sábado, 26 de noviembre de 2016

COMPROMETERNOS EN EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE





























Todo ser humano debería de preocuparse por el medio ambiente, por su cuidado y por protegerlo, porque creo que a nadie se nos pasa por alto la importante necesidad de hacer algo cuanto antes ante el a debacle que se avecina, sólo tenemos que fijarnos en todo lo que está ocurriendo en el Ártico para tomarnos en serio cómo estamos poniendo en peligro la naturaleza.

Hay quien se escuda ante la idea de que como no se haga nada a nivel global poco se va a conseguir, pero eso es una excusa que cae por su propio peso, pues todos sabemos la importancia que supone actuar localmente para conseguir un movimiento que posibilite y motive a que se haga algo a un nivel mayor.

No nos olvidemos que a veces con pequeños gestos, multiplicados por cientos de miles de personas, podemos colaborar y ser parte del cambio: ahorrar el agua, cuidando de no dejar el grifo abierto innecesariamente; apagar las luces y los electrodomésticos que no están en uso; reciclar nuestros residuos; comprar aparatos eléctricos eficientes; optar por coches híbridos o con combustibles alternativos…

Por todo ello, se hace imprescindible que nos concienciemos acerca del compromiso que tenemos de hacer algo para proteger a nuestro querido medio ambiente y, además, recordar y difundir un aspecto clave: mucho de lo que podemos hacer es muy sencillo y está a nuestro alcance.

¿QUÉ PODEMOS HACER EN NUESTRA VIDA COTIDIANA PARA CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE?
En todos los ámbitos de nuestra vida podemos introducir mejoras que hagan más pequeña la huella que dejaremos en el planeta:


EN CASA:
El correcto aislamiento de una casa es fundamental, tanto a nivel económico como en cuestión de energía.

¿Cuánta calefacción crees que se puede gastar de más en una casa que no está bien aislada? 

El cambio es inmenso.

Para empezar, busquemos pequeñas corrientes de aire, que serán un indicativo de que las ventanas o puertas no cierran bien. Las mejores ventanas son las que tienen rotura de puente térmico, es decir, son dos cristales y en medio un espacio. Según sea de grande ese espacio, más nos aislará la ventana del frío, el calor y el ruido.



Otro sistema para que nuestra casa mantenga la temperatura, es colocar burletes en las ventanas.

Son económicos, duraderos,  fáciles de usar y puedes encontrarlos en cualquier ferretería.

Si aún así la casa continúa estando mal aislada, hay muchos materiales que puedes utilizar, como corcho o poliespán. Se recomienda abrir las ventanas unos 5 minutos por la mañana para ventilar, y luego cerrar para que la casa mantenga la temperatura. Si nuestra casa es muy calurosa, utilizar el toldo o la persiana es mucho más barato que el ventilador o e aire acondicionado.

En cuanto a los electrodomésticos, se recomienda elegir aquellos con una eficiencia energética A o superior (actualmente existen ene le mercado hasta A+++). Aunque normalmente son más caros, compensaremos este gasto en las facturas de la electricidad. Si no podemos permitirnos todos los electrodomésticos eficientes, os recomiendo comprar al menos un buen frigorífico, ya que es el electrodoméstico que más energía consume, y veréis que a la larga compensa.

Ya que el frigorífico consume mucho, es importante no abrir la puerta a no ser que sea necesario, y cerrarla enseguida para que no pierda el frío. Un truco: cuando descongelemos comida, podemos sacarla del congelador un poco antes, y dejarla descongelar en el frigorífico; este pequeño gesto supone un aporte extra de frío.

En cuanto al resto de electrodomésticos, como la lavadora o lavavajillas, hay que ponerlos en funcionamiento cuando estén llenos, para no gastar innecesariamente agua y energía, y echar la cantidad de detergente justa, ya que contamina el agua.

En cuanto a las iluminación, debemos utilizar la luz natural siempre que sea posible, pero si encendemos la luz, es conveniente que nuestras bombillas sean de bajo consumo. Una sola de estas bombillas puede ahorrarnos unos 25 euros en un año. Para aprovechar mejor la luz, es conveniente que las bombillas sean de luz blanca, que las lámparas estén bien limpias, que la casa esté pintada de colores claros…

CUANDO VAMOS A LA COMPRA

El mejor truco que podemos llevar a cabo para no dejarnos llevar por el consumismo es llevarnos una lista en la que indiquemos aquello que hay que comprar, sólo aquello que realmente necesitamos.

