sábado, 3 de septiembre de 2016

EVALUACIÓN DEL IMPACTO DE LOS CAMBIOS CLIMÁTICOS SOBRE LA AGRICULTURA.





























La existencia de un cambio climático en progreso ha ido confirmándose, a través de numerosos estudios realizados en todas partes del mundo y recopilados en sucesivas evaluaciones mundiales del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, 1996).

Al mismo tiempo, han ido desarrollándose nuevas tecnologías y modelos capaces de crear escenarios plausibles del clima futuro, durante el presente siglo, en cualquier región del mundo, y como modelos capaces de estimar el impacto que el cambio climático tendrá sobre los rendimientos y producciones agrícolas en nuestros países, especialmente en la zona tropical donde se espera que este impacto sea más fuerte y se produzca sobre países y regiones del Planeta donde, por lo general, se encuentra el llamado mundo en desarrollo.

Rendimientos potenciales son aquellos que pueden obtenerse para cultivo libre de plagas y enfermedades con todas sus necesidades de agua y nutrientes satisfechas, estando solo limitados por la genética del cultivo, la radiación solar global disponible y las temperaturas del medio ambiente. Aquí también entran en juego los rendimientos reales que están fuertemente condicionados por el nivel de insumos de la tecnología y el manejo agrícola aplicado en la práctica.




La obtención en el campo de un rendimiento real del mismo orden de cualquiera de estos rendimientos potencialeses un caso de excepción que solo ocurre en las estaciones de experimentación agrícola, bien dotadas de tecnología y personal altamente calificado, o en condiciones de laboratorio.

La eficiencia tecnológica está dada por la relación entre rendimiento real y rendimiento potencial.

Evaluación de impactos, por cultivos

En los análisis de simulación correspondiente a diferentes niveles de insumo, se pudo notar que con niveles de insumo bajo, el rendimiento potencial tiene muy poca variación estacional y, por lo tanto, se puede sembrar frijol en cualquier mes del año, si se cumplen las condiciones requeridas de todas las necesidades de agua y nutrientes satisfechas con un cultivo libre de plagas y enfermedades. Los rendimientos no están limitados por temperaturas y radiación solar.


Los rendimientos de secano poseen una estacionalidad elevada con dos períodos de siembra muy favorables en Abril – Junio y en Agosto – Noviembre.

Las eficiencias tecnológicas de producción relativas a los rendimientos potenciales son muy estables, y oscilan alrededor del 45 – 50 %.

Las eficiencias tecnológicas con relación a los rendimientos de secano son superiores a la unidad en todos los meses de siembra.

Esto es irracional y lleva a la conclusión de que estos rendimientos reales no son obtenidos en condiciones de secano ni con bajos insumos.

El análisis de las simulaciones correspondientes a altos insumos indica que el rendimiento potencial tiene muy poca variación estacional y, por lo tanto, se puede sembrar frijol en cualquier mes del año, si se cumplen las condiciones requeridas de todas las necesidades de agua y nutrientes satisfechas con un cultivo libre de plagas y enfermedades.

Los rendimientos no están limitados por temperaturas y radiación solar.

Los rendimientos potenciales de altos insumos son prácticamente el doble que los obtenibles con bajos insumos, y las épocas más favorables para la siembra no poseen una diferencia considerable a causa del nivel de insumo.
Las eficiencias tecnológicas de producción relativas a los rendimientos potenciales son muy estables, pero muy bajas, pues oscilan ahora alrededor del 20–25 %; las eficiencias tecnológicas con relación a los rendimientos de secano son ahora superiores a la unidad solo en el trimestre Enero – Marzo; mientras que se estabilizan alrededor del 50% desde mayo hasta noviembre.




Esta, por lo tanto, debe ser entendida como la temporada de siembra del frijol en condiciones de secano para la República Dominicana.

Al analizar los climas futuros, bajo el HadCM3 y el ECHAM4 con el Escenario A1 – ASF, los rendimientos potenciales del frijol pueden llegar a ser más elevados, para el 2020, que en el clima de referencia, debido a que el cultivo puede beneficiarse de un incremento ligero de las temperaturas.

Sin embargo, al avanzar el presente siglo, las temperaturas seguirán subiendo y la curva de respuesta fotosintética entrará en su rama descendente.

Por esta causa, tales rendimientos decrecerán, a partir de cierto momento hasta finales de siglo (Fig. 3.5). Para el caso del modelo de clima global ECHAM4, pasa algo similar en el futuro cercano; pero luego ocurre un decrecimiento aún más notable de los rendimientos potenciales.

