Pero la pregunta es:
¿Queremos llenar de paneles nuestros campos o transformar nuestros espacios
urbanos?
Los estacionamientos en
las ciudades son superficies enormes que permanecen sin uso productivo.
Cubrirlos con paneles solares
no solo genera energía limpia: también reduce el calor urbano y protege los
vehículos.
La transición energética es
urgente, pero debemos pensar dónde y cómo la implementamos.
¿Por qué ocupar tierras
fértiles cuando podemos aprovechar espacios ya construidos?
Menos impacto ambiental, más
eficiencia.
Apostemos por un modelo que
cuide la naturaleza y mejore la vida en las ciudades.
Menos cemento, más
inteligencia.
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