La
sal es necesaria para la actividad de nuestros músculos y
nervios, se encarga de proporcionar al cuerpo cloro y sodio, el gran problema
es que en los alimentos que consumimos en nuestro día a día, tienen gran
cantidad de sal oculta por lo que pudiéramos estar consumiendo más cantidad de
la que podemos realmente metabolizar conllevando a retención de líquido en
nuestro cuerpo, aumento del volumen de sangre y el corazón se ve obligado a un
esfuerzo extra, lo que traerá como consecuencia aumento de la tensión arterial.
Y si a esto le sumamos factores genéticos, obesidad, estrés, cigarrillos, edad,
alcohol, falta de ejercicios, potencia aún más la aparición de Hipertensión.
Debemos consumir responsablemente la
cantidad de sal, teniendo como alerta que al hacerlo de manera excesiva (mayor
de 5 gramos de sal o de 2 gramos de sodio por día correspondiente o igual a 5
cucharaditas utilizadas para el café) favorece a insuficiencia cardiaca,
dificultad de la función renal, enfermedades gástricas, accidente
cerebrovascular, aumento de peso, entre otras.
El 75% de la sal consumida proviene
de los alimentos procesados y comidas fuera de la casa, necesitamos la sal,
pero debemos asegurarnos de que sea la correcta, demasiado sodio o sal puede
afectar nuestra salud. Debe elegirse sal natural sin refinar, sin aditivos químicos,
contrario a la sal de mesa procesada.
Estamos acostumbrados desde pequeños
a ingerir alimentos salados, nos parecen más sabrosos y deseables, pero no
olvidemos tomar en cuenta los efectos al excedernos con ellos.
Al consumir alimentos debemos revisar
el etiquetado y no ingerir los que contengan más de 0.5 gramos de sodio por
cada 100 gramos del producto, además sumar los demás alimentos que contengan
sal del resto en el resto del día.
Las industrias deben regular el
contenido de sal en los alimentos y planteamos se dispongan regulaciones para
eso.
La buena salud y la de las familias
están en nuestras manos.
La autora es cardióloga
claudiaalmonte@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario