La
región no es la que más produce gases de efecto invernadero, pero es una de las
que corre más riesgos climáticos debido al calentamiento global.
Las
enfermedades endémicas recrudecen, los desastres naturales son el pan de cada
día pero los alimentos no llegan a la mesa.
No es producto de la imaginación de
productores de Hollywood sino de proyecciones científicas, que hablan de una
Latinoamérica mucho más caliente si persiste el nivel de emisiones de gases
dañinos.
Los
impactos son severos, según afirma el informe Bajemos la temperatura del Banco
Mundial. La región corre el peligro de ver desaparecer algunas de sus bellezas
naturales más preciadas, como los glaciares andinos, las playas del Caribe o la
selva amazónica.
Y también sus recursos naturales: más de 50%
de la pesca en el Caribe, como consecuencia de la acidificación de los océanos.
Y la salud humana también está en el tapete: con 4ºC grados más, los casos de
dengue aumentarían un 40% en México, por ejemplo.
Asimismo,
se prevé un impacto severo sobre las actividades económicas, poniéndose en
riesgo las ganancias económicas y sociales de la región, que en la última
década lograron sacar a millones de la pobreza y provocaron un aumento sin
precedentes de su clase media.
Sin
una reducción drástica en la emisión de gases de efecto invernadero, se prevé
que a finales de siglo la temperatura promedio del planeta sea 4ºC más alta, y
ya se están comenzando a padecer sus efectos.
La
siguiente infografía muestra las principales consecuencias de este fenómeno y
delinea algunas acciones que podrían tomar los gobiernos para hacerle frente:
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