Una revisión de varios estudios constata
que la polución atmosférica disminuye la calidad del esperma e incrementa el
riesgo de abortos
Barcelona cubierta por una densa capa de
contaminación atmosférica ALBERT GARCIA
La contaminación del aire amenaza la
perpetuación de la especie. O al menos, la dificulta en gran medida. Más allá
de las enfermedades
respiratorias o de los tumores de pulmón, cuya vinculación con la mala calidad del aire es de
sobra conocida y admitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un
grupo de investigadores han constatado que la polución atmosférica también
afecta a la fertilidad, tanto femenina como masculina.
Médicos del hospital del
Mar de Barcelona y de su centro de investigación (IMIM) han hecho dos
revisiones de la literatura científica para estudiar el impacto de la
exposición a contaminantes sobre la tasa de infertilidad humana y han concluido
que la polución del aire reduce la fertilidad e incrementa el riesgo de
abortos.
El estudio, encargado por la Sociedad
Americana de Medicina Reproductiva y publicado en la revista Fertility and Sterility, alerta de los efectos medioambientales
sobre la fertilidad.
"En mujeres fértiles, la contaminación reduce la tasa
de fertilidad y aumenta el riesgo de aborto y, de la misma manera, en mujeres
que recurren a técnicas de fecundación in vitro, el impacto de los
contaminantes del aire reduce el número de nacimientos y provoca más
abortos", apunta el doctor Miguel Ángel Checa, responsable del estudio y
jefe de la sección de reproducción humana del servicio de ginecología y
obstetricia del Hospital del Mar.
En la primera
revisión, Checa y su equipo estudiaron el impacto sobre la fertilidad masculina y
femenina a través del análisis de varios elementos contaminantes: las
partículas finas (PM, en sus siglas en inglés), el dióxido de nitrógeno, el
dióxido de sulfuro y el monóxido de carbono.
Según el facultativo, la
investigación corrobora que las partículas finas —están suspendidas en el aire
en estado líquido y sólido y, al inhalarse, pasan a los bronquios (pueden
provocar cáncer) y al torrente sanguíneo— generan que, en reproducción asistida,
"haya menos recién nacidos vivos y más abortos". Un estudio
poblacional de Barcelona encontró relación entre los niveles elevados de PM y
la reducción de tasas de embarazo, un resultado similar al encontrado en sendas
investigaciones en EE UU y la República Checa.
El dióxido de nitrógeno, por su parte,
también "aumenta el riesgo de abortos en reproducción espontánea y
fecundación in vitro cuando las pacientes se exponen a altas concentraciones de
este gas".
El dióxido de sulfuro y el monóxido de carbono, todos
procedentes de la combustión de combustibles fósiles, también favorecen el
aumento de la tasa de abortos. "En síntesis se reduce el número de recién
nacidos vivos en fecundación in vitro, bajan las tasa de implantación
embrionaria y aumentan los abortos", concluye Checa.
En la segunda
revisión, la investigación se centró en la calidad del esperma tras evaluar la
exposición a los mismos parámetros de contaminación. "Hemos revisado 17
estudios en los que pacientes sometidos a estos niveles de contaminación tienen
afectaciones en los espermatozoides, en cuanto al número, a movilidad y su
deformidad", indica el médico, que también dirige el grupo de
investigación del IMIM.
Si la imagen icónica del espermatozoide se caracteriza
por una larga cola y una cabeza ovalada, los investigadores han encontrado que,
al exponer estas células a la contaminación atmosférica, acaban con cabezas
deformes menos fertilizantes, por ejemplo. Además, estudios más específicos
encontraron que el ADN de estos espermatozoides está fragmentado. "Si se
rompen las cadenas de ADN, cuando se une al ovocito, estas cadenas de los dos
no se empalman bien", apostilla Checa.
La
contaminación del aire afecta tanto a la fertilidad masculina
como femenina aunque, matiza el médico, "globalmente, el factor corrector
de la edad, influye porque, si es joven, el óvulo es capaz de reparar a un
espermatozoide".
En cualquier caso, esta constatación del
impacto de la contaminación sobre la fertilidad humana servirá para los nuevos
estudios que se están poniendo en marcha a nivel europeo y, en concreto, en el
IMIM. Los investigadores participan en el proyecto europeo ESCAPE (European
Study of Cohorts for Air Pollution Effects), que quiere establecer los efectos
a largo plazo de la contaminación sobre la salud. El proyecto mide, casi calle
a calle, la polución que hay en varias ciudades europeas. Barcelona, por ejemplo,
tiene los niveles más altos de dióxido de nitrógeno y partículas finas.
"Esto nos ayudará para las investigaciones que tenemos en marcha, como la
que mide qué ocurre en la ciudad de Barcelona con mujeres sometidas a
fecundación in vitro o la que evalúa la calidad del semen de pacientes que
estamos tratando", apunta Checa
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