SANTO DOMINGO. Frente a la mala fama que tenía el
café, ahora nuevos estudios aseguran que puede convertirse en nuestro mejor
aliado para una vida más larga y más sana (si se consume con moderación, claro está).
Además de la cafeína, el café tiene más de 1,000 sustancias, entre vitaminas y
minerales, entre otras. Es cierto, hay una buena cantidad de evidencias médicas
que harán feliz al bebedor habitual de café. De hecho, parece que a medida que
avanzan las investigaciones aumentan sus ventajas, así que veamos cuáles son
los beneficios del café científicamente demostrados.
1. Contiene antioxidantes. Un estudio
publicado por la American Chemical Society afirma que el café es la bebida con
más antioxidantes, seguida del vino tinto y el té verde. Por lo tanto, el café
(tomado con moderación) te ayuda a cuidar la piel y a mantenerla joven.
2. Controla el apetito. Sí, está
probado que su consumo regular puede ayudar a aumentar la sensación de saciedad
e, indirectamente, llevarnos a comer menos. Y, por si fuera poco, el café actúa
como quemagrasas. Los estudios sobre el consumo de cafeína en personas indican
que hace aumentar algo la acción quemagrasa (termogénesis), el metabolismo de
las grasas (lipólisis) y la secreción de insulina.
3. Ayuda con la depresión. Un estudio de
la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) ha demostrado que el consumo de
café podría reducir el riesgo de depresión, sobre todo en mujeres. Estas
investigaciones aseguran que tomar entre 2 y 4 tazas diarias incluso reducen la
posibilidad de suicidio en hasta un 50% menos de probabilidades.
4. Favorece la digestión. Es común
acabar el almuerzo con un café. Y no es una mala decisión si tenemos en cuenta
que estimula la secreción de ácido gástrico, además de favorecer la producción
biliar. No suele sentar mal al estómago ni provocar ardores en personas sanas
si se consume con el estómago lleno.
5. Mejora la concentración y protege
la memoria. Como desayuno es real su capacidad para
espabilarnos. Nada más consumirlo actúa en el cerebro, aumentando sustancias
como la dopamina o la norepinefrina, que aceleran la actividad cerebral. Al ser
un estimulante mejora la concentración, la confianza, la motivación y el
bienestar, y estos aspectos también influyen en nuestra capacidad de memoria,
aunque parece que ayuda a mejorarla al prevenir la degeneración neurológica
gracias al efecto de la cafeína y a su contenido en flavonoides.
6. No perjudica al corazón. Aunque es
bien sabido que la cafeína aumenta la presión sanguínea, una investigación
publicada en BMJ arroja que las personas que toman de tres a cuatro tazas de
café al día tienen un 19% menos de probabilidades de morir a causa de una
enfermedad cardiovascular. Así que el consumo moderado de café no tiene
relación con la mortalidad cardiovascular, infarto, ictus, hipertensión
arterial o insuficiencia cardiaca.
7. Reduce el riesgo de cáncer. Un estudio
publicado en el European Journal of Cancer Prevention descubrió que los
bebedores de café que consumen al menos tres tazas al día tienen un riesgo de
sufrir cáncer un 18% más bajo que las personas que no lo toman. Por otra parte,
otra revisión de trabajos científicos reveló que beber una taza reduce un 15%
las posibilidades de padecer cáncer de hígado y un 8% las de sufrir cáncer de
endometrio. Además, otros estudios señalan que quienes toman café son menos
propensos a tener cáncer oral o de faringe, así como cáncer de próstata.
Existen cuatro variedades
En realidad existen cuatro variedades
de café, pero el 98% del mercado mundial está copado por dos de ellas: Arábica
y Robusta. Sin embargo, el 70 % de la producción mundial es de variedad
arábica, de la que destaca su calidad, suavidad y bajo nivel de cafeína frente
a la variedad robusta, que tiene más cuerpo, es más fuerte y contiene una mayor
concentración de cafeína en infusión frente al anterior. Las otras dos
variedades, Libérica y Excelsa, no tienen un consumo muy extendido y son de
calidad inferior.
No hay duda de que el rey de las
tazas de café es el café Arábica, procedente del sur de Etiopía. Considerado de
tipo gourmet, seguido del café Robusta, con un olor menos perfumado, una
textura áspera, y utilizado para blends (mezclas)
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