En ambos casos este decrecimientode los rendimientos es más notable en el período Agosto – Noviembre aunque en el ECHAM4 este proceso es visible ya desde Marzo – Abril.

Los rendimientos de secano del frijol, según el HadCM3, en este escenario reflejan más fuertemente los impactos del cambio climático hacia un clima más árido, especialmente en el período lluvioso en las épocas principales de siembra.
El proceso de decrecimiento continúa a lo largo del presente siglo.

Obsérvese que noviembre es el mes menos afectado de la temporada de siembra y va progresivamente convirtiéndose en el mes de siembra con mayores rendimientos.

Para el caso del ECHAM4, la situación es bien interesante, pues en este modelo los rendimientos de secano son muy afectados hacia la mitad de la estación lluviosa en Julio – Agosto, avanzando las circunstancias hasta darse el caso que, hacia la segunda mitad del siglo, la temporada de mejores fechas de siembra estará claramente dividida en dos con una primera estación alrededor del mes de mayo, y otra alrededor del mes de noviembre.

La aridez tiene influencia sobre la productividad primaria neta porque el cambio climático descrito por cualquier escenario futuro va mucho más allá de simples cambios en las temperaturas y en el régimen de precipitaciones, debido a que el clima interacciona con las plantas, no solo a través de interacciones directas entre una variable climática y alguno que otro proceso fisiológico, sino de forma compleja entre un conjunto de variables que describen un proceso climático como la aridez, las sequías y las inundaciones con el medio ambiente general en que se desarrolla el cultivo.



En cuanto a los impactos del cambio climático en los cultivos básicos, se obtuvieron los escenarios de rendimientos potenciales, rendimientos limitados por agua, y rendimientos limitados por nutrientes.

La mayor parte de los análisis que se presentan toma a San Juan de la Maguana como ejemplo, por tratarse de una de las regiones agrícolas del país de mayor importancia en la actualidad y resultar más conveniente el concentrar la aplicación de diversas metodologías de evaluación de impactos en una localidad determinada.

En cuanto a los rendimientos potenciales, a pesar de la gran diversidad topográfica de la República Dominicana, que implica un cambio importante en el impacto del cambio climático sobre los cultivos, debido a las diferencias de temperaturas que implican, los efectos negativos sobre el rendimiento potencial de la productividad agrícola se manifiestan en todas las localidades consideradas (Fig g.) tomando como ejemplo el cultivo de batata. Al analizar las medidas y políticas de adaptación a los impactos negativos del cambio climático en el sector agricultura en la República Dominicana, las medidas de adaptación propuestas están enfocadas en los siguientes aspectos:


Las ciencias del clima en la producción
• agrícola;
Regionalización de cultivos; •
Introducción de variedades resistentes a
• condiciones climáticas desfavorables;
Perfeccionamiento de la tecnología y disciplina
 • tecnológica de la producción agrícola;
Redistribución de las áreas de siembra entre
• diferentes cultivos;
Nuevas técnicas de producción agrícola
Formación de nuevos hábitos alimentarios;
 •
La adaptación a nuevas condiciones, en lo
• relativo a la lucha integrada contra las plagas y enfermedades de los cultivos agrícolas.

La tarea de adaptación al impacto de los cambios climáticos es de una extrema complejidad, e involucra todos los factores políticos, económicos y sociales, tanto en el plano interno como en el ámbito mundial.

Así ha sido reconocido por todas las agencias internacionales del sistema de Naciones Unidas y por los gobiernos representados en ella. Para nuestro caso, debemos tomar en consideración las siguientes recomendaciones finales.

Realizar las acciones necesarias desde la Dirección Central del Estado, para lograr que los problemas del cambio climático y la adaptación a estos sean incluidos en todos los proyectos y proyecciones de desarrollo futuro que se lleven a cabo en el país.

Las autoridades involucradas deben llevar al convencimiento de todos los órganos de planificación y dirección social que resulta ya inadmisible y erróneo el planificar y tomar decisiones sobre la base de que el clima, en el futuro, va a permanecer estable y cerca de los valores tradicionales.

Fomentar la formación de capacidades en la Oficina Nacional de Meteorología, tanto en lo referente al equipamiento tecnológico como en la formación posgraduada de los profesionales. Solo así podrá esta institución, en el futuro jugar el importantísimo papel que el cambio climático exigirá de ella para apoyar efectivamente la producción de alimentos en República Dominicana.


