El meteorito que acabó con los
dinosaurios, una gigantesca roca de diez km. de diámetro, cuyo impacto provocó
desastres naturales en todo el planeta, dejó libre el terreno a los mamíferos.
Lo hizo borrando de la faz de la
Tierra a los dinosaurios, incapaces de sobrevivir en aquel entorno.
Hubo una transformación radical,
que afectó a la flora y a la fauna y, según revela un nuevo estudio
estadounidense, también provocó la desaparición de casi toda la vegetación de
hoja perenne, afectando mucho menos a los árboles y plantas de hoja caduca.
Así, las plantas de hoja caduca y
de rápido crecimiento reemplazaron casi por completo a las de crecimiento mucho
más lento, abundantes en aquel entonces.
Es sólo un ejemplo de los radicales
cambios que se produjeron a consecuencia del impacto del meteorito, hace
aproximadamente 65 millones de años, pero fue decisivo, pues este tipo de
plantas eran el principal sustento de los dinosaurios.
EL ORIGEN DE NUESTROS BOSQUES
Así, con la brutal colisión de un
meteorito producida hace millones de años cambió el escenario y se inició el
camino hacia la extinción para muchas especies de la flora y fauna.
Una extinción que abrió el camino a
un nuevo panorama.
Aquella transformación, en suma,
acabó modelando el medio ambiente en el planeta, convirtiéndolo en lo que hoy
conocemos.
El
meteorito que acabó con los dinosaurios originó los bosques actuales
Benjamin Blonder, científico de la
Universidad de Arizona y líder de la investigación, explica que el asteroide
significó un nuevo comienzo para las especies que existían en ese momento.
No todo fueron efectos negativos,
pues nuevas especies pudieron sobrevivir.
Las plantas caducas empezaron a
prevalecer por su mayor aptitud en un entorno de condiciones ambientales
caóticas.
El follaje de las plantas de hoja
caduca es de corta duración y de una constitución más simple, pero fácil de
reemplazar, lo que les ayudó a sobrevivir al fatal invierno surgido tras el
impacto del asteroide, concluye el experto
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