Los murciélagos nectarívoros
que habitan y migran por México están en peligro principalmente por la pérdida
de su alimento y de sus refugios naturales. Muchas cuevas donde descansan son
perturbadas o destruidas por actividades humanas, y extensas zonas de bosque
seco están siendo deforestadas.😌
Uno de los mayores problemas
es la disminución de los agaves silvestres, plantas clave en la dieta de estos
murciélagos. De las 168 especies de agave estudiadas, decenas están amenazadas
o en peligro crítico. Al haber menos agaves en flor, los murciélagos encuentran
menos alimento durante sus largas migraciones, lo que afecta su reproducción y
supervivencia. Al mismo tiempo, sin murciélagos, los agaves se polinizan con
menor frecuencia, creando un círculo de deterioro mutuo.
El vínculo con el tequila es
directo y profundo. El agave es la base de esta bebida emblemática, pero en los
cultivos industriales se suele cortar la flor para aumentar el tamaño de la
piña que se cosecha. Esto impide la polinización natural y obliga a la planta a
reproducirse por clonación, reduciendo su diversidad genética y volviéndola más
vulnerable a plagas, enfermedades y sequías. Sin los murciélagos, muchas
especies de agave no podrían reproducirse adecuadamente.
Por ello, la conservación de
los murciélagos es también una forma de proteger el futuro del tequila y el
mezcal. Iniciativas que permiten que parte de los agaves florezcan y que
restauran corredores de néctar ayudan a mantener vivas tanto a las poblaciones
de murciélagos como a los agaves silvestres. En este delicado equilibrio,
cuidar a los murciélagos significa preservar un ecosistema completo y una
tradición cultural y económica profundamente arraigada en México.
El biólogo Marco Antonio Reyes
Guerra forma parte del Proyecto Bat Friendly de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), que colabora con los agricultores para fomentar el
cultivo de agave que favorece a los murciélagos.🙂
Fuente: BBC

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