En el corazón de Valle Nuevo, ahí donde la “Madre de las Aguas” arropa a
sus hijos antes de dejarlos correr hacia el mar, se encuentra la Fundación
Moscoso Puello.
Un refugio rústico en La Cañada de la Zanja, en el centro de Valle Nuevo,
es la sede de esta fundación en una de las áreas de mayor producción de agua de
la Cordillera Central; ella constituye el corazón hidráulico del Río Nizao. Es
un sistema acuático conformado por los Arroyos Los Gatos, Los Patos, Las
Piedras, Caño La Cigua, Sabana de la Vuelta y por las escorrentías permanentes
de las Cañadas Cabecera de la Zanja, El Cerro, Calderón y Los Mogoticos Da
nacimiento al Río Malo, que aguas abajo se convierte en el Río Nizao, cuya
cuenca nutre las presas de Jigüey, Aguacate y Valdesia, el Acueducto de Santo
Domingo y el Canal Marcos A. Cabral, convirtiéndolo en el sistema acuático más
aprovechado de las Antillas.
En un comunicado dirigido este medio, la Fundación Moscoso Puello explica
la histórica relación con este parque, desde la década de los 80, cuando apenas
existían parques nacionales en la República Dominicana.
En dicho comunicado explican que para obtener la propiedad legal de 1,000
tareas, con mucho esfuerzo redactaron estatutos, completaron requisitos
legales, reclutaron colaboradores voluntarios en el país y en el extranjero,
recaudaron fondos y se educaron en la conservación de áreas protegidas.
Fundación Moscoso Puello adquirió Cañada de la Zanja con fines de preservar
este gran activo ambiental a perpetuidad, y desde allí documentar la
importancia socioeconómica, la biodiversidad y los servicios ambientales de
Valle Nuevo y sus ecosistemas asociados, integrando estos valores en un dosier
que sirviera para asignar un estatuto de protección ambiental al área.
El lugar sirvió de estación de investigación que fue nombrada en honor del
insigne botánico y conservacionista Dr. Rafael Moscoso Puello. Con los años,
ese refugio sirvió de albergue para algunos de los más destacados científicos y
conservacionistas nacionales y extranjeros, que junto a técnicos y estudiantes
colaboraron en el mayor proyecto acometido por nuestra organización: la
declaratoria de Valle Nuevo como Parque Nacional, un ejercicio en el que
participaron decenas de instituciones y cientos de colaboradores.
Entre estas tres imágenes se puede ver la misma zona donde se encuentra la
Fundación Moscoso Puello, arriba en la década de los 80 y abajo en la
actualidad.
El 30 de noviembre de 1994 la Fundación Moscoso Puello presentó al Estado
Dominicano y a la sociedad civil el resultado de esos desvelos: una propuesta
de límites y declaratoria de Parque Nacional en un acto público celebrado en el
Museo Nacional de Historia y Geografía, al que asistieron un representante del
Poder Ejecutivo, el entonces senador de la Provincia de La Vega, el presidente
de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, los miembros de la
Asociación de Rectores Universitarios, el obispo de La Vega y el entonces
director nacional de Parques, junto a centenares de ambientalistas,
científicos, líderes comunitarios y ciudadanos comprometidos con la
conservación.
Ese esfuerzo de décadas produjo frutos: la propuesta sirvió de fundamento a
la declaratoria del Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier/Valle Nuevo,
que mediante el Decreto No.233/96 de junio 1996 instituyó definitivamente este
parque nacional y consagró los límites propuestos por la organización para un
territorio de 910 kilómetros cuadrados.
Hoy, Valle Nuevo es un Parque Nacional y Cañada de la Zanja sigue siendo un
santuario celosa y calladamente protegido por la Fundación Moscoso Puello.
Desde entonces acompañan al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos
Naturales en sus acciones para conservación y manejo del Sistema Nacional de
Áreas Protegidas consagrados en los instrumentos legales suscritos con el
Estado Dominicano
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