En el Caribe hay alrededor de 50 especies, de las que tres o
cuatro forman el arrecife y el resto son de acompañamiento. Son muy relevantes.
El aporte de carbonato de calcio de estos corales es de suma
importancia, subrayó.
En la naturaleza, abundó, hay un
balance entre la construcción de arrecifes (en los que los corales son sus
ladrillos) y la destrucción natural por oleaje, marea, vientos y huracanes, una
erosión natural que deriva en arenas blancas.
Pero el balance entre construcción
y destrucción es frágil.
A nivel global, por cada 10 kilogramos
de arrecifes que se construyen al año nueve se destruyen de manera natural, así
que es fácil que el balance pueda pasar a ser negativo con cualquier
alteración, por mínima que sea, advirtió
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