“Entender
mejor los patrones regionales de las poblaciones y comunidades son aspectos
fundamentales para proteger y gestionar la biodiversidad marina”
los
supuestos de la teoría neutra de la biodiversidad de Stephen P. Hubbell y la
teoría neutra de la evolución molecular de Motoo Kimura, la dispersión limitada
y los cambios demográficos de las poblaciones debido al azar (estocasticidad)
determinan la deriva genética y la ecológica, respectivamente.
Así,
estos procesos moldearían tanto la estructura genética de las poblaciones en el
espacio como la estructura de las comunidades y sus patrones espaciales de beta-diversidad.
Estos
aspectos comparados han sido escasamente comprobados empíricamente y, en
especial, en el ecosistema marino.
“Entender
mejor los patrones regionales de las poblaciones y comunidades son aspectos
fundamentales para proteger y gestionar la biodiversidad marina” En un estudio
recientemente publicado en Scientific Reports, un equipo formado por 17
científicos de 14 entidades y liderado por el centro tecnológico español AZTI
ha recopilado una gran cantidad de datos sobre la estructura genética de las
poblaciones (98 especies de macro invertebrados bentónicos y 35 de plancton) y
datos biogeográficos (2.193 especies de macro invertebrados bentónicos y 734 de
plancton) con el objetivo de comprobar las predicciones de las teorías de
Hubbell y Kimura en la conectividad biológica marina.
“Entender
mejor los patrones regionales de las poblaciones y comunidades son aspectos
fundamentales para proteger y gestionar la biodiversidad marina”, explica
Guillem Chust, investigador del AZTI. “Con dichos datos, y basándonos en las
diferenciaciones genéticas relativas a la distancia geográfica y a la
diversidad de especies que componen una comunidad, hemos podido estimar las
distancias de dispersión”, añade.
El
resultado más relevante hallado por este equipo de investigación radica en que
“la distancia estimada de dispersión entre las subpoblaciones de una misma
especie (la relativa a nivel genético) se corresponde a aquella estimada a
nivel de la comunidad (entre especies) para cada grupo biológico, como predecía
el tipo de dispersión y la conectividad del medio que habita”, destaca Chust.
En
concreto, en las especies que habitan o se encuentran asociados al sedimento
(macro bentos) cuyas larvas no se dispersan en el plancton presentaban menores
distancias de dispersión que aquellas cuyas larvas sí se dispersan en el
plancton.
Asimismo,
ambos grupos presentaban escalas de dispersión menores que las especies de
plancton (incluyendo fito- y zoo-plancton).
Este
rango de escalas de dispersión se asocia con las limitaciones al movimiento por
parte del macro bentos en el fondo marino, comparado con el hábitat pelágico
donde las poblaciones del plancton están más conectadas por las corrientes
marinas por dispersión pasiva.
Estos resultados muestran que “la limitación en
la dispersión de los individuos determina de forma parecida el grado de
conectividad tanto de las especies entre comunidades como de los genes en las
subpoblaciones de una misma especie, apoyando las predicciones de las teorías
neutras en los patrones de biodiversidad marina”,afirma el investigador de
AZTI.
“La
dispersión emerge por lo tanto como un elemento clave en la generación de estos
patrones de distribución biogeográfica, por encima de otros procesos también
implicados como son la diferenciación ambiental por nicho ecológico y la
especiación por selección natural”,
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