Durante los últimos años hemos sido testigos de la aparición de las
llamadas Tecnologías de la Información y la Comunicación -tic- que han venido a
revolucionar diversos campos en la sociedad. Uno de los sectores que ha tomado
ventaja de los beneficios de estas ha sido la educación, jugando un papel muy
importante en el actual desempeño de dicho sector.
De acuerdo a la unesco las tecnologías de la información y la comunicación
contribuyen al acceso universal a la educación, a generar un aprendizaje de
calidad, a la mejora de la calidad de los docentes, igualdad en la instrucción,
así como un manejo más eficiente del sistema educativo. Es por ello que esta
institución de acorde a su mandato hace de las tic una herramienta para
facilitar y lograr el cumplimiento de sus objetivos.
De ahí que se han dado a la tarea de la promoción de las tic en la educación,
facilitando a los Estados Miembros recursos para la elaboración de políticas y
estrategias para la incorporación de las mismas.
En sintonía con lo anterior, para la unesco es esencial preparar a la
sociedad con miras a formar parte de una economía basada en el conocimiento,
por tanto el aprendizaje electrónico es una pieza clave para la construcción de
la misma.
Si bien conocemos las ventajas de la incorporación de las tic, estas deben
de ser medidas y valoradas de acuerdo al nivel de desarrollo de los países, así
también no debemos dejar a un lado las implicaciones que su aplicación tengan
sobre el principal objetivo: el educando.
Un estudio de la cepal de Madgalena Claro revela que los logros en materia
de rendimiento escolar de los estudiantes con las nuevas tecnologías no son tan
evidentes, así como existe una fuerte preocupación derivad del provecho que los
estudiantes obtengan del uso de las tic.
El estudio divide su análisis en tres vertientes: la relación entre el tipo
de uso de la tecnología y los resultados de aprendizaje en asignaturas: las
condiciones escolares y pedagógicas en que se usan las tic; y el papel que
juegan las características sociales (culturales, económicas) e individuales
(género, capacidad cognitiva ya actitudes) del estudiante en su apropiación y
forma de uso de las tecnologías.
De lo anterior, concluye que particulares usos de tecnologías facilitan la
comprensión de temas específicos, junto con ello, se ha observado que es
necesario contar con adecuadas condiciones de acceso tanto como profesores que
cumplan con las capacidades y actitudes para el manejo e integración de las tic
a la vez que la institución provea a los profesores de dichas tecnologías.
Finalmente señala la autora que es relevante preguntarse qué tan preparados
están los estudiantes para el uso de las tic a manera que sea benéfico para su
aprendizaje, dado la brecha digital predominantemente en países
subdesarrollados.
Fuente:
Comisión Económica
para América Latina y el Caribe
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