La existencia de un cambio climático en progreso ha ido confirmándose, a través de numerosos estudios realizados en todas partes del mundo y recopilados en sucesivas evaluaciones mundiales del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, 1996).
Al
mismo tiempo, han ido desarrollándose nuevas tecnologías y modelos capaces de
crear escenarios plausibles del clima futuro, durante el presente siglo, en
cualquier región del mundo, y como modelos capaces de estimar el impacto que el
cambio climático tendrá sobre los rendimientos y producciones agrícolas en
nuestros países, especialmente en la zona tropical donde se espera que este
impacto sea más fuerte y se produzca sobre países y regiones del Planeta donde,
por lo general, se encuentra el llamado mundo en desarrollo.
Rendimientos
potenciales son aquellos que pueden obtenerse para cultivo libre de plagas y
enfermedades con todas sus necesidades de agua y nutrientes satisfechas,
estando solo limitados por la genética del cultivo, la radiación solar global
disponible y las temperaturas del medio ambiente.
Aquí también entran en juego
los rendimientos reales que están fuertemente condicionados por el nivel de
insumos de la tecnología y el manejo agrícola aplicado en la práctica.
La obtención en el campo de un
rendimiento real del mismo orden de cualquiera de estos rendimientos
potencialeses un caso de excepción que solo ocurre en las estaciones de
experimentación agrícola, bien dotadas de tecnología y personal altamente
calificado, o en condiciones de laboratorio.
La eficiencia tecnológica está dada por
la relación entre rendimiento real y rendimiento potencial.
Evaluación de
impactos, por cultivos En
los análisis de simulación correspondiente a diferentes niveles de insumo, se
pudo notar que con niveles de insumo bajo, el rendimiento potencial tiene muy
poca variación estacional y, por lo tanto, se puede sembrar frijol en cualquier
mes del año, si se cumplen las condiciones requeridas de todas las necesidades
de agua y nutrientes satisfechas con un cultivo libre de plagas y enfermedades.
Los rendimientos no están limitados por temperaturas y radiación solar.
Los
rendimientos de secano poseen una estacionalidad elevada con dos períodos de
siembra muy favorables en Abril – Junio y en Agosto – Noviembre.
Las
eficiencias tecnológicas de producción relativas a los rendimientos potenciales
son muy estables, y oscilan alrededor del 45 – 50 %.
Las
eficiencias tecnológicas con relación a los rendimientos de secano son
superiores a la unidad en todos los meses de siembra.
Esto
es irracional y lleva a la conclusión de que estos rendimientos reales no son
obtenidos en condiciones de secano ni con bajos insumos.
El
análisis de las simulaciones correspondientes a altos insumos indica que el
rendimiento potencial tiene muy poca variación estacional y, por lo tanto, se
puede sembrar frijol en cualquier mes del año, si se cumplen las condiciones
requeridas de todas las necesidades de agua y nutrientes satisfechas con un
cultivo libre de plagas y enfermedades.
Los
rendimientos no están limitados por temperaturas y radiación solar.
Los
rendimientos potenciales de altos insumos son prácticamente el doble que los
obtenibles con bajos insumos, y las épocas más favorables para la siembra no
poseen una diferencia considerable a causa del nivel de insumo.
Las
eficiencias tecnológicas de producción relativas a los rendimientos potenciales
son muy estables, pero muy bajas, pues oscilan ahora alrededor del 20–25 %; las
eficiencias tecnológicas con relación a los rendimientos de secano son ahora
superiores a la unidad solo en el trimestre Enero – Marzo; mientras que se
estabilizan alrededor del 50% desde mayo hasta noviembre.
Esta,
por lo tanto, debe ser entendida como la temporada de siembra del frijol en
condiciones de secano para la República Dominicana.
Al
analizar los climas futuros, bajo el HadCM3 y el ECHAM4 con el Escenario A1 –
ASF, los rendimientos potenciales del frijol pueden llegar a ser más elevados,
para el 2020, que en el clima de referencia, debido a que el cultivo puede
beneficiarse de un incremento ligero de las temperaturas.
Sin embargo, al avanzar el presente
siglo, las temperaturas seguirán subiendo y la curva de respuesta fotosintética
entrará en su rama descendente.
Por esta causa, tales rendimientos
decrecerán, a partir de cierto momento hasta finales de siglo (Fig. 3.5). Para
el caso del modelo de clima global ECHAM4, pasa algo similar en el futuro
cercano; pero luego ocurre un decrecimiento aún más notable de los rendimientos
potenciales.
