sábado, 28 de febrero de 2015

GESTIÓN DE LOS DESECHOS SÓLIDOS:
















El manejo de residuos sólidos comprende las fases de almacenamiento, recolección y transporte.

El cumplimiento adecuado de estas etapas permitirá un mejoramiento en la prestación del servicio público de limpia.

Por tal razón, es conveniente que el ayuntamiento expida normas básicas para el almacenamiento de residuos; que el área o empresa responsable realice una planeación eficiente del servicio de limpia, estableciendo las rutas de barrido y recolección, señalando los sitios para su disposición final.

De esta manera se controla la operación de tiraderos a cielo abierto, donde se efectúa la recolección clandestina de subproductos conocida como pepena.

El manejo adecuado de residuos es importante porque permite al ayuntamiento lograr los siguientes beneficios:

POLÍTICOS: Ya que el sistema de recolección permite un contacto directo con la población y de la eficiencia de este servicio depende una mejor imagen de las autoridades municipales.

ECONÓMICOS: Al planear la prestación del servicio se abaten costos, se optimiza el uso de los recursos y equipos existentes, además de los ingresos que se obtienen por el reciclaje de los subproductos.

SOCIALES: Se logra organizar y controlar a los pepenadores de basura.

AMBIENTALES: Al controlar los tiraderos a cielo abierto se evita la contaminación ambiental y a mediano plazo se obtienen nuevas áreas verdes y de recreación.

LOS RESIDUOS SÓLIDOS Y SU IMPACTO AMBIENTAL

Un mal manejo y una disposición final no sanitaria de los residuos sólidos produce enormes efectos negativos al hombre, la sociedad y el medio ambiente, teniendo como factores determinantes la cantidad y calidad de los mismos, la magnitud de la población, su distribución y las condiciones geográficas del lugar.

Una primera consecuencia de la permanencia de los residuos sólidos en tiraderos al aire libre es la alteración del paisaje, que ocasiona efectos negativos al lugar, además de que si la disposición final de los residuos no se realiza adecuadamente se generan los problemas que a continuación se señalan:

El depósito no controlado de residuos puede dañar el suelo, las aguas de los ríos, lagos, mares y mantos acuíferos.

Una mala disposición final de residuos, sobre todo con alto contenido de materia orgánica, provoca la proliferación de ratas e insectos que pueden ser portadores de numerosas enfermedades, así como malos olores por la descomposición de aquellos.

Los residuos en descomposición generan calor y son fácilmente inflamables, pudiendo originar incendios que cuando no son controlados se expanden a las áreas próximas al depósito.

Esta situación constituye un problema permanente que requiere acciones para controlar la contaminación por residuos sólidos.









IMPACTOS A LA SOCIEDAD.

El inadecuado manejo y disposición final de los residuos sólidos pueden ser un factor determinante para generar focos de contaminación, que afectan a un número cada vez mayor de habitantes, mermando sus condiciones de existencia.

Por falta de control de los residuos sólidos se expone a la población a contraer diversas enfermedades, tanto por contacto directo como de manera indirecta, a través de la descomposición orgánica de animales, contaminación del aire, del agua, de alimentos, etcétera.

Estos casos se presentan, sobre todo, en poblaciones que no tienen ningún tipo de control y en las que los residuos sólidos son depositados al aire libre, provocando enfermedades y focos de infección donde proliferan plagas nocivas para el ser humano y la comunidad en su conjunto.

IMPACTOS AL MEDIO AMBIENTE

Al descomponerse los residuos sólidos en tiraderos a cielo abierto se emiten gases a la atmósfera, se filtran contaminantes en aguas subterráneas y se genera la proliferación de animales nocivos. Además, existe en los residuos sólidos una variada gama de sustancias químicas que al entrar en contacto con el medio ambiente pueden contaminar el aire, agua y suelo de la siguiente forma:

AIRE: Al ser quemados los residuos, los componentes químicos que contienen quedan en el aire en forma de partículas, ocasionando un deterioro de la calidad del aire. Pueden, asimismo, desprenderse gases, que son aspirados por los habitantes, ocasionándoles enfermedades respiratorias.

AGUA: Los residuos al ser depositados en el suelo o subsuelo se filtran por medio del agua, contaminando los mantos freáticos subterráneos.

SUELO: Al entrar en contacto con el suelo, los componentes químicos de los residuos pueden llegar a afectar las plantas y animales, contaminando los alimentos. En muchas ocasiones, los residuos son asimilados directamente por los animales, lo que les provoca enfermedades y, por lo tanto, afectan de manera indirecta la salud del hombre.

EL PAPEL DEL AYUNTAMIENTO EN LA ADMINISTRACIÓN DE LOS RESIDUOS SÓLIDOS

Como se ha visto en el capítulo tercero de esta guía, los residuos sólidos pueden causar efectos negativos debido a las alteraciones o cambios que originan en el medio ambiente.

Por esta razón, las autoridades municipales podrán establecer las líneas de acción más oportunas, procurando:
Un aprovechamiento y utilización de los materiales contenidos en la basura.

Escoger el método de tratamiento más adecuado que asegure la protección del mediam            biente.
Proteger los recursos naturales del municipio, limitando su explotación a las necesidades reales.

Concientizar a la población acerca de la conveniencia de recuperar aquellos residuos que             puedan ser reutilizables.

Para cumplir con estos cometidos es recomendable que el ayuntamiento expida, en el reglamento de limpia, ciertas normas de aplicación general en las que se determine un destino adecuado de los residuos sólidos, tanto desde el punto de vista ambiental como sanitario.

Por otra parte, en necesario que el ayuntamiento promueva una administración adecuada de los residuos, a través de cumplir sus fases o etapas que son: manejo, tratamiento y disposición final. La participación del ayuntamiento en este proceso puede realizarse de manera directa o indirecta.

PARTICIPACIÓN DIRECTA.

Consiste en la responsabilidad que asume el ayuntamiento del área que tiene a su cargo la prestación de los servicios públicos municipales, específicamente el de limpia, con el fin de lograr un aprovechamiento y destino adecuado de los residuos sólidos; en este proceso se hace de manera complementaria al barrido y limpieza de las áreas públicas del municipio.

En este caso, el área de servicios públicos podrá:
Planear las actividades en función de las necesidades, los recursos disponibles y el tiempo.

Diseñar los procedimientos para la operación de cada una de las etapas que intervienen en la administración de los residuos.

Definir las funciones y responsabilidades del personal que labora durante las diversas fases          del proceso.
Analizar los resultados obtenidos y proponer medidas para su mejoramiento.

El financiamiento de las acciones de administración de residuos puede hacerse con recursos propios del municipio, por lo que se recomienda que los gastos originados se incorporen a una partida en el presupuesto de egresos municipales.

En caso de no contar con los recursos necesarios, el ayuntamiento podrá conseguirlos a través de instituciones crediticias que apoyan estas acciones, como es el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos o mediante convenios con el gobierno del estado o de la federación.

PARTICIPACIÓN INDIRECTA.

En este caso, la administración de los residuos sólidos no se realiza por parte del ayuntamiento, sino por otras entidades que actúan de manera independiente, pero complementaria al servicio de limpia; estas empresas pueden tener las siguientes modalidades:


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