Según un estudio, el campo
magnético del núcleo terrestre cambia rápidamente.
Un nuevo estudio afirma que cambios
rápidos en el movimiento del líquido del núcleo externo de la Tierra están debilitando
el campo magnético en algunas zonas de la superficie del planeta.
«Lo más sorprendente es que se
producen cambios rápidos, casi repentinos, en el campo magnético de la Tierra»,
dice el coautor del estudio Nils Olsen, un geofísico del Centro espacial
nacional de Dinamarca en Copenhague.
Los hallazgos sugieren que
simultáneamente están produciéndose también cambios rápidos en el metal líquido
a 3.000 kilómetros bajo la superficie, dice.
El flujo arremolinado del hierro y del
níquel fundido alrededor del núcleo sólido de la Tierra desencadena una
corriente eléctrica que genera el campo magnético del planeta.
El estudio, publicado recientemente
en Nature Geoscience, simuló el campo magnético de la Tierra usando nueve años
de datos precisos de satélite.
Los investigadores han comprobado
que las fluctuaciones en el campo magnético se han producido en varias zonas
muy distantes de la Tierra.
En 2003 unos científicos
encontraron cambios marcados en el campo magnético en la región de Asia y el Pacífico.
En 2004, no obstante, los cambios
se centraron en Suráfrica.
Estos cambios «pueden indicar la
posibilidad de una próxima inversión del campo geomagnético», dice la coautora
del estudio Mioara Mandea, una científica del Centro alemán de investigación de
geociencias de Potsdam.
El campo magnético de la Tierra se
ha invertido cientos de veces a lo largo de los últimos mil millones de años y
el proceso completo podría llevar miles de años.
El declive del campo magnético
también está abriendo la atmósfera superior de la Tierra a radiaciones
intensamente cargadas de partículas, según los científicos.
Los datos del satélite muestran que
el campo geomagnético está reduciéndose en la zona del Atlántico Sur, según
Mandea, a lo que añade que una zona con forma de óvalo al este de Brasil es
notablemente más débil que latitudes similares en otras partes del globo.
«Es en esta zona donde el efecto
pantalla del campo magnético se reduce seriamente, lo que permite que
partículas de alta energía del cinturón de radiaciones penetre en la atmósfera
superior a altitudes por debajo de los cien kilómetros», dice Mandea.
Esta radiación no influye en las
temperaturas de la Tierra.
No obstante, las partículas sí
afectan a los equipos técnicos y de radio, y pueden dañar el equipamiento
electrónico de los satélites y los aviones, dice Olsen, del Centro espacial
danés.
El estudio documenta la velocidad a
la que cambia el flujo del núcleo terrestre, dice Peter Olson, un profesor de
geofísica de la universidad Johns Hopkins en Baltimore (Estados Unidos), que no
participó en la investigación.
Usando las imágenes de satélite,
los investigadores disponen de una medida casi continua de los cambios, afirma.
«Proporcionan una buena base para
seguir observando», dice Olson
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