SECTOR FORESTAL

Cambio de uso de suelo y cobertura forestal en el Parque Nacional de Los Haitises 1988 – 2006
En el presente documento se ilustran los resultados del estudio sobre “Cambio de uso del suelo y cobertura forestal en el Parque Nacional Los Haitises”, realizado en el marco del Proyecto No. 00047173 “Cambio Climático – 2nda Comunicación Nacional”.

El mismo tuvo como objetivo proporcionar una línea-base sobre el cambio de uso de suelo y cobertura forestal, ocurridos en un período cerca de 20 años (1988-2006) en el territorio del Parque Nacional Los Haitises, nordeste de República Dominicana, el cual se caracteriza por grandes problemas de conflictos en el uso de la tierra.

El trabajo fue llevado a cabo a través del análisis de imágenes satelitales LANDSATETM+, de diciembre 1988 y marzo 2006, respetivamente, soportada por chequeos de campo en el territorio del Parque y su entorno y utilizando cuatro categorías de cobertura del suelo: manglar, bosque, cultivo y matorral.

El análisis ha revelado que en el período considerado:

• Hubo una recuperación considerable del bosque, que ha visto la superficie cubierta incrementada alrededor de 184 km2, concentrados, sobre todo, en el área Este-Nordeste del Parque;

• La superficie cubierta con manglar experimentó una reducción, por lo menos, en la zona del Bajo Yuna, donde, luego de aprobarse la Ley 202-04, hubo una reducción de la superficie de área protegida;

• Hubo la reducción de la superficie cubierta por matorral, dependiendo, en gran mayoría, de su transformación en una vegetación de estadio evolutivo más avanzado y sólo, en mínima parte, de su regresión a terrenos agrícolas;

• La superficie agrícola se encuentra estable o en ligero aumento, sobre todo, en la región oeste del Parque, lo cual hace suponer una migración de la agricultura hacia estas zonas.

• Finalmente, se evidenció un incremento de la cantidad de sedimentos visibles en las aguas de la Bahía de Samaná, lo cual da a entender un aumento de la erosión en la cuenca del río Yuna, con consecuencias en términos tanto de degradación de la tierra en la cuenca como de reducción de la calidad de los ambientes marinos receptores.

Los chequeos de campo permitieron evidenciar la persistencia de situaciones, como la falta de recursos humanos y económicos para la gestión del Parque y el escaso conocimiento sobre sus límites, los cuales no favorecen el buen desarrollo del área protegida y la solución de los conflictos sobre su uso.

Tomando en cuenta la mayor vulnerabilidad del área oeste del Parque y las presiones, reales y potenciales, que se prevén sobre el área protegida, se necesita empujar una planificación más integrada y participativa.

Caracterización geográfica, física de vegetación
El Parque Nacional Los Haitises, ubicado en el noreste de la República Dominicana, cubre un área alrededor de 631 km2, delimitada por las coordenadas UTM 2115320 396225 y 2085720 459800, según lo establecido por la Ley Sectorial de Áreas Protegidas No. 202-2004, que fija sus límites definitivos (Figura siguiente).

De acuerdo con la misma Ley, es uno de los 17 parques nacionales del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Los chequeos de campo fueron realizados entre los límites del Parque y en los alrededores más cercanos, con el objetivo de ubicar áreas con diferentes usos de suelo y presiones antrópicas. En especial, se quiso caracterizar algunas de las áreas incluidas en la antigua zona de amortiguamiento, según la Ley 64-00.

Existen limitantes de vigilancia y manejo del Parque Los Haitises, dentro de las cuales podemos citar: a) La insuficiencia del número de guardaparques, los cuales en su mayoría tienen una edad avanzada (más de 55 años) que dificulta el trabajo de vigilancia y monitoreo del área protegida; b) La falta de recursos económicos para la operación; c) los bajos salarios que reciben los guardaparques.

La categoría más amplia es la de matorral, que incluye una gama muy amplia de estadios de desarrollo de la vegetación:

en ella se encuentran las tierras dejadas a barbecho entre una cosecha y la otra, y vegetación en estados evolutivos más avanzados en el proceso de recuperación del bosque, a través de la sucesión secundaria.

En el cuadro d siguiente, se presenta el cambio de uso y cobertura de suelo observado para las cuatro categorías utilizadas en la clasificación.

