El ozono es una molécula muy inestable que se encuentra distribuida en
la atmósfera de la Tierra, especialmente se concentra a una altura de 48 km.
Dependiendo de dónde resida el ozono puede ser benéfico para la vida en el
planeta o puede ser nocivo para todos.
Cuando está a una altura de 24 km, el ozono se convierte en un escudo
protector de los rayos provenientes del sol, pero a una altura menor, se convierte
en un contaminante dañino para los tejidos animales y vegetales.
El adelgazamiento en la capa de ozono
Durante varios años, a partir de finales de la década de 1970,
investigadores que trabajaban en la Antártida detectaron una pérdida periódica de
ozono en las capas superiores de la atmósfera por encima del continente.
El llamado agujero de la capa de ozono aparece durante la primavera
antártica, y dura varios meses antes de cerrarse de nuevo.
Otros estudios, realizados mediante globos de gran altura y satélites
meteorológicos, indican que el porcentaje global de ozono en la capa de ozono
de la Antártida está descendiendo.
Vuelos realizados sobre las regiones del Ártico, descubrieron que en
ellas se gesta un problema similar.
El adelgazamiento en la capa de ozono ocurre cuando el balance natural
entre la producción y la destrucción estratosférico tiende hacia la
destrucción.
Aun cuando los procesos naturales pueden causar una pérdida temporal de
ozono, el cloro y bromo emitido y liberado de muchos compuestos sintéticos es
ahora la mayor causa de la pérdida de ozono en la estratósfera en todo el mundo
desde 1980.
Agujero en la capa de ozono
El término “agujero” se refiere a una grande y rápida pérdida de
moléculas de ozono. En la antártida el agujero se hace visible durante los
meses de septiembre a noviembre (primavera antártica) y esto ha sido causado
por un 40% menos en los niveles de ozono durante los 70’s y se ha observado
tanto como un 60% de pérdida a finales de los 80’s.
En 1992, este fenómeno fue peor en el hemisferio sur pues el agujero
había crecido y se presentó antes de lo previsto.
Las mediciones realizadas arrojaron los resultados más bajos de los
últimos 35 años alcanzando sólo 105 UD (Unidades Dobson) y entre los 13 y 18
km. el ozono se había destruido completamente.
Nueva Zelanda, Australia, y Sudamérica se han visto afectadas por el
agujero en la capa de ozono. Entre 1979 y 1991 las cantidades de ozono total en
la tierra han descendido un 3%.
En el hemisferio norte, el adelgazamiento de la capa es mayor durante el
invierno y a principios de primavera. En 1993, la capa sobre Canadá estuvo un
14% abajo de lo normal durante los meses de enero a abril.
Causas del adelgazamiento
Los químicos industriales que contienen cloro y bromo son los
principales causantes del adelgazamiento en la antártida, pero otros factores
incluyendo la geografía, temperatura, luz y viento han contribuido a su
desarrollo.
Durante los crudos inviernos antárticos, fuertes vientos estratosféricos
se mueven circularmente creando o permitiendo la formación de nubes de hielo
conocidas como nubes polares estratosféricas.
Estas nubes son la superfice donde las reacciones químicas se realizan.
Cuando el sol sale en agosto, la radiación UV hace reacción con el cloro y
bromo, se destruye el ozono.
Cuando el calor primaveral disipa estas nubes heladas, permite que el
aire rico con ozono se mezcle con el aire sin ozono dando como resultado una
pérdida de ozono estratosférico en el área.
Las emisiones de clorofluorocarbonos son
los actores principales, pues sólo ellos han acabado con el 80% del ozono
perdido. Otras actividades humanas incluyendo la deforestación, el uso de
algunos fertilizantes, y la combustión de gasolinas fósiles producen sustancias
que juegan un papel menor pero también dañino en la destrucción de la capa de
ozono.
Efecto invernadero
La atmósfera de la Tierra está
compuesta de muchos gases. Los que más abundan son el nitrógeno y el oxígeno.
El resto, menos de una centésima parte, son gases llamados “de invernadero“.
No los podemos ver ni oler, pero están allí. Algunos de ellos son el dióxido de
carbono, el metano y el dióxido de nitrógeno.
En pequeñas concentraciones, los gases de invernadero son vitales para
nuestra supervivencia. Cuando la luz solar llega a la Tierra, un poco de esta
energía se refleja en las nubes; el resto atraviesa la atmósfera y llega al
suelo.
