Es la agresión a los sentidos por los ruidos, las vibraciones, los malos
olores, la alteración del paisaje y el deslumbramiento por luces intensas.
Los sistemas sensoriales biológicos más evolucionados podrían
constituir, a efectos del estudio de su dinámica y
funcionalidad, ecosistemas consolidados.
Así lo sugieren la riqueza y diversidad de sus receptores, líneas
de comunicación,
interacciones informacionales y la especialización de sus componentes.
La complejidad que presenta su estructura, con amplias zonas aún por
interpretar, constituye el primer referente en la tarea de dar una respuesta
coherente a la necesidad de generar y gestionar un modelo de
realidad, útil al organismo propietario del complejo sensorial.
Una realidad que no deja de ser consecuencia de la evolución de
los correspondientes balances de materia, energía y, por encima de todo, de
información que genera tal ecosistema.
En tales sistemas sensoriales, sin embargo, hay un causa especialmente
perniciosa de contaminación: se trata de la presencia continuada de impulsos
que, o bien requieran un esfuerzo de procesamiento desproporcionado respecto de
la información obtenida de ellos, o bien contengan informaciones sensoriales
previsibles, triviales, con aportaciones escasas al sustrato de experiencias
rentables, también, percepciones inapreciables, redundantes, de perfil simple.
Su presencia continuada desencadena una fatiga en el procesamiento, que
no se ve «premiada» por la recompensa de un caudal de información.
Conocemos los efectos negativos de la falta de flujo informacional en el
sistema neurológico, en especial sobre el sistema sináptico y,
consecuentemente, la pérdida de riqueza en el entramado que genera la realidad.
Este deterioro es fácilmente observable en los animales superiores, pero
tiene una especial incidencia en humanos, en calidad de grandes consumidores de
información.
La contaminación sónica
Se refiere a la producción intensiva de sonidos en determinada zona
habitada y que es causa de una serie de molestias (falta de concentración,
perturbaciones del trabajo, del descanso, del sueño).
Se llama contaminación acústica al exceso de sonido que
altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona.
Si bien el ruido no
se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones,
también puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no
se controla adecuadamente.
El término contaminación acústica hace referencia al ruido (entendido
como sonido excesivo y molesto), provocado por las actividades humanas
(tráfico, industrias, locales
de ocio, aviones, etc.), que produce efectos negativos sobre la salud auditiva,
física y mental de las personas.
Este término está estrechamente relacionado con el ruido debido a que
esta se da cuando el ruido es considerado como un contaminante, es decir, un
sonido molesto que puede producir efectos nocivos fisiológicos y psicológicos
para una persona o grupo de personas.
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