En ambos casos este decrecimientode los
rendimientos es más notable en el período Agosto – Noviembre aunque en el
ECHAM4 este proceso es visible ya desde Marzo – Abril.
Los
rendimientos de secano del frijol, según el HadCM3, en este escenario reflejan
más fuertemente los impactos del cambio climático hacia un clima más árido,
especialmente en el período lluvioso en las épocas principales de siembra.
El
proceso de decrecimiento continúa a lo largo del presente siglo.
Obsérvese
que noviembre es el mes menos afectado de la temporada de siembra y va
progresivamente convirtiéndose en el mes de siembra con mayores rendimientos.
Para
el caso del ECHAM4, la situación es bien interesante, pues en este modelo los
rendimientos de secano son muy afectados hacia la mitad de la estación lluviosa
en Julio – Agosto, avanzando las circunstancias hasta darse el caso que, hacia
la segunda mitad del siglo, la temporada de mejores fechas de siembra estará
claramente dividida en dos con una primera estación alrededor del mes de mayo,
y otra alrededor del mes de noviembre.
La
aridez tiene influencia sobre la productividad primaria neta porque el cambio
climático descrito por cualquier escenario futuro va mucho más allá de simples
cambios en las temperaturas y en el régimen de precipitaciones, debido a que el
clima interacciona con las plantas, no solo a través de interacciones directas
entre una variable climática y alguno que otro proceso fisiológico, sino de
forma compleja entre un conjunto de variables que describen un proceso
climático como la aridez, las sequías y las inundaciones con el medio ambiente
general en que se desarrolla el cultivo.
En
cuanto a los impactos del cambio climático en los cultivos básicos, se
obtuvieron los escenarios de rendimientos potenciales, rendimientos limitados
por agua, y rendimientos limitados por nutrientes.
La
mayor parte de los análisis que se presentan toma a San Juan de la Maguana como
ejemplo, por tratarse de una de las regiones agrícolas del país de mayor
importancia en la actualidad y resultar más conveniente el concentrar la
aplicación de diversas metodologías de evaluación de impactos en una localidad
determinada.
En cuanto a los rendimientos
potenciales, a pesar de la gran diversidad topográfica de la República
Dominicana, que implica un cambio importante en el impacto del cambio climático
sobre los cultivos, debido a las diferencias de temperaturas que implican, los
efectos negativos sobre el rendimiento potencial de la productividad agrícola
se manifiestan en todas las localidades consideradas tomando como
ejemplo el cultivo de batata.
Al analizar las medidas y políticas
de adaptación a los impactos negativos del cambio climático en el sector
agricultura en la República Dominicana, las medidas de adaptación propuestas
están enfocadas en los siguientes aspectos:
Las ciencias del
clima en la producción
• agrícola; Regionalización
de cultivos;
•
Introducción de
variedades resistentes a
• condiciones
climáticas desfavorables;
Perfeccionamiento
de la tecnología y disciplina
• tecnológica de la producción agrícola;
Redistribución
de las áreas de siembra entre
• diferentes
cultivos;
Nuevas técnicas
de producción agrícola
•
Formación de
nuevos hábitos alimentarios;
•
La adaptación a
nuevas condiciones, en lo
• relativo a la
lucha integrada contra las plagas y enfermedades de los cultivos agrícolas.
La
tarea de adaptación al impacto de los cambios climáticos es de una extrema
complejidad, e involucra todos los factores políticos, económicos y sociales,
tanto en el plano interno como en el ámbito mundial.
Así
ha sido reconocido por todas las agencias internacionales del sistema de
Naciones Unidas y por los gobiernos representados en ella. Para nuestro caso,
debemos tomar en consideración las siguientes recomendaciones finales.
Realizar
las acciones necesarias desde la Dirección Central del Estado, para lograr que
los problemas del cambio climático y la adaptación a estos sean incluidos en
todos los proyectos y proyecciones de desarrollo futuro que se lleven a cabo en
el país.
Las
autoridades involucradas deben llevar al convencimiento de todos los órganos de
planificación y dirección social que resulta ya inadmisible y erróneo el
planificar y tomar decisiones sobre la base de que el clima, en el futuro, va a
permanecer estable y cerca de los valores tradicionales.
Fomentar
la formación de capacidades en la Oficina Nacional de Meteorología, tanto en lo
referente al equipamiento tecnológico como en la formación posgraduada de los
profesionales.
Solo así podrá esta institución, en el futuro jugar el
importantísimo papel que el cambio climático exigirá de ella para apoyar
efectivamente la producción de alimentos en República Dominicana.
