Detectamos
altos niveles de plomo en la sangre de casi la mitad (44,9%) de los cerca de
700 buitres leonados analizados", dice Patricia Mateo Tomás Científicos
de la Universidad de Castilla-La Mancha, el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, la Universidad de Coímbra (Portugal) y la Universidad Autónoma de
Madrid han elaborado mapas espaciotemporales del riesgo de exposición a
contaminantes ambientales como el plomo en la fauna silvestre.
Para
ello analizaron el plomo en la sangre de un total de 691 buitres leonados (Gyps
fulvus) capturados por las autoridades ambientales de Aragón entre los años
2008 y 2012. “Detectamos altos niveles de plomo (>200 ng/ml) en la sangre de
casi la mitad (44,9%) de los cerca de 700 buitres leonados analizados.
Tanto
los modelos estadísticos como el análisis de isótopos estables de plomo
realizados indican que este metal procedería de al menos dos fuentes distintas”,
explica a Sinc Patricia Mateo Tomás, actualmente investigadora de la
Universidad de Coimbra y autora principal del trabajo destacado en la portada
de la revista Proceedings of the Royal Society B.
“Detectamos altos niveles de
plomo en la sangre de casi la mitad (44,9%) de los cerca de 700 buitres
leonados analizados", dicePatricia Mateo Tomás El plomo geológico presente
de forma natural en el suelo explicaría los altos niveles basales en la sangre
de las aves carroñeras, mientras que los valores más extremos (>500 ng/ml),
detectados en el 6% de los buitres, podrían proceder de munición de plomo,
usada principalmente en la caza mayor.
Distribución
espacio-temporal de los riesgos de la exposición al plomo (colores más rojos)
para los buitres leonados Aragón / Patricia Mateo Tomás El buitre leonado es un
carroñero con una amplia distribución mundial, situada en la cima de la cadena
alimenticia y que se nutre exclusivamente de animales muertos.
“Es un
ave especializada en localizar carroñas, accediendo y consumiendo estos restos
en tiempo récord. Esto la convierte en un centinela de gran valor para detectar
el posible efecto de contaminantes ambientales como el plomo en otras especies
más escasas y amenazadas e incluso en el ser humano”, añade la científica.
El
plomo es un metal pesado que resulta muy tóxico para el ser humano y la fauna
silvestre. Aunque su presencia en nuestro entorno se ha ido reduciendo, por
ejemplo, tras la prohibición en muchos países, incluido España, del uso de
gasolina con plomo, la presencia de este metal sigue siendo patente en el
medio.
Una
contaminación que puede ser letal La población de buitre leonado en Aragón se
estima en más de 5.000 parejas reproductoras, lo que representa alrededor del
21% de la población de esta especie en España y el 15% en Europa.
Los
expertos elaboraron modelos predictivos del riesgo de exposición al plomo en
estas aves, basados en modelos que relacionaron el plomo en sangre de los
buitres identificados mediante marcas alares con sus características biológicas
y el hábitat alrededor de sus colonias de cría y de los comederos que
frecuentaban.
“Los
buitres incorporan el plomo presente en los tejidos de los animales domésticos
y silvestres que consumen, procedente del suelo sobre el que se alimentan y,
adicionalmente el plomo de la munición tras consumir los restos de ungulados
cinegéticos como el ciervo o el jabalí que quedan en el campo tras su captura”,
indica Mateo Tomás.
Muchas
carroñas consumidas por los buitres son residuos de la ganadería o la caza,
cuya carne también es consumida por el ser humano De hecho, en España y en
muchos otros lugares del planeta, gran parte de las carroñas consumidas por los
buitres son residuos de actividades humanas como la ganadería o la caza, cuya
carne también es consumida por el ser humano.
Se
sabe que el plomo afecta a muchas especies animales, especialmente grandes aves
rapaces, llegando a causar la muerte de individuos, e incluso afectando a sus
poblaciones.
Para
mitigar el impacto de este y otros riesgos similares asociados a la presencia
de contaminantes en el medio natural se necesita conocer no solo sus fuentes,
sino también su distribución espaciotemporal.
Los
buitres, como otras especies situadas en lo alto de la cadena trófica, son
buenos centinelas de la contaminación ambiental, y su potencial como
indicadores puede ser todavía mayor porque se alimentan de animales que también
pueden ser consumidos por el ser humano.
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