lunes, 22 de septiembre de 2025

“ENTRE LUCA Y JUAN MEJÍA”


 

 – Un refrán con historia, picardía y mucho sabor criollo

Alguna vez, seguro te han preguntado: ¿cómo estás?

Y tú, queriendo evitar una respuesta larga, sueltas con media sonrisa:

 

👉 “Ahí… entre Lucas y Juan Mejía”.

Pero, ¿sabes de dónde viene ese dicho tan dominicano?

En la provincia de El Seibo existen dos parajes llamados Lucas y Juan Mejía, separados apenas por un arroyito tan estrecho que cualquiera podía cruzarlo de un brinquito. Ese simple detalle geográfico se convirtió en materia prima para la creatividad popular.

🍻 La anécdota de Vale Juan Mendoza

El escritor José Ulises Franco, en su obra Cuentos y cosas de mi tierra, narra la historia de Vale Juan Mendoza, alcalde pedáneo de Lucas. Un día de cumpleaños, después de agarrar un buen jumo, decidió celebrar brincando el arroyito:

“¡Agora toy en Juan Mejía!”

“¡Agora toy en Lucas!”

Cada salto iba acompañado de un trago y carcajadas de los curiosos que miraban la escena. Pero como era de esperarse, terminó cayendo al agua. Y cuando le preguntaron en tono de burla dónde estaba, respondió con solemnidad:

👉 “Agora toy… entre Lucas y Juan Mejía.”

Y así nació el refrán.

El poeta santiaguero Agustín Aybar recogió otra variante en forma de décimas publicadas en La Información (1942), más tarde recopiladas en el Refranero Dominicano de Emilio Rodríguez Demorizi.

En esa versión, el protagonista es un tal Pedro Riba, borrachín que iba de fiesta en fiesta y al regresar, cruzando el mismo arroyo, terminó también en el agua. Una vecina, con picardía, le preguntó dónde estaba, y él contestó:

👉 “Entre Luca y Juan Mejía.”

🎭 Significado cultural

El refrán refleja dos cosas muy nuestras:

1. La geografía hecha palabra: un lugar real que se volvió metáfora.

2. La picardía criolla: responder con humor y gracia ante lo cotidiano.

Por eso, cuando decimos que estamos “entre Lucas y Juan Mejía”, lo que realmente expresamos es que la vida nos lleva en un punto medio: ni muy bien ni muy mal, simplemente aguantando, con un chin de resignación y otro de risa.

El refrán nos recuerda que la vida se pasa saltando entre alegrías y problemas, entre risas y tropiezos… y que, aunque a veces terminemos “en el agua”, siempre habrá un buen cuento y una carcajada para contarlo.

️ Por: Andrés Julio Rivera Bazil

 

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