Al llegar el calor y las altas temperaturas, necesitamos mantener
nuestro hogar y oficina frescos y agradables.
Muchas veces, podemos mantener abiertas las ventanas si corre la brisa
suficiente o instalar un ventilador pequeño que nos proteja del calor. Sin
embargo, cada vez son más las casas y los comercios que instalan aparatos de
aire acondicionado para mantener las estancias frescas.
El mayor problema de estos aparatos es su gran consumo de energía, lo
que hace que su uso desmesurado acabe dañando al medio ambiente y repercuta en
nuestra factura eléctrica.
Te proponemos una serie de consejos para usar el aire acondicionado sólo
cuando sea necesario, haciendo una utilización eficiente del mismo.
Primer consejo:
Aprovecha el aire natural cuando sea
posible
Aunque hay días de verano en los que el
aire no corre, podemos aprovechar cuando la naturaleza nos regale corrientes de
aire. Para ello, intenta abrir las ventanas cuando sea posible y así, además de
ventilar tu casa de forma natural, podrás disfrutar de la brisa que entre por
las mismas.
Los problemas que suele plantear esta
solución son el ruido y la entrada de insectos. Para mantener los insectos
alejados de forma sencilla y, además, disfrutar de la brisa fresca.
Segundo consejo:
Instalar equipos energética mente eficientes
Si este verano has decidido instalar un equipo de aire acondicionado o
sustituir el viejo, ten en cuenta los equipos eficientes para su instalación.
Existen marcas que ya venden aparatos de aire acondicionado con garantía
ecológica, de la marca A+++. Además, éstos se pueden adaptar según las
necesidades de tu hogar. No es lo mismo refrigerar una estancia grande que una
habitación pequeña. Consulta con un experto en estos equipos que te ayude a
elegir un aparato con eficiencia energética (lo verás en la etiqueta, al igual
que ocurre con otros electrodomésticos) y escoge que tenga las frigorías necesarias
para tu hogar.
Tercer consejo:
Controlar los grados
Llegamos a casa acalorados y enchufamos el aire a su máxima potencia.
Esto es un error porque en cada grado que bajamos aumentamos en un 7% por
ciento su consumo y muchas veces no es necesario.
No es preciso mantener la
casa a 18 grados, que suele ser el mínimo en estos aparatos, aunque fuera haga
mucho calor, sino es preferible dejar un tiempo a que la casa se acondicione.
En general, unos 23 ó 24 grados serán suficientes durante la primera hora.
Después, podemos dejar a los aparatos “descansar” un rato (ahorrando, a su vez,
en la factura de la luz) mientras aprovechamos la frescura que nos han dado.
Sé responsable con su uso. Nunca enchufes el aire teniendo las ventanas
abiertas, ni siquiera por una rendija, pues esto hará que el frío se vaya y
nuestro aparato de aire acondicionado nos estará dando un uso mucho menos
eficiente.
Cuarto consejo:
Lleva la cuenta de las horas en las
que usas el aire acondicionado
No es necesario pasar calor, pero sí estar seguros de que no estamos
usando el aire acondicionado más de lo que deberíamos. Para ello, apágalo
siempre que salgas de una estancia, para evitar que se nos olvide y esté
funcionando durante varias horas, sin necesitarlo. Asimismo, no salgas de casa
sin asegurarte de que todos los equipos están correctamente apagados.
Calcula
cuánto tiempo diario lo tenemos encendido y comprueba si, con menos horas,
realizará la función de enfriamiento. Estas pequeñas precauciones, que pronto
se convertirán en hábitos automáticos, protegerán al medio ambiente y te harán
economizar muchísimo en la factura de la luz.
Además, puedes utilizar para ello los programadores. La mayoría de
aparatos climatizadores modernos nos dan la opción de poder programarlos. Por
ejemplo, durante la noche, la etapa del día donde más a menudo se usan los
aires acondicionados desmesuradamente.
¿Cuántas veces no nos hemos dormido con
el aire puesto y nos hemos despertado tapados con una manta?
Además de ser
perjudicial para la salud y dar origen a resfriados, es un gasto totalmente
innecesario. Por la noche, las temperaturas suelen bajar, y podemos
aprovecharnos por ello de las corrientes de aire naturales externas, dando así
una tregua a nuestros aparatos de aire acondicionado.
Quinto consejo:
Un buen mantenimiento
Mantén siempre los aparatos libres de polvo y suciedad, para que puedan
funcionar debidamente y no trabajar en exceso. Asimismo, los filtros, que
también pueden ser ecológicos, deben mantenerse limpios y no estropeados. Esto hará,
además, que reduzcas los malos olores en tu hogar.
Sexto consejo:
Las cortinas térmicas
Aunque pueda parecer una barbaridad usar cortinas gruesas durante el
verano, éstas nos ayudarán a mantener el frío generado por el aire
acondicionado más tiempo en el interior del hogar. Instálalas en lugares como
el salón y notarás como la sensación de frescura dura más.
Séptimo consejo:
Los ventiladores
También consumen energía eléctrica, pero mucho menos. Aunque disfrutes
de las ventajas climáticas que nos da un equipo de aire acondicionado,
colocando varios ventiladores en sitios estratégicos estarás aprovechando las
corrientes de aire y, por tanto, manteniéndote fresco consumiendo mucha menos
electricidad.
Por ejemplo, si vas a estar en el escritorio varias horas, quizá solo un
ventilador de mesa sea suficiente para permitirte trabajar sin calor, evitando
así que tengas que tener la máquina de aire acondicionado encendida toda la
tarde.
Los aparatos de aire
acondicionado en verano pueden ser un placer. No es preciso renunciar por
completo a ellos, sino usarlos de una manera más eficiente que te va a permitir
tener mejor calidad de vida (someterse a ellos largo rato es perjudicial),
ahorrar en la factura y poner, también en verano, tu granito de arena para no dañar
al planeta
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