El diseñador islandés
Ari Jónsson presenta una alternativa ecológica con recipientes hechos con algas
Las botellas de
plástico son uno de los principales elementos que contaminan el planeta: pueden
tardar en desaparecer hasta 1.000 años.
Pero este no es el
único problema: en la mayoría de los casos, estos recipientes son de un
solo uso, con lo que el volumen que circula por el mundo es insostenible.
El diseñados islandés
Ari Jónsson quiso poner fin al problema y ha dado con una solución a partir de
algas marinas. Ha usado agar, una sustancia derivada de las algas
descubierta en 1650 en Japón. El agar es una especie de gel que permanece de
los restos de algas. En 1800 se incorporó a la microbiología com un
elemento para separar moléculas y se usa en la alimentación como sustituto
vegano a la gelatina.
El agar cumplía con
las mismas características que el plástico: no absorbía el líquido. Y, además,
podía desaparecer. Para fabricar la botella, Jónsson mezcló agar en polvo con agua hasta
obtener una gelatina consistente. Después la introdujo en un molde que luego
sometió a muy bajas temperaturas para obtener el recipiente.
La botella solo
comienza a descomponerse una vez se ha usado. Com el propio diseñador
reconoce, se puede hasta comer.
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