Gracias a esta energía, por ejemplo, las plantas pueden crecer y
desarrollarse.
Pero no toda la energía del Sol es aprovechada en la Tierra; una parte
es “devuelta” al espacio. Como la Tierra es mucho más fría que el Sol, no puede
devolver la energía en forma de luz y calor. Por eso la envía de una manera
diferente, llamada “infrarroja”. Un ejemplo de energía infrarroja es el calor
que emana de una estufa eléctrica antes de que las barras comiencen a ponerse
rojas.
Los gases de invernadero
absorben esta energía infrarroja como una esponja, calentando tanto la
superficie de la Tierra como el aire que la rodea. Si no existieran los
gases de invernadero, el planeta sería cerca de 30 grados más frío de lo que es
ahora.
El efecto de calentamiento que
producen los gases se llama efecto invernadero: la energía del Sol queda
atrapada por los gases, del mismo modo en que el calor queda atrapado detrás de
los vidrios de un invernadero.
Lluvia ácida
La lluvia ácida que consiste en la reacción entre el bióxido de azufre y
el óxido de nitrógeno en la atmósfera. Ambos contaminantes son liberados por la
quema de combustibles a altas temperaturas emitidos principalmente por
automóviles y chimeneas industriales.
Después de que estos gases se disuelven son arrastrados por los vientos
y regresan convertidos en la temida lluvia ácida. También se manifiestan en
otros fenómenos naturales como son la neblina, la nieve e incluso el polvo.
El viento ha llevado estos gases a lugares donde nunca se ha producido
contaminación alguna como es el caso de las selvas tropicales y bosques
lluviosos dañando la flora y fauna existente.
La destrucción es irreversible. La lluvia ácida tiene un alto efecto
corrosivo demostrándose que este tipo de lluvia, producto de la contaminación
ambiental, ha logrado deteriorar seriamente edificios y estatuas.
Los efectos de la lluvia llegan también al hombre ya que los óxidos de
nitrógeno obstruyen las vías respiratorias, irritando pulmones y contribuyendo
al aumento de casos de neumonías y bronquitis.
Radiación
Aunque las pruebas nucleares atmosféricas han sido prohibidas por la
mayoría de los países, lo que ha supuesto la eliminación de una importante
fuente de lluvia radiactiva, la radiación nuclear sigue siendo un problema
medioambiental.
Las centrales siempre liberan
pequeñas cantidades de residuos nucleares en el agua y la atmósfera, pero el
principal peligro es la posibilidad de que se produzcan accidentes nucleares,
que liberan enormes cantidades de radiación al medio ambiente, como ocurrió en
Chernobil, Ukrania, en 1986. De hecho, desde la desintegración de la Unión
Soviética (URSS), el mundo ha tenido ocasión de comprobar que la contaminación
de esa región por accidentes y residuos nucleares es mucho mayor de lo que se
pensaba.
Un problema más grave al que se
enfrenta la industria nuclear es el almacenamiento de los residuos nucleares,
que conservan su carácter tóxico de 700 a 1 millón de años.
El Smog
Smog, mezcla de niebla con partículas de
humo, formada cuando el grado de humedad en la atmósfera es alto y el aire está
tan quieto que el humo se acumula cerca de su fuente.
smog reduce la visibilidad natural y,
a menudo, irrita los ojos y el aparato respiratorio. En zonas urbanas muy
pobladas, la tasa de mortalidad suele aumentar de forma considerable durante
periodos prolongados de smog, en particular cuando un proceso de inversión
térmica crea una cubierta sobre la ciudad que no permite su disipación.
El smog se produce con más frecuencia
en ciudades con costa o cercanas a ella, por ejemplo en Los Ángeles o Tokyo,
donde constituye un problema muy grave, pero también en grandes urbes situadas
en amplios valles, como la ciudad de México.
La prevención del smog requiere el control de las emisiones de humo de
las calderas y hornos, la reducción de los humos de las industrias metálicas o
de otro tipo y el control de las emisiones nocivas de los vehículos y las
incineradoras. Los motores de combustión interna son considerados los mayores
contribuyentes al problema del smog, ya que emiten grandes cantidades de
contaminantes, en especial hidrocarburos no quemados y óxidos de nitrógeno
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