WASHINGTON. El aumento de los niveles
de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera reduce las proteínas y múltiples
nutrientes clave en el arroz, un cambio que puede afectar a miles de millones
de personas, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Science
Advances.
Un equipo internacional de
científicos determinó que el arroz cultivado al nivel de concentraciones de CO2
que se espera para finales de este siglo tiene un valor nutricional más bajo
que el arroz de hoy en día.
La caída en la riqueza nutricional de
este tipo de grano, principal fuente de alimento para más de 2.000 millones de
personas en el mundo, “representa una amenaza para la salud materna e infantil
de una gran parte del mundo”, según los autores.
De hecho, el arroz ha sido un
alimento básico durante miles de años para muchas poblaciones en Asia y
actualmente es el principal alimento de más rápido crecimiento en África.
Los hallazgos también respaldan la
investigación de otros estudios que han mostrado con anterioridad que el arroz
cultivado bajo concentraciones más altas de CO2 tiene menos proteínas, hierro y
zinc.
“La disminución en el contenido
nutricional del arroz podría tener un impacto desproporcionado en los niveles
de salud en los países más pobres dependientes del arroz”, indicó la autora
principal del estudio, Kristie Ebi, de la Universidad de Washington en San Luis
(Misuri, EE.UU.)
Los investigadores llevaron a cabo el
estudio en China y Japón, donde analizaron 18 variedades comunes de arroz.
Sus resultados confirmaron
disminuciones previamente reportadas en proteína, hierro y zinc en arroz
cultivado bajo concentraciones atmosféricas de CO2 que los científicos esperan
para el final del siglo XXI.
Además, la investigación reveló por
primera vez la disminución promedio de las vitaminas B1, B2, B5 y B9, vitaminas
esenciales para ayudar al cuerpo a convertir los alimentos en energía.
Los niveles promedio de vitamina B1
(tiamina) disminuyeron en un 17,1 %; los de vitamina B2 (riboflavina) en un
16,6 %; los de vitamina B5 (ácido pantoténico) en 12,7 %; y los de vitamina B9
(folato) en un 30,3 %.
Además, Ebi y sus colegas notaron que
no hubo cambios en los niveles de vitamina B6 o calcio, mientras que los
niveles de vitamina E aumentaron para la mayoría de tipos de arroz.
Más allá de los cambios en las
vitaminas B, hallaron una reducción promedio del 10,3 % en proteínas, una
reducción del 8 % en hierro y una reducción del 5,1 % en niveles de zinc, en
comparación con el arroz cultivado bajo las concentraciones actuales de CO2.
Este déficit nutricional afectará
sobre todo a alrededor de 600 millones de personas, principalmente en el
sudeste asiático, que obtienen más de la mitad de sus calorías y proteínas
diarias directamente del arroz.
En este sentido, apuntaron que este
cambio nutricional podría afectar el desarrollo de la infancia en esos países y
empeorar los registros de desnutrición, las enfermedades diarreicas y la
malaria.
“Este es un riesgo poco apreciado de
la quema de los combustibles fósiles y la deforestación”, señalo Ebi en sus
conclusiones
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