Todo comenzó hace unos años, en el
invierno de 2006, cuando apicultores de Florida, en Estados Unidos, quienes
llevaban sus colonias de abejas a ese estado para que pasaran mejor el
invierno, se dieron cuenta de un extraño fenómeno, las colmenas se estaban
quedando vacías.
Aunque el abandono de las colmenas
ya se había presentado anteriormente, era un problema estacional.
Lo normal era que durante la época
de frío, muriera entre el 25% y 30% de abejas y que se recuperaran las
poblaciones al término del invierno.
El problema fue que al llegar la
primavera nada había cambiado.
Obreras, sostén de la colmena
Las abejas obreras salen de la
colmena para llevar a cabo sus actividades cotidianas, pero no regresan, y
extrañamente no se encuentran sus cuerpos, como sucede en otras epidemias.
El
problema se denominó colapso de colmena.
Las abejas son animales sociales y
esto significa que para su subsistencia requieren de mucha interacción y ayuda.
El sistema de castas de las abejas
está estructurado de tal forma que las obreras son las que sostienen la
colonia, si se van y no regresan, las pocas que quedan tienen el trabajo de
mantener a las larvas o los huevos.
En poco tiempo estos mueren, porque
no reciben el alimento que las obreras cotidianamente llevan a la colmena.
La ciencia aún no tiene claro por
qué sucede este fenómeno.
Al parecer, está relacionado con
enfermedades que padecen las abejas.
Algunos grupos de investigación en otros
lugares del mundo identificaron un ácaro y un virus que se han asociado al
problema. También se cree que el cambio climático y el uso de pesticidas
podrían estar contribuyendo a este desorden.
El monocultivo, posible causa
Aun cuando los especialistas
coinciden en que son muchas las causas del colapso de colmena es más grave en los lugares donde se practica
el monocultivo en la agricultura.
Los especialistas en ecología
sabemos, que la propagación de
enfermedades en un ecosistema depende del número de especies presentes y
mientras más diverso sea, es menos frecuente es que se enfermen los individuos
que lo habitan.
Cuando un patógeno tiene varias
especies a las cuales infectar, estas se pueden proteger más fácilmente, pues
algo en la diversidad le impide al patógeno especializarse a plenitud en atacar
a una sola especie.
Aunque por ahora el problema es
mayor en otras regiones del mundo, eso no significa que en nuestro país no vaya
a suceder.
Considerando que en nuestro país hay tendencia a la práctica del
monocultivo en la agricultura, y por lo tanto, nos hacemos más vulnerables al
problema de colapso de colmena.
Por eso, tenemos que estar prevenidos y estudiar más
sobre estos indispensables animales
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