VIENA.
Cinco zonas costeras latinoamericanas están entre las diez del mundo que más
pérdidas económicas pueden sufrir a causa de tsunamis, advierte una nueva
investigación científica.
En el estudio, presentado hoy en la
Asamblea General de la Unión de Geociencia Europea (EGU) que se celebra en la
capital austríaca, se aplicó un modelo especial de simulación de esas olas
gigantes en 24.000 playas turísticas con riesgo de sufrir su impacto.
Además, el equipo encabezado por el
geofísico Andreas Schaefer, del Institute of Technology (KIT) de la Universidad
de Karlsruhe (Alemania), ha calculado el potencial coste económico que tal
catástrofe puede generar en la zona golpeada.
“Miles de víctimas y daños por miles
de millones de dólares pueden producirse en el lapso de una hora”, advierten
los científicos en un comunicado de prensa.
Según sus cálculos, la devastación
causada por los tsunamis es responsable cada año de una pérdida media de más de
250 millones de dólares (unos 200 millones de euros) “en economías playeras a
lo largo de todo el planeta”.
En su “Índice mundial de riesgo” de
pérdidas para el sector turístico a causa de tsunamis en playas, Hawai ocupa el
primer lugar debido a que está expuesta a muchas fuentes potenciales de origen
de esas olas: le pueden llegar desde Japón, Alaska, Sudamérica y otras
regiones.
Le siguen las ciudades de Lima
(Perú), Valparaíso (Chile) y el estado mexicano de Guerrero, donde se encuentra
la ciudad de Acapulco -en segundo, tercer y cuarto lugar, respectivamente-,
mientras que la costa de la región chilena de Biobío y las playas
costarricenses de Puntarenas están en el noveno y décimo puesto,
respectivamente.
No obstante, los científicos
recuerdan que los daños al sector turístico pueden variar mucho según diversos
aspectos de la región, como su desarrollo económico y sus infraestructuras.
“En algunos eventos pasados, como los
ocurridos en el océano Índico, un número significativo de turistas dejaron de
ir a toda una región y los precios bajaron” debido a la pérdida de superficie
de playas, así como a los daños en los hoteles y en la infraestructura,
destacan.
“En las Maldivas, más del 20 % de las
instalaciones hoteleras cerraron tras el terremoto y tsunami de 2004 en el océano
Índico”, mientras que en las zonas de Phang Nga y Phuket (Tailandia) dos
tercios y un cuarto de los hoteles, respectivamente, continuaban
“desaparecidos” seis meses tras el siniestro, recuerdan.
“Lo mejor que pueden hacer los
comercios y hoteles cerca de las playas (amenazadas) es prepararse de forma
adecuada y desarrollar planes de emergencia y evacuación para salvar vidas”,
indica Schaefer en la nota.
Los científicos vaticinan que
aproximadamente cada diez años se perderán más de 1.000 millones de dólares
(800 millones de euros) debido a los tsunamis.
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