Que idea tan simple y efectiva, en
lugar de construir más estaciones de combustibles porque no usar los postes de
luz ya existentes para recargar vehículos eléctricos.
Son conocidas sus ventajas más allá
de lo económico que tiene este tipo de proyectos. El primero, es que
democratizan el punto de recarga al poder ser instalado cada pocos metros sin
una instalación muy costosa, pero sobre todo porque lo harían un elemento más
de la urbe. Sin embargo, ver un centro de recarga eléctrica para vehículos no
es común, ni siquiera en ciudades donde está creciendo la venta de este
automóvil.
Beijing fue la primera ciudad que
instaló este tipo de sistemas. No obstante, Berlín busca liderar. Para hacerlo,
se ha planteado un sistema distinto a como funciona el resto de los países: En
vez de penalizar a quienes compren automóviles nuevos con restricciones, cortes
de tráfico o aumento de impuestos, se decidió premiar a quienes utilicen los
vehículos menos contaminantes, fomentando al resto a que opte por esta opción.
Es así como se ha expandido con
éxito el proyecto de conversión de postes de alumbrado público, como una medida
paralela a la instalación de bicicletas, por ejemplo.
El costo estimado de la operación
será de 400 euros por cada farol convertido. Esto significa que la inversión
será de menos de medio millón de euros para fomentar la compra y el uso de este
tipo de vehículos.
El año pasado, la capital de
Alemania comenzó su proyecto convirtiendo 100 postes de luz. Sin embargo, este
año buscan expandir su proyecto y multiplicar por 10 el número de faroles
convertidos, a un costo muy reducido
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