Ser pobre sale caro.
Es una de las crueles paradojas del mercado: los que
menos tienen pagan más por los bienes de primera necesidad.
Esa es la conclusión de un estudio
realizado en Estados Unidos por los académicos de la Universidad de Michigan Yesim
Orhun y Mike Palazzolo.
Los economistas cuantifican cómo, por ejemplo, una
persona acomodada termina pagando menos por un rollo de papel higiénico que una
persona de escasos recursos.
La razón es que pueden darse el lujo de ir a supermercados donde les venden
el producto al por mayor y adquirir grandes cantidades, y por lo tanto a menor
costo promedio.
Mientras que el consumidor pobre posiblemente no tiene alternativa distinta
a comprarlo por unidades sueltas en una tienda del barrio y a un costo mucho
mayor.
Por esa razon, aseguran, en Estados Unidos los
pobres pagan 5% más por cada rollo de papel higienico que consumen.
Lo que parecería poco, pero al sumarse al sobrecosto
que pueden estar pagando por todos los demas bienes básicos que compran de modo
similar, empieza a representar una dificultad financiera considerable, le dice
a BBC Mundo Mike Palazzolo, uno de los autores del estudio.
Se discute mucho sobre si los pobres
toman malas decisiones debido a falta de educación financiera...Ellos tomarían
las decisiones correctas, si sólo se les permitiera
Mike Palazzolo
Getty
Necesitan tarjeta de crédito
Una persona de clase media en Estados
Unidos puede obtener una tarjeta de membresía que le permita comprar en
almacenes de descuento como Costco o en servicios de comercio
en línea que le permiten hacer compras de grandes cantidades de un producto, a
un descuento sustancial.
En muchos casos, sin embargo, es probable que
requieran de tarjetas de credito para obtener la afiliacion inicial, así como
la capacidad de gastar cientos de dólares en compras al por mayor, que le
permitirán en el largo plazo sacar ventaja de los descuentos.
Alternativas que estan, por supuesto, fuera del
alcance de muchos hogares de bajos ingresos.
Además, como tienen que comprar en
pequeñas cantidades, no tienen"inventario" en la casa,
por lo que tampoco pueden esperar a que haya rebajas especiales en los
almacenes para realizar la siguiente compra, como sí lo hacen las familias más
acomodadas.
El estudio de Orhum y Palazzolo
encuentra que los hogares que ganan más deUS$100.000 anuales pueden
comprar su papel higiénico en rebajas especiales el40% de las
veces, mientras que los hogares pobres solo consiguen comprarlo en rebajas en
el 28% de sus viajes al mercado.
Viviendo al día
Es una historia que le será familiar a personas de bajos ingresos de países
en desarrollo.
las rebajas en los supermercados.
Donde es frecuente, por ejemplo, que una
persona pobre tenga que pagar más por el minuto de teléfono celular que
adquiere en un plan prepago, el único al que puede acceder sin
tener cuenta bancaria, frente a lo que paga una persona pudiente inscrita en un
plan de servicio pospago.
O que las personas de bajos ingresos
acudan a la tienda de la esquina a comprar un cigarillo suelto,
o un pañal individual, nuevamente pagando un sobreprecio frente a lo que la
persona de clase media o alta que paga por esos bienes comprados en cantidades
mayores en un supermercado o hipermercado a las afueras de la ciudad.
Adonde, además, solo pueden ir quienes tengan acceso a un automóvil
particular.
Como en los países en desarrollo
Pero Orhum y Palazzolo aseguran que el
fenómeno también ocurre en los países desarrollados, que en los últimos años se
han vuelto más desiguales y tienen porciones significativas de
su poblacion viviendo con ingresos muy reducidos.
suma de esas pequeñas diferencias en
precios crean dificultades financieras serias para los pobres.
"Algunos de nuestros colegas pensaban que esa
situación no se daría en Estados Unidos, que la gente no tendría que adaptar
sus patrones de consumo para comprar bienes tan aparentemente baratos como el
papel higiénico, pero nuestra investigación demuestra que sí se presenta el
mismo fenómeno que en muchos países en desarrollo", asegura Palazzolo a
BBC Mundo.
Los investigadores rechazan la afirmación, tan
frecuente, que asegura que los pobres toman decisiones equivocadas con su
dinero.
Cuando su estudio sugiere que, al menos
en este caso, en realidad toman las mejores decisiones posibles dadas las
limitaciones de liquidez que generalmente enfrentan.
Y que los obliga a comprar productos que le cuestan
menos a los que más tienen.
"Se discute mucho sobre si los pobres
toman malas decisiones debido a una falta de educación financiera.
Pero nuestras investigaciones encuentran que tomarían las decisiones correctas,
si sólo se les permitiera", concluye Palazzolo
No hay comentarios:
Publicar un comentario