El IPCC, la entidad científica que genera los datos que orientan al
mundo sobre cómo responder a la crisis climática, ha iniciado este lunes una
reunión de dos semanas para la revisión final de un informe que entregará el
próximo día 28 a los gobiernos y que contendrá nueva evidencia sobre los
aspectos socioeconómicos de este fenómeno, su relación con la biodiversidad y
recomendará que se valore el conocimiento local e indígena que existe al
respecto.
«Estamos en la fase final de una revisión estricta y meticulosa del
informe que valora los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad al cambio
climático», explicó el presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático (IPCC), Hoesung Lee, en la apertura de las reuniones,
después de la cual las discusiones se realizarán hasta el final a puerta
cerrada.
Importancia de los informes
Este será el segundo capítulo (de un total de tres) del Sexto Informe de
Evaluación sobre el cambio climático, un documento que se prepara a lo largo de
seis o siete años para incorporar la nueva información que se va obteniendo
sobre el cambio climático y que guía las decisiones y los compromisos
internacionales en las cumbres del cambio climático que se realizan cada año.
En la última, celebrada el pasado noviembre en Glasgow (Reino Unido) se
mantuvo vivo el compromiso de limitar la subida de la temperatura global por
debajo de 1,5 grados centígrados, un objetivo cada vez más difícil de cumplir
por el constante aumento de los gases que provocan el calentamiento planetario
a causa principalmente del uso combustibles fósiles.
La ciencia ha mostrado que una subida mayor de la temperatura global causaría
más fenómenos meteorológicos extremos, aumentaría la inseguridad alimentaria y
generaría una mayor presión sobre los recursos hídricos, entre otras
consecuencias graves.
Revisión final del informe
En esta fase final de revisión del segundo capítulo – que contiene miles
de páginas y en cuya elaboración participaron 270 científicos de 67 países que
han trabajado en él sin recibir una retribución a cambio -, los representantes
de los gobiernos se reunirán vía telemática con los autores para hacer una revisión
«línea por línea» del documento, en un proceso de escrutinio que garantizará la
exactitud de los datos y su equilibro.
El primer capítulo fue presentado el pasado agosto y se centró en las
proyecciones del cambio climático, mientras que el capítulo que se presentará
en dos semanas estará enfocado en comprender la interconexión entre el clima,
la biodiversidad y las sociedades humanas, y ofrecerá soluciones ya no solo a
nivel global, sino a escala local, para que la gente sea capaz de responder mejor
al cambio climático a un nivel comunitario.
Si bien el lenguaje de estos informes suele ponerlo fuera del alcance
del común de los ciudadanos, su contenido es crucial porque constituye el
fundamento científico que ya nadie puede rechazar sobre el avance del cambio
climático y ofrece a los gobiernos una guía concreta de las acciones que se
requieren si se espera que las sociedades pueda acomodarse a la nueva situación
y mantener su existencia.
Salud mental juvenil
En la inauguración de las reuniones, el secretario general de la
Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, planteó un punto de
preocupación diferente, relacionado con el impacto que el debate sobre el
cambio climático está teniendo en la salud mental de la juventud, un asunto que
sugirió tomar en consideración.
Señaló que el «miedo apocalíptico» se está extendiendo sobre todo entre
los más jóvenes y frente a esto «debemos comunicar cuidadosamente los
resultados de nuestra investigación científica».
Taalas, cuya organización también investiga y produce datos que permiten
entender la tendencia del cambio climático, enfatizó que hablar de «colapso de
la biósfera» o de «extinción de la humanidad» no puede hacer sino generar
desesperanza entre los jóvenes.
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