SECTOR FORESTAL
Cambio de uso de
suelo y cobertura forestal en el Parque Nacional de Los Haitises 1988 – 2006
En el presente documento se ilustran los
resultados del estudio sobre “Cambio de uso del suelo y cobertura forestal en
el Parque Nacional Los Haitises”, realizado en el marco del Proyecto No.
00047173 “Cambio Climático – 2nda Comunicación Nacional”.
El mismo tuvo como objetivo proporcionar
una línea-base sobre el cambio de uso de suelo y cobertura forestal, ocurridos
en un período cerca de 20 años (1988-2006) en el territorio del Parque Nacional
Los Haitises, nordeste de República Dominicana, el cual se caracteriza por
grandes problemas de conflictos en el uso de la tierra.
El trabajo fue llevado a cabo a través
del análisis de imágenes satelitales LANDSATETM+, de diciembre 1988 y marzo
2006, respetivamente, soportada por chequeos de campo en el territorio del
Parque y su entorno y utilizando cuatro categorías de cobertura del suelo:
manglar, bosque, cultivo y matorral.
El
análisis ha revelado que en el período considerado:
•
Hubo una recuperación considerable del bosque, que ha visto la superficie
cubierta incrementada alrededor de 184 km2, concentrados, sobre todo, en el
área Este-Nordeste del Parque;
• La
superficie cubierta con manglar experimentó una reducción, por lo menos, en la
zona del Bajo Yuna, donde, luego de aprobarse la Ley 202-04, hubo una reducción
de la superficie de área protegida;
•
Hubo la reducción de la superficie cubierta por matorral, dependiendo, en gran
mayoría, de su transformación en una vegetación de estadio evolutivo más
avanzado y sólo, en mínima parte, de su regresión a terrenos agrícolas;
• La
superficie agrícola se encuentra estable o en ligero aumento, sobre todo, en la
región oeste del Parque, lo cual hace suponer una migración de la agricultura
hacia estas zonas.
•
Finalmente, se evidenció un incremento de la cantidad de sedimentos visibles en
las aguas de la Bahía de Samaná, lo cual da a entender un aumento de la erosión
en la cuenca del río Yuna, con consecuencias en términos tanto de degradación
de la tierra en la cuenca como de reducción de la calidad de los ambientes
marinos receptores.
Los
chequeos de campo permitieron evidenciar la persistencia de situaciones, como
la falta de recursos humanos y económicos para la gestión del Parque y el
escaso conocimiento sobre sus límites, los cuales no favorecen el buen
desarrollo del área protegida y la solución de los conflictos sobre su uso.
Tomando
en cuenta la mayor vulnerabilidad del área oeste del Parque y las presiones,
reales y potenciales, que se prevén sobre el área protegida, se necesita
empujar una planificación más integrada y participativa.
Caracterización
geográfica, física de vegetación
El
Parque Nacional Los Haitises, ubicado en el noreste de la República Dominicana,
cubre un área alrededor de 631 km2, delimitada por las coordenadas UTM 2115320
396225 y 2085720 459800, según lo establecido por la Ley Sectorial de Áreas
Protegidas No. 202-2004, que fija sus límites definitivos .
De
acuerdo con la misma Ley, es uno de los 17 parques nacionales del Sistema
Nacional de Áreas Protegidas.
Los
chequeos de campo fueron realizados entre los límites del Parque y en los
alrededores más cercanos, con el objetivo de ubicar áreas con diferentes usos
de suelo y presiones antrópicas. En especial, se quiso caracterizar algunas de
las áreas incluidas en la antigua zona de amortiguamiento, según la Ley 64-00.
Existen
limitantes de vigilancia y manejo del Parque Los Haitises, dentro de las cuales
podemos citar: a) La insuficiencia del número de guardaparques, los cuales en
su mayoría tienen una edad avanzada (más de 55 años) que dificulta el trabajo
de vigilancia y monitoreo del área protegida; b) La falta de recursos
económicos para la operación; c) los bajos salarios que reciben los
guardaparques.
La categoría más amplia es la de
matorral, que incluye una gama muy amplia de estadios de desarrollo de la
vegetación:
en ella se encuentran las tierras
dejadas a barbecho entre una cosecha y la otra, y vegetación en estados
evolutivos más avanzados en el proceso de recuperación del bosque, a través de
la sucesión secundaria.
En el cuadro d siguiente, se presenta el
cambio de uso y cobertura de suelo observado para las cuatro categorías
utilizadas en la clasificación.
