domingo, 14 de julio de 2019

POR QUÉ LA RADIACIÓN DE CHERNÓBIL NO ACABÓ CON LAS PLANTAS?



























Chernóbil se convirtió en sinónimo de catástrofe. El desastre nuclear de 1986 no sólo transformó una zona poblada en una ciudad fantasma, también dejó varias preguntas, por ejemplo: ¿Por qué la radiación no acabó con las plantas en Chernóbil?
LAS PLANTAS (VEGETACIÓN) NUNCA SE FUERON

La zona de exclusión de Chernóbil no está desprovista de vida. Lobos y osos han regresado a los frondosos bosques que rodean la antigua planta nuclear. 
Y en lo que respecta a la vegetación, la vida vegetal, excepto las más vulnerables y expuestas, nunca murió en primer lugar, e incluso en las zonas más radiactivas de la zona, la vegetación se recuperó en tres años.
Para responder esta interrogante, primero necesitamos entender, ¿cómo afecta la radiación de los reactores nucleares a las células vivas?

La mayoría de las partes de la célula son reemplazables si están dañadas, pero el ADN es una excepción crucial. A dosis de radiación más altas, el ADN se vuelve confuso y las células mueren rápidamente. Tanto en los animales como en el ser humano las células y sistemas son inflexibles.  
Piensa en la biología animal como una máquina compleja en la que cada célula y órgano tiene un lugar y un propósito, y todas las partes deben trabajar y cooperar para que el individuo sobreviva. Un humano no puede manejar sin un cerebro, corazón o pulmones.

Las plantas, sin embargo, se desarrollan de una manera mucho más flexible y orgánica. Como no pueden moverse, no tienen más remedio que adaptarse a sus circunstancias. 

En lugar de tener una estructura definida como lo hace un animal, las plantas lo forman a medida que avanzan. Si crecen raíces más profundas o un tallo más alto depende del equilibrio de las señales químicas de otras partes de la planta, así como de las condiciones de luz, temperatura, agua y nutrientes.
Por eso, a diferencia de las células animales, casi todas las células vegetales son capaces de crear nuevas células de cualquier tipo que la planta necesite. Un jardinero puede cultivar nuevas plantas a partir de esquejes, con raíces que brotan de lo que alguna vez fue un tallo u hoja.
Las plantas pueden reemplazar las células o tejidos muertos mucho más fácilmente que los animales, ya sea que el daño se deba a un ataque de animal o por radiación.
RESISTENCIA INNATA A LA RADIACIÓN

Y mientras que la radiación y otros tipos de daño en el ADN pueden causar tumores en las plantas, las células mutadas generalmente no pueden propagarse de una parte de la planta a otra como lo hacen los cánceres, gracias a las paredes rígidas e interconectadas que rodean a las células de la planta
Curiosamente, además de esta resistencia innata a la radiación, algunas plantas en Chernóbil, en la zona de exclusión, parecen utilizar mecanismos adicionales para proteger su ADN, cambiando su química para hacerlo más 

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