes cantidades de materiales con los
cuales se habilitaba un paso para facilitar el tránsito de las maquinarias
pesadas. No se pudo determinar si se trata de una empresa pública o privada. En
otro punto, desde el puente del distrito municipal Hato Damas, varios hombres
con palas en mano extraían materiales del río.
Consecuencias
El ambientalista indicó que debido a la extracción de agregados del río
Haina si se produjera un período de sequía, traería como consecuencia un
abatimiento de los pozos de agua y crearía una situación crítica. Apuntó que la
degradación de esos sistemas impacta directamente la economía general de la
población debido a que imposibilita la producción agrícola.
“Lo que ocurre en altura con la deforestación, lo reforzamos abajo con
los vertederos y la extracción de agregados”, lamentó Carvajal al vaticinar que
la situación conducirá a una catástrofe.
“La verdad es que el estado del río Haina está afectando la vida
económica, la salud y la quietud mental de los poblados de su entorno y está
golpeando a toda la sociedad dominicana”, expresó.
Solución
Para evitar las excavaciones de los ríos, el ambientalista plantea que
lo primero que se debe hacer es eliminar la impunidad tanto pública como
privada y respetar la Ley 123 que prohíbe la extracción de los componentes de
la corteza terrestre llamados arena, grava, gravilla y piedras y la 64-00 sobre
Medio Ambiente.
Entiende que si la citada legislación se aplicara “medianamente” casi el
98 % de los problemas por los que atraviesa el río Haina específicamente y
otras fuentes acuíferas del país desaparecerían.
Manifestó que, si las autoridades tuvieran la intención de realizar
alguna labor de restauración ambiental, lo primero que deben hacer es recuperar
el bosque de galería, frenar la depredación en altura y eliminar los permisos,
los cuales calificó de irregulares.
“Le saldría extremadamente simple al Estado dominicano si asume el rol
que le impone la ley”, enfatizó.
Además, no caer en la ingenuidad con los pequeños “proyectos de
restauración”, cuando el río está siendo destruido a todo lo largo.
Insistió en la implementación de políticas estructurales más allá de los
discursos y en el sometimiento del personal de Medio Ambiente que ha otorgado
permisos de extracción.
“Obligar a todo el que alguna vez sometió un proyecto de restauración de
ríos lo emplee”, recomendó.
Diario Libre
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