Durante el período 1988-2006, hubo contemporáneamente una disminución de la superficie, cubierta por matorral, que ha pasado de 310 a 177 km2, y un incremento, aunque muy constreñido, de la superficie agrícola.

Estudio de mitigación de gases de efecto invernadero, originados por la quema de combustibles.

El presente informe constituye el resultado del análisis y síntesis de los antecedentes existentes en República Dominicana vinculados, directa o indirectamente, a los aspectos relacionados con las acciones de mitigación frente al cambio climático.

En cuanto a la estructura de consumo de energía y las principales cadenas productivas, es de destacar que el sector transporte domina el sistema con más del 47% del consumo final, que satisface exclusivamente con fuentes fósiles. Dentro de este sector, las fuentes dominantes son gasolina y diesel, y son los autos particulares y el transporte de carga los de mayor consumo.
El sector residencial (urbano y rural) implica alrededor del 25% del total del consumo, con una estructura muy diferente en zonas urbanas y rurales.

En el primer caso, predominan las fuentes fósiles, de forma directa e indirecta (generación de electricidad); mientras que, en el segundo, prevalecen las renovables, como el uso de leña para la cocción de los alimentos. Si bien la industria presenta una estructura equilibrada entre fósiles, renovales y electricidad, las fuentes que predominan en la generación de esta última implican una preponderancia de las fuentes fósiles.

En total, directa o indirectamente, las fuentes fósiles superan el 80% del consumo final, y el consumo total de energía en República Dominicana se triplicó en 30 años. Se trata de un sistema energético que depende, mayoritariamente, de energía importada la dependencia de fuentes importadas de energía se ha acentuado en los años recientes.

El GLP es denominado el combustible de los pobres en muchos países de la región. Su papel, en el sector transporte de República Dominicana, como sustituto de la gasolina, requiere un análisis cuidadoso y una decisión de política al mantenimiento o no de esta situación muy particular.

En lo referido a la responsabilidad del sector energético en las emisiones de GEI, la información disponible sobre la década del noventa implica que el crecimiento sostenible de las emisiones brutas totales que se duplicaron en 10 años, con la sostenida participación de las emisiones del sector energía en valores cercanos al 70% de las emisiones en CO2 equivalente, con una tendencia levemente creciente.

Si bien no se dispone de inventario de emisiones, considerando los datos de balance energético de 2005, se estima que la importancia de la industria energética y transporte ha crecido en cuanto a su responsabilidad. La tendencia 2000/2005 revela una participación creciente de los combustibles fósiles en la matriz energética; la participación en la oferta total evolucionó del 62% en 1990 al 83% en 2005.

El análisis sobre las oportunidades de mitigación, su potencial aprovechamiento y los costos asociados, brinda una rica información, a partir de los estudios emprendidos recientemente, las estimaciones generadas y los efectos evaluados, permiten concluir que hay una base de información que justifica ampliamente el llevar adelante acciones, y no admite demoras en la toma de decisiones en esa dirección.

En un abordaje amplio al concepto de uso racional de energía, las oportunidades de mayor eficiencia en el consumo, la sustitución de fuentes importadas por recursos nacionales, el aprovechamiento de tecnologías ampliamente conocidas y la penetración de fuentes renovables de energía constituyen acciones complementarias entre sí de beneficios netos evidentes tanto a nivel nacional como ambiental global.




Finalmente, la breve investigación de antecedentes que nutrió este estudio permite desplegar las siguientes observaciones: República Dominicana ha sido un país activo en todos los aspectos vinculados al Cambio Climático.

Es capaz de mostrar una dinámica en la búsqueda de soluciones a su sistema energético que tienen el
• potencial de contribuir positivamente a la mitigación de GEI.

Ha generado marcos legales de promoción a las renovables; ha constituido las áreas y autoridades para

• facilitar el desarrollo de proyectos de MDL; y ha implementado importantes estudios para identificar las oportunidades de uso racional de la energía y penetración de nuevas fuentes.

Dispone de estudios muy valiosos que constituyen una acción habilitante y orientadora para el diseño y la
• implementación de políticas y estrategias que contribuyan al desarrollo sustentable de su sistema energético a la vez que aportan a las problemáticas ambientales globales.

El país requiere seguir recibiendo apoyo económico y técnico para profundizar su conocimiento sobre temas
• prioritarios, y fundamentar, con mayor precisión, las estrategias que lo conduzca hacia un escenario deseable, a nivel nacional y global.



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