Las especies acuáticas invasoras
son plantas y animales que se desarrollan en un lugar y son introducidas en
otro mediante diversos medios.
Las especies siempre han utilizado
los océanos para moverse por el planeta.
Bien nadando, bien desplazándose
con la ayuda de un tronco, una hoja o un coco, los organismos han encontrado
nuevos mundos donde desarrollarse.
Pero, hasta hace poco, este proceso
había sido moderado, limitado a las corrientes y los vientos.
Sin embargo, desde que el ser
humano tomara los mares, los intrépidos polizones han contado con cada vez un
mayor número de vehículos para dispersarse más lejos y de manera más rápida.
El resultado es la existencia de un
número creciente de ecosistemas, fundamentalmente cerca de las líneas costeras,
que están siendo puestos en peligro e incluso exterminados por especies no
nativas.
¿EN QUÉ
CONSISTEN?
Una especie acuática invasora no
nativa puede ser cualquier organismo que exista en algún lugar, dentro o cerca
del agua, al que no pertenece.
Cuando una especie foránea llega a
un nuevo lugar, pueden suceder varias cosas:
Puede encontrar inhóspito el nuevo
hábitat y morir; puede sobrevivir con apenas impacto para el medio ambiente; o
puede hacerse con el control y dañar de diversas maneras la vida salvaje que
existe en el lugar de forma natural.
Las especies invasoras suelen
desarrollarse porque sus nuevos hábitats carecen de depredadores naturales que
controlen la población.
Provocan daños fundamentalmente al
consumir especies nativas, competir con ellas por comida o espacio o introducir
enfermedades.
Un infame ejemplo es el mejillón
cebra, introducido accidentalmente por un carguero en los Grandes Lagos de
América del Norte desde el Mar Negro en 1988.
El pequeño molusco se multiplicó de
forma incontrolada, lo que privó de comida a las numerosas poblaciones de
mejillones nativas de los Grandes Lagos y afectó a las estructuras construidas
por el ser humano, desde tuberías de entrada a las fábricas a los timones de
los barcos.
Actualmente se han propagado desde
Canadá hasta México y está considerada una de las especies más perjudiciales.
Al año se gastan cientos de
millones de dólares para controlar la población.
¿CÓMO
LLEGAN AHÍ?
La mayoría de las especies marinas
invasoras viajan de polizones en los lastres de los barcos.
Los barcos de gran tamaño cuentan
con tanques en sus cascos, los cuales se rellenan de agua de mar para
contrarrestar el peso de la carga.
Los barcos vierten el agua en los
puertos de descarga, en algunos casos más de 75 millones de litros.
Cuando el barco llega a su destino,
suelta el lastre junto con todas las especies que haya dentro, desde bancos de
peces a organismos microscópicos.
En la actualidad existen numerosas
oportunidades para transportar especies no nativas.
Anualmente unos 45.000 cargueros
desplazan más de 10.000 millones de toneladas de agua como lastre por todo el
mundo.
Las especies invasoras también se
desplazan en la parte exterior del casco de los barcos y en los millones de
toneladas de plástico y otras basuras que flotan por el planeta en las
corrientes oceánicas.
Las especies adquiridas en el
comercio de animales exóticos y de acuario liberadas en otro lugar pueden
convertirse en especies invasoras, ya que pueden fugarse de las explotaciones
dedicadas a la acuicultura.
El continuo aumento de la
temperatura provocado por el calentamiento global está permitiendo que especies
no nativas pueblen los hábitat oceánicos que eran demasiado fríos en el pasado
para poderse habitar.
COMBATIR A
LAS ESPECIES INVASORAS
Para combatir a las especies
invasoras, los gobiernos se están centrando en la forma de gestionar los
lastres de los barcos.
Existen nuevas normativas en
diversos países que exigen a los barcos cambiar el agua de sus lastres mientras
se encuentren desplazados o que tratan de eliminar a las especies polizones
antes de que sean liberadas
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