BERLÍN. La próxima Cumbre del Clima,
que se celebrará en Bonn (oeste de Alemania) el próximo noviembre, busca
avanzar en la implementación del Acuerdo de París, pero también mostrar unidad
tras la decisión de Estados Unidos de abandonar el mismo, aseguró el Gobierno
alemán.
La ministra alemana de Medio
Ambiente, Barbara Hendricks, aseguró el jueves en rueda de prensa que la
edición número 23 de esta cumbre mundial anual de la lucha contra el cambio
climático será un “paso intermedio”, pero debe enviar una “clara señal
política”.
“Estamos en una situación especial
porque se trata de la primera Cumbre del Clima tras el anuncio del presidente
norteamericano Donald Trump de que su país abandonará el Acuerdo de París. Se
trata de mandar una clara señal política de unidad”, indicó.
Hendricks reconoció que tras la
declaración de Trump hubo “miedo” en ciertos sectores ante un posible “efecto
dominó”, pero ahora se da por supuesto que ningún otro país va a salirse del Acuerdo
de París.
En un ámbito más técnico, la cumbre
de Bonn -que preside Fiji aunque se celebre en Alemania- prevé abordar cómo
deben presentar los países sus planes de acción para contener el calentamiento
global, de manera que sean transparentes y “comparables”, explicó la ministra
alemana.
Además se iniciará un debate para ver
cómo se puede fomentar que los países se impongan a sí mismos “objetivos cada
vez más ambiciosos” y fomenten una reacción similar en el resto de la comunidad
internacional en un proceso denominado “diálogo facultativo”.
“Ahora se trata de interpretar. El
tratado internacional ya se firmó en París”, subrayó Hendricks.
Pese a la salida de Estados Unidos,
la ministra se mostró convencida de que el proceso seguirá adelante gracias al
impulso de la Unión Europea (UE), China y la alianza de Estados insulares que
encabeza Fiji, así como por estados y ciudades estadounidenses que han
anunciado que seguirán adelante en su lucha contra el calentamiento global.
La Cumbre del Clima se celebrará en
Bonn entre el 6 y el 17 de noviembre y, tras siete jornadas de perfil técnico,
está previsto que los últimos tres días tengan un carácter político.
La canciller alemana, Angela Merkel,
y el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, encabezarán al grupo de
jefes de Estado y Gobierno y ministros que participarán esos días en la
iniciativa, aunque la gran mayoría aún no ha confirmado su presencia.
Está previsto que se den cita en Bonn
unos 25.000 participantes, en su mayoría delegados de los más de 180 países que
han ratificado ya el Acuerdo de París, así como activistas de unas 500 ONG y
más de mil de periodistas.
El encuentro va a ser “lo más
sostenible posible”, señaló Hendricks, que quiere compensar todas las emisiones
de gases contaminantes ligadas a la cita y prevé bicis para desplazarse dentro
de las instalaciones, botellas reciclables para los participantes y comidas
principalmente vegetarianas y de producción ecológica.
La ministra, además, percibió de
forma positiva la convocatoria de manifestaciones los días de la cumbre en
Bonn, porque “no van contra la conferencia”, sino que pretenden “llamar la
atención” sobre las consecuencias del empleo del carbón
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