Durante el período 1988-2006, hubo
contemporáneamente una disminución de la superficie, cubierta por matorral, que
ha pasado de 310 a 177 km2, y un incremento, aunque muy constreñido, de la
superficie agrícola.
Estudio de
mitigación de gases de efecto invernadero, originados por la quema de
combustibles.
El
presente informe constituye el resultado del análisis y síntesis de los
antecedentes existentes en República Dominicana vinculados, directa o
indirectamente, a los aspectos relacionados con las acciones de mitigación
frente al cambio climático.
En
cuanto a la estructura de consumo de energía y las principales cadenas
productivas, es de destacar que el sector transporte domina el sistema con más
del 47% del consumo final, que satisface exclusivamente con fuentes fósiles.
Dentro de este sector, las fuentes dominantes son gasolina y diesel, y son los
autos particulares y el transporte de carga los de mayor consumo.
El
sector residencial (urbano y rural) implica alrededor del 25% del total del
consumo, con una estructura muy diferente en zonas urbanas y rurales.
En
el primer caso, predominan las fuentes fósiles, de forma directa e indirecta
(generación de electricidad); mientras que, en el segundo, prevalecen las
renovables, como el uso de leña para la cocción de los alimentos.
Si bien la
industria presenta una estructura equilibrada entre fósiles, renovales y
electricidad, las fuentes que predominan en la generación de esta última
implican una preponderancia de las fuentes fósiles.
En
total, directa o indirectamente, las fuentes fósiles superan el 80% del consumo
final, y el consumo total de energía en República Dominicana se triplicó en 30
años.
Se trata de un sistema energético que depende, mayoritariamente, de
energía importada la dependencia de fuentes importadas de energía se ha
acentuado en los años recientes.
El
GLP es denominado el combustible de los pobres en muchos países de la región.
Su papel, en el sector transporte de República Dominicana, como sustituto de la
gasolina, requiere un análisis cuidadoso y una decisión de política al
mantenimiento o no de esta situación muy particular.
En
lo referido a la responsabilidad del sector energético en las emisiones de GEI,
la información disponible sobre la década del noventa implica que el
crecimiento sostenible de las emisiones brutas totales que se duplicaron en 10
años, con la sostenida participación de las emisiones del sector energía en
valores cercanos al 70% de las emisiones en CO2 equivalente, con una tendencia
levemente creciente.
Si
bien no se dispone de inventario de emisiones, considerando los datos de
balance energético de 2005, se estima que la importancia de la industria
energética y transporte ha crecido en cuanto a su responsabilidad.
La tendencia
2000/2005 revela una participación creciente de los combustibles fósiles en la
matriz energética; la participación en la oferta total evolucionó del 62% en
1990 al 83% en 2005.
El
análisis sobre las oportunidades de mitigación, su potencial aprovechamiento y
los costos asociados, brinda una rica información, a partir de los estudios
emprendidos recientemente, las estimaciones generadas y los efectos evaluados,
permiten concluir que hay una base de información que justifica ampliamente el
llevar adelante acciones, y no admite demoras en la toma de decisiones en esa
dirección.
En
un abordaje amplio al concepto de uso racional de energía, las oportunidades de
mayor eficiencia en el consumo, la sustitución de fuentes importadas por
recursos nacionales, el aprovechamiento de tecnologías ampliamente conocidas y
la penetración de fuentes renovables de energía constituyen acciones complementarias
entre sí de beneficios netos evidentes tanto a nivel nacional como ambiental
global.
Finalmente, la
breve investigación de antecedentes que nutrió este estudio permite desplegar
las siguientes observaciones: República Dominicana ha sido un país
activo en todos los aspectos vinculados al Cambio Climático.
Es capaz de
mostrar una dinámica en la búsqueda de soluciones a su sistema energético que
tienen el
• potencial de
contribuir positivamente a la mitigación de GEI.
Ha generado
marcos legales de promoción a las renovables; ha constituido las áreas y
autoridades para
• facilitar el
desarrollo de proyectos de MDL; y ha implementado importantes estudios para
identificar las oportunidades de uso racional de la energía y penetración de
nuevas fuentes.
Dispone de
estudios muy valiosos que constituyen una acción habilitante y orientadora para
el diseño y la
• implementación
de políticas y estrategias que contribuyan al desarrollo sustentable de su
sistema energético a la vez que aportan a las problemáticas ambientales
globales.
El país requiere seguir recibiendo apoyo económico y
técnico para profundizar su conocimiento sobre temas
• prioritarios, y fundamentar, con mayor precisión,
las estrategias que lo conduzca hacia un escenario deseable, a nivel nacional y
global.
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