jueves, 9 de julio de 2015

CAMINAR EN LA NATURALEZA PREVIENE Y CURA LA DEPRESIÓN
















El mejor y más fácil tratamiento preventivo de ladepresión puede estar tan cerca como el parque naturalde nuestro vecindario, según apunta un estudio liderado por investigadores de las universidades de Stanford yTulsa (EE.UU.) publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).


Durante los últimos años se han llevado a cabo centenares de estudios que relacionan el ejercicio físico moderado con el bienestar emocional, algunos de los cuales apuntan que el simple hecho de pasear puede reducir el riesgo de problemas mentales como la depresión.


El nuevo estudio muestra en concreto que las personas que caminaron durante 90 minutos en un espacio natural, en contraposición a los participantes que caminaban en un entorno urbano de alto tráfico, mostraron disminución de la actividad en una región del cerebro asociada con un factor clave en la depresión.

Estos resultados pueden ayudar a avanzar al creciente movimiento mundial que fomenta la creación de ciudades más habitables, y para hacer que la naturaleza sea más accesible a todos los que viven en ellas.

No es la primera vez que un estudio científico apunta la relación entre pasear en espacios naturales y reducción del riesgo de depresión.


En 2012, por ejemplo, un grupo de científicos de la universidad Stirling, en Escocia, publicó en la revista Mental Health and Physical Activity una revisión de múltiples investigaciones que confirman esta relación positiva.

En una línea muy similar, un estudio publicado el pasado mes de febrero en American Journal of Preventive Medicine por el equipo de Kristiann Heesch, de la Universidad de Tecnología de Queensland (Australia), hacer ejercicio de intensidad moderada o salir a caminar mejoraría la calidad de vida de las mujeres de mediana edad con depresión.

En este estudio australiano, las participantes que hacían 150 minutos semanales de ejercicio de intensidad moderada (golf, tenis, gimnasia aeróbica, natación o baile) o 200 minutos de caminata por semana dijeron tener más energía, socializar más, sentirse mejor emocionalmente y no estar tan limitadas por la depresión en los tres años posteriores.


ALEJADOS DEL MUNDO NATURAL

Más de la mitad de la población mundial vive en entornos urbanos, y que se prevé que aumente a 70 por ciento en unas pocas décadas. La urbanización y la desconexión de la naturaleza han crecido de forma espectacular, por lo que tienen trastornos mentales como la depresión, recuerdan ahora los autores del nuevo estudio liderado por expertos de Stanford.

Los estudios mencionados por estos investigadores indican que los habitantes de la ciudad tienen un 20 por ciento mayor riesgo de trastornos de ansiedad y un 40 por ciento más riesgo de trastornos del estado de ánimo en comparación con las personas de las zonas rurales. “Las personas nacidas y criadas en ciudades tienen el doble de probabilidades de desarrollar esquizofrenia”, afirman los autores.

En el estudio, dos grupos de participantes caminaron durante 90 minutos, una en un área cubierta de hierba, con árboles y arbustos; y la otra junto a una carretera de cuatro carriles con tráfico de coches y camiones. Antes y después, los investigadores midieron la frecuencia cardíaca y la respiración, realizado escáneres cerebrales y recogieron un cuestionario sobre el estado de ánimo de los participantes.

Los investigadores encontraron poca diferencia en las condiciones fisiológicas de los participantes en ambos grupos. En cambio descubrieron cambios importantes en el cerebro. La actividad neuronal en la corteza prefrontal subgenual, una región del cerebro activas durante el pensamiento repetitivo centrado en las emociones negativas, disminuyó entre los participantes que caminaron en la naturaleza frente a los que caminaban en un entorno urbano.



“Este hallazgo es interesante porque demuestra el impacto de la experiencia de la naturaleza en un aspecto de la regulación de las emociones, algo que puede ayudar a explicar cómo la naturaleza nos hace sentir mejor”, ha indicado Gregory Bratman, primer autor del nuevo estudio.

“Estos hallazgos son importantes porque son consistentes con, pero aún no prueban una relación causal entre el aumento de la urbanización y el aumento de las tasas de enfermedad mental”, dijo el co-autor James Gross, profesor de psicología en Stanford.


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