Al elegir entre varios productos es mejor el producto local, ya que ahorramos la energía empleada en el transporte. También miraremos que el producto tenga los menos embalajes posibles, de plástico, papel o lo que sea.

Si tenemos opción, los productos ecológicos son una buena opción de compra, ya que nos garantizan que se usan menos contaminantes en su producción. Eso sí, su precio es algo más elevado.


EL TRANSPORTE

Lo más eficiente y saludable es desplazarse caminando o en bicicleta. Incluso existe en el mercado una    bicicleta de cartón muy barata.

Lo siguiente más ecológico es el transporte público:
los mejores son el autobús interurbano, el metro y el tranvía, seguidos por el autobús urbano, el coche, el barco y el avión, que contamina y consume 10 veces más que el metro.

En cuanto al coche, la velocidad óptima en cuanto al rendimiento son 80 km/h, a partir de esa velocidad el consumo se dispara. Cada litro de gasolina consumido emite a la atmósfera 2,35 kg de CO2. Cada litro de gasóleo, 2,64. Para ahorrar combustible, es mejor conducir en marchas más largas. También consumiremos más si llevamos las ventanillas bajadas, si llevamos mucho equipaje o algún accesorio, como una baca, así como llevar los neumáticos con poca presión.


CÓMO CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE FUERA DE CASA Y/O EN EL TRABAJO
Ciertamente, siempre nos resulta más difícil tomar las medidas necesarias para cuidar el medio ambiente cuando nos encontramos fuera de casa, pues nuestras necesidades varían y nos encontramos en lugares que no podemos controlar. Sin embargo, aunque no podremos abstenernos completamente de contaminar cuando nos encontremos fuera de nuestra casa o en el trabajo, sí que hay algunos trucos que podemos poner en práctica para intentar dañar el medio ambiente lo menos posible.

Una de las cosas que podemos hacer es llevar siempre con nosotros una botella de agua de vidrio o de metal reutilizable llena que podamos utilizar o rellenar cuando tengamos sed. Cuando pasamos mucho tiempo en la calle o fuera de casa, lo más normal que puede ocurrirnos es tener sed y, por tanto, si no llevamos nuestro propio recipiente encima, nos veremos obligados a comprar una botella de agua de plástico o algún otro material no reutilizable, lo cual aumenta significativamente los residuos plásticos que acaban en los basureros o en territorios naturales. Si todos utilizásemos recipientes reutilizables, el problema que supone el consumo constante de plástico se reduciría enormemente.

Por otra parte, si te llevas comida al trabajo, asegúrate de llevar contigo cubiertos de metal que puedas guardar en una bolsa, lavar en casa y volver a usar posteriormente en vez de cubiertos de plástico desechable. Asimismo, también sería muy beneficioso para el medio ambiente que utilizaras servilletas de tela en vez de papel, pues así podrías lavarlas posteriormente con el resto de tu ropa y volver a utilizarlas.

Si eres de los que prefieren llevarse al trabajo un sándwich o algún otro tipo de snack que se suele envolver en papel de plata o de plástico para conservarlo mejor, siempre puedes comprar bolsitas de plástico reutilizables que evitarán que tengas que tirar a la basura un montón de papel inútil todos los días, lo que se convertiría en kilos de desechos evitables con el paso del tiempo.

Otra cosa que puedes hacer en tu ámbito laboral es usar el papel con moderación. En un mundo dominado por los dispositivos electrónicos portátiles, ya no es tan necesario como antes contar con una copia en papel de prácticamente todos los documentos que pueden considerarse mínimamente relevantes. Por lo tanto, piensa si verdaderamente es necesario tener un documento en soporte físico antes de fotocopiarlo o imprimirlo. Muchas veces, con guardar una copia en el ordenador o enviárselo a la persona interesada en formato Word o pdf es más que suficiente. Asimismo, reutiliza y recicla tanto papel como puedas para usar la menor cantidad del mismo posible.

Por último, si vas de excursión a la playa o al bosque, lleva siempre contigo una bolsa en la que puedas depositar tus desechos para que no contaminen el lugar al que vas. Con este simple gesto, evitarás que desperdicios que pueden tardar años en descomponerse se acumulen en la naturaleza, al mismo tiempo que también impedirás que distintos animales puedan comerse o quedarse atascados en esos mismos desechos, provocándoles graves daños físicos o, incluso, la muerte.



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