martes, 21 de julio de 2015

PLÁSTICO A PARTIR DE UN RESIDUO DE LA LECHE












Tras cuatro años de trabajo, un proyecto está a punto de ser capaz de producir plástico a partir de ácido láctico, una sustancia que se encuentra en la leche.
El desarrollo de esta idea ganó el Premio Santander a la Innovación en 2009 y fue apoyado por el Programa InnovaPyme de Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México) y el Fondo de Innovación de Nuevo León (México).

Aprovechando el suero de leche, un subproducto de la industria láctea, Hazael Pinto Piña y Álvaro Rodríguez Sánchez, de la empresa Desarrolladora de Soluciones Sustentables, quieren producir plástico biodegradable, en concreto, plástico PLA (ácido poliláctico, cuyo principal fabricante es Nature works).

En México, no hay ácido láctico. Así, los investigadores decidieron producir este compuesto en vez de importarlo, ya que eso aumentaría los costes y el proceso no sería rentable en el mercado.

Por ello, se centraron en obtener ese ácido láctico. Usan lactosa y la transforman, a través de un proceso de fermentación, la purifican y, por último, el ácido puro se polimeriza y se genera la resina con las condiciones que el mercado demanda.



Todo ello para asegurar la tecnología y salir al mercado con un producto, como el ácido láctico, que se utiliza como conservador en la industria alimenticia, principalmente, en salsas, carnes y embutidos.
A partir de ahí, se trata de generar recursos para continuar con el proceso de la obtención de plástico biodegradable.
Hay una planta piloto para la producción de ácido láctico que tendrá una producción de 300 toneladas anuales de este insumo.
El objetivo es que, con esa cantidad de ácido láctico, se produzcan entre 200 a 250 toneladas de plástico biodegradable al año.
En la actualidad, el precio de la resina de PLA tiene un coste que oscila entre los 35 y 40 pesos por kilogramo, mientras la resina tradicional se cotiza entre 20 y 22 pesos, por lo que es fundamental el desarrollo de la tecnología que asegure un insumo más competitivo en el mercado del plástico.

La realidad del mercado es que, aunque el plástico sea biodegradable, pocas empresas optaran por él porque lo que quieren es reducir sus costes de producción.


La introducción del ácido láctico persigue precisamente eso. Pero, además, aprovechando el lacto-suero de leche, un desecho de la industria láctea, se logran beneficios para el medio ambiente: cada mil litros desechados de este líquido equivalen a las aguas negras que producen 450 personas.


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