Caty Arévalo / Puerto Morelos (México)
(EFE).-
Una alianza público-privada nacida hoy en el caribe
mexicano ha dado un paso más allá en el aseguramiento de personas y bienes
frente a siniestros, suscribiendo la primera póliza para proteger un arrecife
de coral, el principal dique de protección de la costa frente a los huracanes.
Esta póliza pionera para asegurar la
naturaleza se sufragará mediante una “hucha”, a la que contribuirán con sus
impuestos los hoteles de Cancún y Riviera Maya, organismos públicos y donantes
interesados, y su objetivo es disponer de recursos de manera rápida para
ejecutar los “primeros auxilios” del arrecife tras el impacto de un huracán
fuerza 4 o 5.
El bien asegurado lo componen 60 kilómetros de arrecife comprendidos entre
Cancún y Puerto Morelos, que constituyen el comienzo de la segunda barrera más
grande del planeta, tras la australiana, el Arrecife Mesoamericano, que
salvaguarda más de mil kilómetros de costa del Caribe de México, Belice,
Guatemala y Honduras.
Este extenso bosque submarino situado a aproximadamente un kilómetro de la
costa disminuye la fuerza del oleaje de tormentas y huracanes hasta en
un 97 %, por lo que está comprobado que por cada metro de altura que pierde
el arrecife el impacto de los fenómenos extremos en las personas y bienes
costeros se triplica, suponiendo 1.300 kilómetros cuadrados de inundación en
tierra.
GRAN ARRECIFE MESOAMERICANO
El Gran Arrecife Mesoamericano ha convivido con los huracanes y se ha
regenerado de manera natural tras su paso hasta tiempos recientes, pero eso ha
cambiado por dos factores “la pérdida fortaleza por el deterioro causado por la
presión humana, y la cada vez mayor frecuencia e intensidad de los huracanes”,
asegura a Efe María del Carmen García, directora del Parque Nacional de Puerto
Morelos.
“Un arrecife sano se recupera solo ante cualquier eventualidad, pero esta
capacidad natural de regeneración ya no existe”, afirma la hondureña Calina Zepeda,
bióloga marina de The Nature Conservancy (TNC), quien asegura que el
80 % de la cobertura de coral vivo en el Caribe mexicano se ha perdido o
degradado desde 1980 debido a la contaminación (aguas residuales, sobre todo),
pesca y expolio ilegal, especies invasoras o blanqueamiento.
Restauración tras huracán
Restaurar el arrecife los 30 días siguientes al impacto de un huracán
severo es crucial, por eso la póliza será de tipo paramétrico, diseñada para
desembolsar la suma necesaria para que los científicos puedan ejecutar un
“protocolo de respuesta temprana” tan pronto como la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica (NOAA) determine que un huracán con categoría 4 o 5
impactará la zona.
Una tormenta de esa magnitud supone la pérdida de entre el 20 y 60% del
coral vivo de este arrecife
El protocolo ha sido diseñado y sería ejecutado por
parte de los socios de esta iniciativa: la Comisión Nacional de Áreas Naturales
Protegidas de México (CONANP), la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), el Centro Regional de Investigación (CRIAP) del
Instituto Nacional de Pesca de este país, y las ONG, TNC y Oceanus.
Esos “primeros auxilios” se basan en acciones como desenterrar el coral que
queda sepultado, retirar los trozos muertos, recolocar los individuos en su
posición original, pegar los trozos rotos con un cemento especial, o sellar
corales rajados para que no los devoren las algas, detalla la investigadora de
CRIAP, Claudia Padilla.
Aunque la mayor parte de la restauración se lleva a cabo en el mar, hay
partes de la colonia que han de ser trasladadas al “hospital” de corales de
CRIAP en Puerto Morelos para su recuperación o posterior plantación.
Fidecomiso de Manejo de Zonas Costeras
El Fidecomiso de Manejo de Zonas Costeras del que saldrá el monto para
comprar el seguro -que saldrá a licitación pública en un par de meses- no sólo
pagará la póliza sino que promoverá actuaciones de conservación preventivas
tanto del arrecife como de las playas y dunas que hay frente a él para hacerlos
más resilientes.
El arrecife no sólo protege la costa de las tormentas,
mantiene pesquerías comerciales y locales, genera sedimentos que evitan la
erosión de las playas, abastece el consumo local y una industria turística que
genera beneficios de más de 9.000 millones de dólares anuales,
apunta el secretario de Medio Ambiente del estado de Quintana Roo, Alfredo
Orellana.
El fondo es una iniciativa del gobierno del citado
estado mexicano y la Asociación de hoteleros de la zona, respaldada por las
entidades científicas y conservacionistas citadas, asesorada financieramente
por la aseguradora Swiss Re y la Fundación Rockefeller,
y diseñada “para recibir financiación de todas las fuentes posibles”, añade
Orellana.
SERVICIOS DEL ARRECIFE
“Somos conscientes de que la gente viene a nuestros hoteles gracias a los
servicios que nos da el arrecife de protección, aguas limpias y calmas, o el
simple atractivo de verlo”, afirma Miguel Ángel Diego, uno de los miembros de
la asociación de hoteleros de la zona, que todavía tiene muy presente el
destrozo causado en la zona por los huracanes Wilma, Emily (2005) y Dean
(2007).
Diego indica que sólo los impuestos por el uso de la zona marítimo costera
que pagan los hoteleros que participan de la iniciativa suman aproximadamente
dos millones de dólares anuales.
El portavoz de resiliencia costera de TNC en México, Fernando Secaira,
concluye que la iniciativa nace para los citados 60 kilómetros de costa porque
son de los que más datos se dispone, pero el objetivo es extenderla al resto de
la Riviera Maya y convertirla en una experiencia piloto de aseguramiento de la
naturaleza replicable en otras partes del planeta.
EFEverde
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