Recientemente se desató gran
polémica en torno al Nevado de Toluca. A raíz de la publicación de un Plan
de Manejo para esta zona, circularon una serie de artículos que lo
interpretaron como una maniobra para “privatizar” y explotar comercialmente el
área.
Como consecuencia, y entendiblemente, se generó un amplio rechazo de la
sociedad contra éste.
Sobra decir que la defensa de una
sociedad ante lo que percibe como una amenaza en contra de sus áreas naturales
protegidas es algo celebrable. Sin embargo, si se profundiza con detalle en los
objetivos, parece que se trata de un problema de desinformación; de hecho, estas
podrían ser muy buenas noticias no solo para los bosques de la zona del Nevado
de Toluca, también para los habitantes de las comunidades que ahí radican.
En este sentido, combatir el nuevo plan
de manejo es un claro despliegue de buena voluntad pero que, como bien señala este artículo reciente, estaría apuntando en contra del fin
compartido: conservar los bosques del Nevado de Toluca. Además, vale la pena
recalcar que frenar esta iniciativa no solo prolongaría el mal manejo que hasta
ahora, durante casi 8 décadas, ha padecido el Parque Nacional del
Nevado –desde tala clandestina, asentamientos caóticos y deterioro a
causa de actividades agrícolas y ganaderas, hasta políticas prohibicionistas
que impiden el cuidado del bosque de manera adecuada–, también se estaría
negando la posibilidad de que las comunidades locales aprovechen, de manera
controlada y sustentable, los recursos de sus bosques y, paralelamente, funjan
como efectivos guardianes del área.
Antes de exponer las varias razones por
las que en lugar de una amenaza latente podríamos estar ante muy buenas
noticias, es importante enfatizar que mucho dependerá de una correcta
implementación del manejo
forestal comunitario –comenzando por la evaluación de cada una de las
propuestas que se elaboren dentro del nuevo esquema–, pero por ahora,
todo indica que es un gran paso a favor del bosque y las comunidades.
A continuación te enlistamos algunas razones por las
que este plan podría ser una solución loable para conservar de una manera más efectiva
este Parque Nacional y, con él, mejorar la calidad de vida de sus comunidades:
BENEFICIOS AMBIENTALES
1) Conservación
La conservación de los bosques se garantiza mediante
la presencia legal y organizada de las comunidades y los propietarios ejidales,
pues estos se encargan de su cuidado y mantenimiento, además de combatir la
tala clandestina.
Existe un antecedente importante para demostrar lo
anterior, la Unión de Ejidos Emiliano Zapata que incluye varios ejidos
dentro del área del Nevado de Toluca, llevan aprovechando durante más de 30
años los recursos forestales, de acuerdo a un plan de manejo, presume hoy una
tasa de deforestación cero, es decir en la zona bajo su manejo.
2) Es una medida loable contra el cambio
climático
Está
plenamente demostrado que el manejo forestal comunitario contribuye, de manera
significativa y con muy bajo costo, a disminuir la emisión de gases de
invernadero (algo que por cierto ayudaría a que México cumpla el compromiso
dentro del reciente Acuerdo de Paris).
BENEFICIOS ECONÓMICOS
3) Activación económica del área
Se abre una importante coyuntura para
que las comunidades se beneficien del aprovechamiento maderable y se activen
económicamente. Recordemos que en hoy más de 2,400 comunidades manejan sus
bosques en México, de las cuales casi mil operan empresas forestales
comunitarias con
resultados bastante alentadores.
BENEFICIOS SOCIALES
4) Los derechos humanos
En este plan se prevén también los derechos humanos,
específicamente los de las comunidades rurales que han habitado estos bosques y
quienes por cierto tienen un papel fundamental en su cuidado y gestión. De
igual forma, para evitar la toma de decisiones imprecisas por parte de la
autoridad es necesario que quienes viven en estos bosques, y se benefician de
ellos, intervengan activamente en su regulación y cuidado.
5) La regulación y las delimitaciones
crean decisiones conscientes
En el marco legislativo de casi cualquier orden, optar por una regulación
en vez de una prohibición permite generar alternativas viables para todos. La
prohibición total de la tala de árboles excluye a los habitantes de la zona de
tomar decisiones sobre las áreas naturales que les rodean e impide actuar a
tiempo frente a problemáticas como un área forestal invadida por plaga.
En este
caso, con el Plan de Manejo, se reconocerían las facultades de las comunidades
para ejercer su responsabilidad sobre los bosques que a lo largo de
generaciones han habitado
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