sábado, 2 de mayo de 2015

RECURSOS NATURALES Y MEDIO AMBIENTE














El mundo tiene el desafío de aumentar la producción de alimentos para alimentar a una población en crecimiento, cuidando sus recursos naturales y el medioambiente, y enfrentando los efectos del cambio climático.

La agricultura es intensiva en su uso del agua, la ganadería puede degradar fuertemente lo suelos, y el uso irresponsable de pesticidas y fertilizantes pueden infectar suelos y las fuentes de agua potable.

La lucha contra el hambre y la pobreza tienen como condición fundamental el respeto al medio ambiente y el cuidado de los recursos naturales. Por ello, FAO promueve técnicas de agricultura, pesca, ganadería y manejo forestal que cuidan los recursos naturales.

TIERRA Y AGUA
Una gestión sostenible, eficiente y equitativa del agua y la tierra nunca ha sido tan importante como lo es hoy. Sólo en América Latina, 120 millones de habitantes urbanos carecen de acceso a agua adecuada, mientras que 150 millones no disponen de servicios sanitarios adecuados.

A nivel global la agricultura supone el 70 % de la utilización del agua dulce. Para aumentar la producción alimentaria de manera sostenible, se requiere un cuidadoso e eficiente manejo del agua.
El cuidado de los suelos es también fundamental, ya que la FAO estima que cerca del 70 % de las pasturas de la región presentan algún grado de degradación.
FAO apoya buenas prácticas agrícolas, que permiten un mejor aprovechamiento de tierras y aguas y un mayor cuidado de los recursos naturales y el medioambiente.

BIOENERGÍA
Los biocombustibles líquidos usados en el transporte entre otros, han sido identificados como medios factibles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsar el desarrollo rural y asegurar la independencia energética. Sin embargo, para ello es necesaria una gestiona adecuada.

El desarrollo de biocombustibles líquidos a gran escala, en particular, pueden poner en riesgo la seguridad alimentaria de pequeños agricultores y comunidades rurales empobrecidas, e intensificar el cambio climático a través de la emisión de gases de efecto invernadero como consecuencia directa o indirecta del cambio de los usos del suelo. Por ello, en bioenergía, es necesario desarrollar estrategias a partir de las cuales se mitiguen los riesgos y potencien los beneficios.
América Latina y África son las dos regiones con mayor potencial para la expansión de los biocombustibles, según el informe de la FAO, "El Estado de la Agricultura y la Alimentación 2008".
En América Latina y el Caribe, los biocombustibles de primera generación (elaborados con alimentos como maíz, caña de azúcar y aceites vegetales) pueden ser viables financieramente en países con ventajas absolutas en dotación natural y que dispongan de una dinámica continua en investigación y desarrollo e innovación.
La segunda generación de biocombustibles (producidos a partir de rastrojos agrícolas, forestales, y algas), cuya producción no compite con la producción agrícola por el uso del suelo o agua, podría ser viables financieramente en países que puedan sostener prácticas forestales masivas, o dispongan de abundante biomasa residual o costas marinas ricas en nutrientes.

MANEJO DE DESASTRES
Los impactos de los desastres son múltiples y afectan gravemente la seguridad alimentaria y la agricultura debido a pérdidas de cosechas, tierras de cultivo, ganado, viviendas y infraestructura productiva, además de las irrecuperables pérdidas humanas.
En 2010, 98 de los más importantes desastres naturales a nivel global ocurrieron en América Latina, 79 de los cuales fueron de tipo climatológico. Causaron más de 300,000 muertes y pérdidas por US$49.400 millones de dólares y afectaron a 13,8 millones de personas, siendo el terremoto de Haití el evento más letal.
Uno de los efectos del cambio climático es el aumento de eventos climáticos extremos.FAO ha advertido sobre la necesidad de fortalecer los sistemas de producción de alimentos, los cuales son muy sensibles a la variabilidad del clima y a los impactos de sequías, inundaciones y otros desastres naturales.
En los distintos países de la región, la FAO apoya a los gobiernos en la prevención y mitigación de los desastres naturales, a través de una serie de iniciativas para prevenir y manejar sus efectos, fortaleciendo las capacidades locales, con un énfasis especial en los pequeños productores de la agricultura familiar


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