Cerca del Golfo de
México, en Nueva Orleans, Estados Unidos, importantes investigadores
descubrieron un lago que por sus condiciones los animales marinos no lo pueden
habitar.
El equipo de investigadores de Nautilus, dedicados al estudio y exploración
marina, bajó 1000 metros de profundidad para poder obtener información del
llamado “Jacuzzi de la Desesperanza” atraídos por sus propiedades mortíferas para la mayoría de seres
vivos.
Debido a la alta concentración de metano, cualquier criatura viva que entra en ella pierde la vida, principalmente cangrejos, anfípodos y peces.
Un reciente estudio llevado a cabo por Erik Cordes, profesor de biología de la Universidad del Temple de
Filadelfia, inspeccionó las características del lugar de manera muy minuciosa
con un equipo sumergible y publicó sus hallazgos en la revista 'Oceanography'.
El equipo al mando del profesor Cordes descubrió que
en el lago sí existe vida, pero se trata de gusanos y bacterias marinas que se
han aclimatado a las condiciones del lugar.
El investigador concluyó que la
importancia de su investigación radica en que estos organismos podrían ayudar a
estudiar posible vida fuera de la tierra.
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