martes, 21 de abril de 2015

LOS VIENTOS















Los vientos son corrientes de aire que se producen a partir de una diferencia de la presión atmosférica. El viento posee dos características fundamentales: 


velocidad y dirección.

La primera depende de la diferencia de presión entre dos zonas y la distancia existente entre ellas. Por ejemplo, si la distancia es pequeña y la diferencia de presión es muy alta, el viento será muy fuerte, y viceversa. 



Para medir la fuerza del viento existe un instrumento llamado anemómetro.

Cuando los vientos son de 10 kilómetros por hora en promedio, se consideran suaves; cuando alcanzan una velocidad de 100 kilómetros por hora, se consideran fuertes.


La dirección, en cambio, consiste en saber el punto desde el cual sopla el viento y esto lo mide la

veleta, así se sabrá su orientación.


El movimiento de los vientos

Los vientos pueden clasificarse en cuatro clases principales: dominantes, estacionales, locales y, por último, ciclónicos y anticiclónicos.


Para saber cómo se mueven los vientos, debemos saber por qué se producen los cambios de presión. Esta depende básicamente de la temperatura.

Cuando la atmósfera se calienta, sus capas inferiores lo hacen antes que las superiores; esto lleva a que el aire se dilate y comience a subir, ya que el aire caliente siempre está ascendiendo, a diferencia del frío que solo ocupa el lugar del anterior.


Este fenómeno produce una corriente circular, donde interactúan dos elementos: el aire y el calor
Existen vientos regulares, aquellos que soplan constantemente en la misma dirección y relativamente con la misma intensidad, como los alisios que se desplazan desde los trópicos al ecuador; y los periódicos, que se presentan solo en determinadas épocas del año, y con distintas direcciones.

Es el caso de los monzones que afecta el Asia meridional.


Huracanes y tornados

Huracán, ciclón tropical migratorio, con fuertes vientos y lluvias, que se origina sobre los océanos en algunas regiones próximas al ecuador, en particular aquél que surge en las Antillas, incluso en el golfo de México.

Los ciclones de tipo huracán del oeste del Pacífico se llaman tifones; en Filipinas se llaman baguios y en Australia willy-willies. La velocidad de un huracán alcanza hasta 250 km/hr.

Tornado (del latín tonare, ‘girar’), torbellino de viento fuerte, acompañado por una nube característica en forma de chimenea que desciende desde una nube cumulonimbo.

En ocasiones se denomina ciclón. Un tornado puede tener una anchura desde unos metros hasta casi un kilómetro en la zona de contacto con el suelo, con un promedio de algunos pocos cientos de metros.

Puede penetrar poco en tierra o recorrer muchos kilómetros, causando grandes daños allí donde desciende.



La chimenea es visible por el polvo aspirado hacia arriba y por la condensación de gotitas de agua en el centro.


El mismo proceso de condensación hace visibles los tornados marinos, en general más débiles, llamados trombas marinas, que ocurren con mayor frecuencia en las aguas tropicales.

La mayoría de los tornados giran en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur, y al revés en el hemisferio norte pero, en ocasiones, los tornados pueden invertir esta conducta.


La velocidad del tornado puede llegar a ser de 500 km/hr.
El peligro de estos dos fenómenos es que la diferencia de presión entre el centro (muy baja) y los bordes (muy alta) es tan grande, que puede aprisionar en el “ojo” (centro) a personas y objetos que, debido a la falta de presión en su interior, prácticamente estallan.



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