Según la organización ambientalista
WWF, en los últimos 40 años el número de especies de animales salvajes ha
disminuido en un 52%.
Los científicos hablan de la sexta
extinción masiva en el planeta.
¿Serán
los humanos los siguientes en desaparecer?
Los humanos creemos dominar el
planeta, pero nuestra condición aparentemente privilegiada no nos garantiza la
supervivencia como especie.
Una serie de escenarios, todos
ellos consecuencia directa o indirecta de nuestro impacto sobre el planeta,
podrían acabar con la humanidad.
LA CRISIS ALIMENTARIA
En varios ecosistemas, uno de los
papeles más cruciales lo desempeñan los grandes depredadores.
La ausencia de este tipo de animales podría provocar un aumento de la población de roedores, lo que a su vez dispararía el nivel de morbilidad.
La ausencia de este tipo de animales podría provocar un aumento de la población de roedores, lo que a su vez dispararía el nivel de morbilidad.
Los expertos ven también con alarma
el aceleramiento en la desaparición de los invertebrados, una tendencia que
podría afectar seriamente la producción de alimentos a nivel planetario, puesto
que los insectos juegan un papel importante en el ciclo de los nutrientes, así
como en la polinización del 75% de los cultivos alimentarios del mundo.
La cantidad de dióxido de carbono en nuestra atmósfera aumenta de manera constante.
La presencia de CO2 en el aire
afecta a la transferencia de calor en el planeta.
En este sentido, los climatólogos
Tyler Robinson y Colin Goldblatt predicen que podría llegar un momento a partir
del cual la temperatura de la Tierra no dejará de aumentar.
CAMBIOS EN LA CICLICIDAD DE LOS MONZONES
A medida que el clima se calienta,
los mecanismos que provocan vientos húmedos estacionales en Asia, África y
América del Sur pueden verse alterados.
Como resultado, regiones del
planeta fundamentales para la agricultura y que son hogar para casi la mitad de
la población humana podrían quedarse sin lluvias.
Debido a variaciones en la
ciclicidad de los monzones el desierto del Sahara podría convertirse en un
bosque tropical, mientras que la selva amazónica, al contrario, se
transformaría en una árida estepa.
Muchos otros factores
climatológicos inmediatamente cambiarían, provocando un efecto dominó.
ÉBOLA
El virus del Ébola en su forma actual no es tan peligroso como afirma la prensa, puesto que la infección solo es posible si existe contacto con los fluidos corporales (sangre, vómito, sudor) del portador.
Sin embargo, si el virus muta y
empieza a transmitirse a través del aire las posibilidades de que se desate una
pandemia se multiplicarán.
BIOTERRORISMO
Los avances en los campos de la biología molecular y la genética
pueden posibilitar nuevos tipos de desarrollo de armas biológicas.
Actualmente muchos científicos intentan comprender un proceso
bioquímico complejo, la apoptosis, es decir, la muerte celular programada.
Si aprende a controlar la apoptosis, la humanidad obtendrá una nueva poderosa arma.
Si aprende a controlar la apoptosis, la humanidad obtendrá una nueva poderosa arma.
CIBERARMAS
Las armas informáticas también
pueden conducir al final del mundo.
El virus informático Stuxnet atacó
las instalaciones nucleares de Irán y una red de ordenadores de un reactor ruso
que ni siquiera estaban conectados a Internet.
Al respecto, el experto mundial en
antivirus Evgueni Kasperski dijo: "Lo que hemos visto es solo el
principio, y creo que en realidad esto puede provocar el fin del mundo.
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